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Berry Navarro: Medio siglo de aventuras al lado de Joan Manuel Serrat

Esta mañana, mientras charlaba con este valenciano que estimo tanto, que me ha hecho feliz un sinnúmero de veces y que me ha ayudado, además, a regalar tantos momentos de felicidad a mucha gente de mi mundo, me hizo llegar esta entrevista que recién publicaron en Costa Rica. Después de llamarle traidor por no concedérmela cuando se lo he pedido tantas veces, le agradecí el gesto de compartírmela para así, a través del blog y con su permiso, compartirla con los serratianos de mi mundo.

José Emilio Navarro, Berry, es el manager de Joan Manuel Serrat desde 1975 y ha estado en Costa Rica con el cantautor español desde 1972, cuando era su sonidista. (Foto cortesía de Berry).

José Emilio Navarro, Berry, es el manager de Joan Manuel Serrat desde 1975 y ha estado en Costa Rica con el cantautor español desde 1972, cuando era su sonidista. (Foto cortesía de Berry).


Que Joan Manuel Serrat haya tenido sólo dos managers a lo largo de una carrera de 57 años suena inverosímil, pero es real.

José María Lasso de la Vega, un manejador que parece sacado de una novela y que hizo escuela y tenía un estilo inconfundible, fue el primero que llevó la carrera del joven Serrat durante diez años. Tras su paso, emergió desde las sombras José Emilio Navarro, conocido como Berry, quien desde 1975 es el manager de Serrat, con quien ya había trabajado desde 1972, cuando hizo una gira por América Latina, en condición de sonidista.


De izquierda a derecha: Un asistente de Nicolas Baker no identificado, Berry, Nicolas Baker y Serrat, en el entonces hotel Camino Real en fecha no precisada. (Interamericana de Producciones).



Antes de vincularse con el cantautor catalán, Berry había sido guitarrista de grupos como Adam Grup, con Miguel Blasco, y había tocado con el Dúo Dinámico, ya para entonces con una gran relevancia musical en el panorama español, por la calidad y las singularidades de Ramón Arcusa y Manuel de la Calva.

Las palabras mágicas para Berry, que unieron al sonidista y al cantautor, fue la posibilidad de “hacer las Américas”, es decir, una gira por América Latina, donde ya Serrat cosechaba multitudes.

La propuesta que acercó a Berry con Serrat se la hizo el maestro Lasso de la Vega, quien lo reclutó como sonidista. En ese 1972 Serrat se presentó por primera vez en Costa Rica, en un concierto en el Centro de Recreación en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio.

Llama la atención que el anuncio de ese concierto fue, visto con la ventaja que dan los años hoy, una publicidad modesta: un cuarto de página horizontal en blanco y negro.

En Miami, en noviembre del 2012. Concierto "Dos pájaros contraatacan".


La presentación, en la que Berry hizo de sonidista por vez primera en Costa Rica, fue a las 6 p.m. y la organización le correspondió a la Comisión Cultural de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR).

De esta manera, el primer concierto de Serrat en Costa Rica se realizó un 9 de marzo de 1972, cuya entrada tuvo un valor de ¢8, de acuerdo con un anuncio publicado en la prensa nacional.

Aquel vínculo que en principio parecía más que ocasional entre Berry y Serrat, se fue extendiendo en el tiempo y entre el manager y el cantautor se estableció una sólida relación en la cual han sabido combinar con maestría amistad y negocio.


En México, en marzo de 2017. Concierto "El gusto es nuestro", 20 años después.


COMIENZO Y FINAL


Berry, quien nació en 1948 en Valencia, España, explicó a UNIVERSIDAD que para la gira de despedida tenían claro que no podía faltar Costa Rica, dada la buena relación que, de manera histórica, se estableció con el público.

“Yo le hice el sonido a Juan Manuel —Berry lo llama así siempre, con su nombre en castellano—en ese primer viaje que se realizó a Costa Rica”.


Aquel primer concierto y los que vinieron en el Centro de Recreación se quedaron en la memoria para quienes veían de cerca al artista que entre 1975 y 1976 se tuvo que exiliar en México, luego de haber criticado el régimen del dictador Francisco Franco.

En ese exilio ya lo acompañaba Berry, quien en una amplia entrevista en el periódico el Mercantil Valenciano, de Levante, contó sobre aquella travesía en tierras aztecas.

“Era 1975 y en septiembre se producen los últimos fusilamientos del franquismo.


El valenciano José Emilio Navarro maneja desde hace décadas las giras de Serrat, Sabina y Perales. En esta foto, (México , 1975) en la furgoneta microbús que bautizaron como La gordita: Miralles, Serrat, Berry y a la derecha, el bajista Enrique Ponsa (ya fallecido).


Estábamos en Cuba a punto de volar hacia México cuando nos enteramos de lo que había pasado”. Al cuestionar el cantautor públicamente aquellos fusilamientos del régimen franquista, se emitió una orden de captura contra Serrat, lo que hizo que México se convirtiera en una plaza donde se podía tocar en cualquier teatro.

Desde aquel comienzo en medio de un mundo que se partía en dos por la Guerra Fría, en el Centro de Recreación se fraguó una relación de aprecio mutuo entre Serrat y sus seguidores en el país, y Berry lo resume de manera puntual y clara.


“Con Costa Rica siempre hemos tenido una relación muy abierta. Nos creaba mucha curiosidad que fuera un país sin ejército y que era un remanso de paz dentro de todo lo que era Centroamérica, que siempre ha sido un territorio muy convulso. En Costa Rica siempre nos hemos sentido muy a gusto”.

Con dicho antecedente, Berry y Serrat asumieron que la gira por América Latina debía incluir la presencia del cantautor en el país.

“En esta última gira, Costa Rica era uno de los países que no podía faltar y hemos logrado que así sea”, aseguró Berry.


En Santo Domingo, República Dominica, en marzo de 2018. Concierto de Joaquín Sabina.


Y para abrir la posibilidad a más seguidores de despedirse, Berry aclara el porqué escogieron el Parque Viva para el concierto con el que se cerrará un ciclo de 51 años entre la primera y la última presentación de Serrat.

“Cambiamos el concierto del lugar habitual, que siempre había sido el Teatro Nacional o el Melico Salazar, con el fin de que gente que no lo ha podido ir a ver nunca, vaya ahora, porque después de ese concierto se acaba. Por eso la elección del Parque Viva, y eso no significa que sean mayores nuestros ingresos”.

El manager destacó que en Costa Rica, aparte del Teatro Nacional y el Melico Salazar, no hay muchos lugares para este tipo de conciertos. “Ya sabemos cómo es el Palacio de los Rebotes (Palacio de los Deportes, en Heredia) donde la gente cuando iba a ver un concierto salía muy defraudada por el sonido horroroso”.

El lugar del concierto, agrega Berry, lo han cuidado mucho tanto en este país como en presentaciones en Colombia, Argentina, Chile y Perú, porque es norma de la casa la calidad y porque además está de por medio la nostalgia de la despedida.

“Hemos tratado de que nadie se quede afuera y pueda asistir a un precio de entrada razonablemente aceptable”. Similar proceder emplearán en otros países. Así, en Colombia tocarán en un espacio para 6,000 personas, mientras que en Argentina esa cantidad subirá a 20,000 y 30,000 espectadores.

Es el Vicio de Cantar 1965-2022 que tendrá su cierre el 23 de diciembre en el Palau de San Jordi.


En Santiago, República Dominicana, en mayo del 2010. Concierto de Joaquín Sabina.



LA CLAVE DE UN MANAGER


Quien comparta con Berry al menos un almuerzo se dará cuenta de uno de sus rasgos —quizá uno de los que le ha permitido la singular cifra de haber sido durante 52 años el manejador de Joan Manuel Serrat— es el de ser siempre discreto.

En el mundo de la música la discreción es un diamante que ha de cuidarse a cada paso; de esa escuela es la que procede Berry, siempre atento a que el artista tenga las mejores condiciones tanto en España como fuera de ella, y siempre con la claridad de que su trabajo es tras bambalinas y fuera de los focos.

Si accedió a contar algunos detalles para este reportaje es porque no sólo será la última gira con Serrat a Costa Rica, sino porque en el fondo quería agradecer a los seguidores del autor de Mediterráneo por tanta fidelidad a lo largo de los años. Una vida, en realidad.

Berry, además de llevarle el trabajo a Serrat, es el manager de José Luis Perales, quien tiene pendiente la gira de retiro de los escenarios, así como también el que llevó la carrera de Paco de Lucía y todavía se mantiene al frente de la de Joaquín Sabina.

Al consultarle directamente cuál es la esencia de un manejador sostiene que “La principal virtud es la honestidad y, claro, si no tienes idea del negocio estás mal. Mi profesión no existe en la universidad; no se enseña en una universidad, se tiene que aprender en la vida”.


En Madrid, en diciembre de 2018. Concierto "Mediterráneo Da Capo".

Lasso de la Vega le dejó algunas pistas, como reconoció en El País Semanal: “Lasso de la Vega, desde luego, puede ser criticado por muchas cosas, pero nadie le puede negar haber sido uno de los pioneros de la profesión de representantes, cuando esta era prácticamente una desconocida entre nosotros”.

El mítico representante al que sustituyó era un personaje literario en busca de autor: “Dentro de la profesión se distinguía, entre otras originalidades, por firmar sus contratos en una servilleta, ya fuera en una cafetería de la Gran Vía de Madrid o del Paseo de Gràcia de Barcelona, ya que nunca tuvo lo que se dice una oficina”, le dijo Berry a El País en 2020.


A diferencia de Lasso de la Vega, Berry no se ha dado nunca el lujo de alguna excentricidad; todo lo contrario, lo suyo es la discreción pura y dura. Sin ella no hubiera podido acompañar en mil aventuras al cantautor catalán, con el que mantiene una relación que va más allá de la profesional. Prueba de ello es que uno de sus hijos tiene como padrino a Serrat.

Al referirse a los artistas con quienes ha trabajado, recalcó en el Mercantil Valenciano: “Ellos hacen lo que quieren, y si después quieren cantar, cantan; y si no, pues no. Yo no soy quién para meterme en su vida, ni se me ocurriría, ni me dejarían”.


En Miami, marzo de 2019. Concierto "Mediterráneo Da Capo".


ALGUNA QUE OTRA ESPINA


Como la discreción es una especie de eje transversal que recorre toda la vida realizada por Berry al lado de los ya citados artistas, no hay, para contar, muchos capítulos de extravagancia o anécdotas que asalten la realidad.

Aunque sí hay momentos que quedaron para siempre por la singularidad de los hechos. Cuenta que a Bolivia sólo fueron una vez en este medio siglo y que una vez allí el representante desapareció y debieron salir del país en un vuelo militar gracias a las diligencias de la embajada de España en esa nación andina.


“La verdad es que hemos tenido mucha suerte en los viajes, pero en Bolivia, la única vez que fuimos, el empresario desapareció y el ejército nos sacó de allí, para lo que hubo que hablar con el embajador”.

En Colombia, en una oportunidad, mientras tocaban en el Teatro Colón, el Movimiento de Liberación Nacional (MLN) había tomado el Palacio de Justicia y, aunque el boletaje estaba totalmente vendido, Serrat tuvo que tocar en una sala semivacía, dado que buena parte de la concurrencia consideró inoportuno asistir al concierto mientras que a 500 metros se desarrollaban acontecimientos de orden militar e ideológico.


“Aquello estaba medio vacío, a pesar de que se había vendido todo, y pese a ello nosotros estábamos tocando”.


Entre tanto viaje de idas y venidas, reconoce Berry que la suerte los ha acompañado, porque no recuerda siquiera haber perdido un avión entre transbordos.

Cuando se le insiste que su vida da para contar incluso un libro, piensa que las numerosas giras y los numerosos proyectos no dan para llegar hasta ese punto, aunque en el mismo relato se corrige y admite que si la empresa tuviera algún fin didáctico, quizá le despierte el entusiasmo necesario para acometer la tarea.


En Miami, en octubre de 2021. Concierto de José Luis Perales



¿MEMORIAS?


El estilo de Berry siempre atento y al servicio del artista que será siempre el foco de su trabajo, porque lo suyo no es el protagonismo, sino moverse tras bambalinas, no le ha permitido pensar a fondo en la posibilidad de dejar por escrito el libro de la vida que ha llevado al lado de grandes de la música española como Sabina, Perales y Serrat.


“Hasta ahora no he tenido la idea de escribir nada. Me da pereza. Me interesaría si considerase que tengo una capacidad didáctica de contar el mundo del show business por dentro. Decir cómo era cuando empecé y cómo es ahora. Contar cómo eran los hoteles y los equipos que se usaban, quizá por ahí me engancho”.

Lo que no haría, y a lo largo de este retrato-reportaje ha quedado claro, es superar, jamás, la barrera de la discreción, una bandera innegociable.

En Madrid, en octubre de 2021.





Artículo del Semanario Universidad escrito por José Eduardo Mora.

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