top of page

Augusto Algueró Dasca nació en Barcelona el 23 de febrero de 1934, hijo de la unión de Augusto Algueró Algueró, también compositor y de Rosa Dasca Cariteu. Compaginó sus estudios musicales en el Conservatorio Municipal de su ciudad natal con los estudios de Medicina, comenzó su carrera musical a principios de la década de los cincuenta, con tan sólo 16 años.




La gran mayoría de sus canciones fueron compuestas sobre letras de Antonio Guijarro y cantadas por famosos artistas españoles. Fue así como su nombre se hizo muy popular en España y en América. Fueron muchos cantantes los que solicitaron su colaboración y compuso para los Cinco Latinos, Connie Francis, Marisol, Elsa Baeza, Rocío Jurado y Joan Manuel Serrat, por mencionar algunos.

A lo largo de su carrera, Algueró realizó multitud de canciones que llegaron a ser muy populares para el público: «Te quiero, te quiero» y «Noelia», interpretadas por Carmen Sevilla y más tarde por el valenciano Nino Bravo; «Estando contigo» para Conchita Bautista y «Tómbola», para la cantante y actriz Marisol; «Más bonita que ninguna» y «Acompáñame» para Rocío Dúrcal a dúo con Jaime Morey; «La chica ye-ye», que compuso para Concha Velasco. También canciones para Jaime Morey, «Te debo», «Sabía», «Tu amor le va a mi Piel», son ya temas que pasaron a la historia de la música española y que fueron en su época grandes éxitos.


Para Serrat compuso Penélope, un clásico indiscutible del repertorio del cantautor catalán, que apareció por primera vez en 1969. Con esta canción, el cantante consiguió el premio a la mejor interpretación en el Festival de Río de Janeiro, mientras que Algueró recibió el galardón a la mejor composición.


Durante su carrera, también ha compuesto la música para multitud de películas. Desde su primera composición para el cine, la música de Brigada criminal (1950), hasta su última incursión en el cine, la canción «Será el amor» para la película Torrente, el brazo tonto de la ley, ha compuesto más de noventa bandas sonoras para películas y series de televisión.



Como compositor y director, Augusto Algueró, estuvo presente en festivales como los de la OTI, Festival Internacional da Canção, la Olimpiada de la Canción de Atenas y Eurovisión. En este último festival, en el año 1961 compuso la canción «Estando contigo», que representó a España por primera vez en este evento, y que interpretada por Conchita Bautista obtuvo un noveno puesto. En 1972 con la canción «Amanece», en la que Algueró colaboró con Ramón Arcusa, el intérprete Jaime Morey consiguió la décima posición.



Películas como El ruiseñor de las cumbres, protagonizada por el niño-cantante Joselito en 1958; Cabriola, Marisol rumbo a Río y Tómbola, protagonizadas por Marisol; o películas clásicas del cine español de los años 50 y 60 como Las chicas de la cruz roja, El día de los enamorados o La fierecilla domada, tienen en común la música realizada por el compositor catalán.




En televisión, sus colaboraciones más interesantes quizás hayan sido Historias de la frivolidad de Narciso Ibáñez Serrador, con la que logró la Rosa de Oro del Festival de Montreux y El Irreal Madrid, con el que ganó la Ninfa de Oro del Festival de Televisión de Montecarlo.

Entre otros premios, Algueró recibió en 2005 de manos del presidente de la Academia, Eduardo Bautista, el Premio de Honor en reconocimiento "a su brillante trayectoria profesional y a su decisiva contribución a la música popular".




"La música es el lenguaje más universal que existe y a ella le he entregado mi vida entera", afirmó entonces. El compositor se casó en 1961 con la popular actriz Carmen Sevilla, de la que se separó 10 años después. Fruto de este matrimonio es su hijo Augusto Algueró, apadrinado por Marisol y el Cordobés.



En 1986 contrajo nuevo matrimonio con Natividad Benito. En abril de 2003 salió a la venta el disco Homenaje, integrado por 17 temas compuestos por Algueró y cantados por artistas tan dispares como María Jiménez, Fangoria o Papá Levante.

Augusto Algueró falleció en Torremolinos el 16 de enero de 2011 tras una larga enfermedad ósea que le había dejado prácticamente postrado en una silla de ruedas.

Joan Manuel Serrat y Augusto Algueró.



OBRA CINEMATÓGRAFICA


Brigada criminal (1950)

Fuego en la sangre (1953)

La fierecilla domada (1956)

Las chicas de la Cruz Roja (1958)

El día de los enamorados (1959)

Escucha mi canción (1959)

091, policía al habla (1960)

Melocotón en almíbar (1960)

Usted puede ser un asesino (1961)

Ha llegado un ángel (1961)

Siempre es domingo (1961)

Tres de la Cruz Roja (1961)

Canción de juventud (1962)

Tómbola (1962)

Vuelve San Valentín (1962)

Rocío de la Mancha (1963)

Marisol rumbo a Río (1963)

Historias de la televisión (1965)

Cabriola (1965)

Tuset Street (1968)


Año 1970. Carmen Sevilla entregando el Premio Olé de la Canción a Nino Bravo en presencia del compositor Augusto Algueró.



Fuentes: El País, Busca biografías y Plus es más

518 visualizaciones0 comentarios

"Hace tiempo que sueño con ella... Y sólo sé que se llama Noelia".

Así cantaba Nino Bravo a una misteriosa Noelia de la que apenas se daban datos en la canción lanzada en 1972, pero a la que hoy sí podemos poner nombre y cara.

"La veo todas las noches por la playa pasear ... Y no sé de dónde viene... Y no sé a donde va".

Noelia Afonso Cabrera con su banda de Miss Europa.


Se llama Genoveva Noelia Afonso Cabrera; en enero cumplió 72 años. Hay una calle en Arona (Santa Cruz de Tenerife) que lleva su nombre, donde regenta un hotel de lujo en (el sur de la ciudad).

En su mansión en la Playa de las Ámericas -ubicada en la isla canaria también- debe de conservar las bandas que la identifican como Miss España 1969 y Miss Europa 1970. Para entender cómo la Miss acabó convirtiéndose en una empresaria de éxito hay que retroceder hasta poco después de su coronación, justo cuando se gestó la canción.


A Noelia Afonso -sin "L", casi todos los medios de la época, hasta el NO-DO, la coronaron como Noelia Alfonso- el título de su belleza le abrió las puertas de las fiestas madrileñas que la farándula frecuentaba en los 70. Un habitual de las mismas era el prolífico compositor Augusto Algueró, ya entonces artífice de éxitos como Estando contigo (1963), Tómbola (1964) o La chica ye-yé, (1965).

Algueró era también famoso por sus dotes donjuanescas, pese a que por entonces estaba casado con la artista Carmen Sevilla, de la que se separaría en 1974.

El caso es que en uno de aquellos saraos, Algueró, que entonces tenía 25 años, se fijó en Noelia Afonso, de 19.



La santacrucera Noelia Afonso rompió barreras y alcanzó en 1970 el cetro continental en Atenas, cuna de la civilización occidental. Esta foto data de enero, 2020, 50 años después de aquel concurso.


El veterano periodista Manuel Román, cronista de la época y frecuente en aquellos ambientes, ha contado que la Miss despertó en el compositor un interés especial y que la canción nació de la frustración por no ser correspondido.

"Se sintió decepcionado al no poder conquistar a aquella belleza que lo había cautivado, y a quien compuso cual mensaje directo a su corazón esta melodía que nos ocupa", escribió Román en su blog.

Algueró compuso la partitura y encargó la melancólica letra a uno de sus colaboradores habituales, Antonio Guijarro.

"Yo quiero hablarle de mi amor / pero ella da la espalda y se va.

Parece que me va a llamar / y luego huye sin hablar".

Antes de que Nino Bravo pusiera voz a la canción y la popularizara incluyéndola en su tercer disco, Un beso y una flor, la llegó a cantar la esposa de Algueró, Carmen Sevilla, y podría incluso haberlo hecho la propia Noelia, ya que hizo un amago de saltar al mundo de la interpretación musical de la mano de Algueró precisamente.

Lo contaba la revista del corazón de la época, AMA, en noviembre de 1970. "Antes de presentarme a Miss Tenerife, estudiaba para azafata pero después, con los siguientes concursos, Miss España y Miss Europa, el curso de mi vida ha cambiado. La belleza no es eterna y por eso quiero cantar", declaraba una jovencísima Noelia.

"Será muy difícil, porque tengo muchos rivales en el mundo de la canción, pero procuraré llegar a una meta alta".

Se preocupaba también la publicación por la situación sentimental de Noelia Afonso.

"Con Julio Iglesias se la ha visto en varias fiestas, y también se hablaba de un jugador de baloncesto, pero ella afirma que, por ahora, no existe ningún compromiso y que su ilusión es dedicarse al disco".



Noelia Afonso estaba en realidad siendo discreta con los medios puesto que, según los escasos apuntes biográficos que de ella circulan, entonces ya hacía un par de años que salía con el empresario catalán Santiago Puig, con quien se casaría en la catedral de Barcelona en enero de 1972.

Santiago Puig y su padre, Rafael Puig, habían llegado a la isla desde Cataluña a principios de los 60 y habían puesto sus ojos en las posibilidades urbanísticas del desértico sur, entonces prácticamente aislado, según ha contado el propio Puig: "Y cuando por fin llegabas, lo que ya le he dicho, sólo sol y moscas, porque no había ni playas. En verano había algo de arena, pero sólo unos meses", explica el empresario en el libro La Fortuna de hacer fortuna.


Aquella visión se materializó en Playa de las Américas, uno de los principales centros turísticos de la isla: cinco millones de metros cuadrados, con 120.000 camas, el hotel de cinco estrellas, Las Madrigueras, que dirige Noelia Afonso o la calle de Noelia Afonso, que hace esquina con la avenida del marido, Santiago Puig.


Carmen Sevilla y Augusto Algueró.


En el año 2009, en una entrevista en el digital Lavozlibre.com, Noelia Afonso habló sobre el tema y fue para restarle importancia. "¿Cómo se siente una mujer al ser tan inspiradora?", le preguntaban. "Muy bien. Debo ser modesta, sólo inspiré la canción de Nino Bravo y me enorgullece porque es preciosa. Pero más que por mí, la inspiración fue por mi nombre, que en aquella época era desconocido". Efectivamente, apenas había Noelias en España, un nombre de origen francés que significa Natividad y que tras la canción se popularizó tanto que hasta tienen grupo en Facebook las Noelias bautizadas así por ella: "Yo también me llamo Noelia por la canción de Nino Bravo".




De las muchas canciones sentimentales que existen, con letras por lo común llena de tópicos y retóricas figuras poéticas, se desconoce generalmente a quién iban dirigidas. Muy excepcionalmente sus compositores se prestan a revelar los destinatarios de sus mensajes. En esas circunstancias son más habituales los casos de autores que dan pistas o confiesan la identidad de sus amores femeninos. Existen menos confidencias de mujeres que expresen públicamente referencias en sus letras a varones determinados.

Noelia apareció en el sello Polydor, un año después del éxito conseguido con "Te quiero, te quiero", del mismo autor e intérprete. "Noelia" no llegó a tanto, pero el valenciano la llevó siempre en su repertorio y gozó del favor popular. Nino Bravo murió hace más de cuarenta años. Y el éxito de "Noelia" no se ha apagado del todo aún.


Fuentes: El Mundo & Libertad Digital

648 visualizaciones0 comentarios

Augusto Algueró había escrito una música en 1969 con el objetivo de llevar una canción al festival de Río de Janeiro. El mánager de entonces de Serrat, Lasso De la Vega, se enteró y, espabilado como el que más, enredó para que le pusiste letra y lo interpretara Serrat.

En ella hace un retrato impecable de un amor que carcome y un recuerdo que lleva a la locura callada, cercana a las historias de la música ligera.

La instrumentación la dota de una orquesta entre lo potente y lo melifluo que en vez de convertir en cursi la canción, potencia el sentimiento sin dulcificarlo. Parecen incompatibles. De hecho, cuentan que Serrat planteó cantarla con una partitura diferente que él mismo había compuesto y había maquetado, pero la música y el arreglo del compositor, también catalán, casan a la perfección. Tragedia homérica griega y romántico despojo a la vez. Estremecedora. Impresionante. No hay más palabras.


Para quien no conozca la historia relatada por Homero en la Odisea, “Penélope” será, simplemente, una canción editada como single en 1969 (en la cara B del disco aparecía “Tiempo de lluvia”) a la que le debemos la llegada de Serrat a Sudamérica.

Inspirada en la mitología griega, en el año 1969 se presentó en el IV Festival Internacional da Canção Popular de Río de Janeiro; de allí en más se convertiría en una de las favoritas del público de Serrat, en especial en la Argentina.


En las canciones que hoy más escuchas tienen, según las cifras de las plataformas digitales de música, no es una práctica habitual, pero hace cincuenta o sesenta años era común que grandes hechos de la historia (incluso de la mitología) fueran llevados a los tres o cuatro minutos que dura un tema. Hace medio siglo se leía de otra manera, se pensaba de otra manera, se escribía de otra manera. “Penélope” es uno de los mejores ejemplos de cómo un tema universal que atraviesa de manera tangencial una obra cumbre de la literatura antigua se convierte en una canción popular. Cuenta una historia oculta detrás de los versos que aún hoy resuenan en nuestros oídos, por la voz Joan Manuel Serrat. En las palabras de Serrat, en la música de Augusto Algueró y en los arreglos de Ricard Miralles está el secreto.


Leer también:


Sin dudas y por peso propio, Joan Manuel habría llegado de cualquier modo y con cualquier otra canción. Pero lo cierto es que el catalán desembarcó en Brasil aquel año. Participó con el tema “Penélope” en el IV Festival Internacional da Canção Popular de Río de Janeiro y siguió viaje por estas tierras. La composición ganó en las categorías de mejor letra, música e interpretación, lo que propició su llegada a otros países, como Chile, Uruguay y la Argentina.


Joan Manuel Serrat y Augusto Algueró, compositor de canciones tan clásicas como Noelia y Mi tierra (Nino Bravo), La chica Ye-Ye (Concha Velasco), Tómbola (Marisol) y Estando Contigo (La Lupe), Muy cerca de ti (Ana Belén), entre otros.



“Penélope” habla de fidelidad y espera, en el contexto de aquellos años, con la música que se escribía y se escuchaba en aquellos años (finales de la década del sesenta). Penélope era aquella mujer que se sentaba a esperar en el banco del andén de una estación de tren el regreso de su amado. O al menos eso es lo que “dicen en el pueblo”.

“Penélope con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón. Y su vestido de domingo. Penélope se sienta en un banco en el andén. Y espera que llegue el primer tren, meneando el abanico. Dicen en el pueblo que un caminante paró su reloj una tarde de primavera. ‘Adiós amor mío, no me llores, volveré antes que de los sauces caigan las hoja. Piensa en mí, volveré a por ti”.

Palabras más, palabras menos esa fue la voz de Odiseo cuando se despidió de Penélope y se fue a pelear la Guerra de Troya.


Los Personajes

El caminante, Odiseo, también conocido como Ulises, es el personaje central de la Odisea de Homero, rey de Ítaca. Es hijo de Laertes y Anticlea, esposo de Penélope y padre de Telémaco, el hijo fiel que lo ayuda para su regreso triunfal, luego de diez años de guerra troyana y de otros diez que le costaron el regreso. De hecho, los 24 cantos de la Odisea refieren justamente a esos años de retorno.


Penélope, la muchacha “vestida de domingo”, era la esposa fiel que espera a su amado y, junto a su hijo, soportan durante dos décadas la presión de varios pretendientes que la querían por esposa, asegurando que Odiseo había muerto. Penélope teje una prenda porque ha prometido que el día que la termine también finalizará la espera de su amado y aceptará a uno de sus pretendientes por esposo. Pero no quiere hacerlo, por eso teje de día y desteje por las noches.


Los pretendientes... En el canto cuarto, Telémaco emprende un viaje para tener noticias de su padre. Antes de irse, convoca a una asamblea para que el pueblo esté al tanto de sus movimientos y se desestime la presión de aquellos pretendientes de su madre. Penélope no quería nada con ellos, en los versos de Homero ni en la canción de Serrat y Algueró. En una de las estrofas dice: “Penélope... Tristes, a fuerza de esperar, sus ojos parecen brillar si un tren silba a lo lejos. Penélope, uno tras otro los ve pasar, mira sus caras, les oye hablar... Para ella son muñecos”. Obviamente no se refiere a trenes con caras sino a gente que llega en esos trenes. Pero ella no les da importancia. “Son muñecos”. O pretendientes.


Entre hazañas y sirenas, a Odiseo le llevó una década concretar su regreso. Para que los pretendientes de su esposa no lo mataran, en el Canto XIII, Atenea lo disfraza de vagabundo. Pocos lo reconocen, sólo su perro, ya viejo, y su hijo. Penélope, no; aunque luego de que Odiseo le hable de su vida, aceptará que se trata de su esposo. Le describe su intimidad y el lecho que él mismo construyó con un olivo.




Más allá de que en la canción también se mencionan árboles, en este caso sauces, hay pistas sobre el envejecimiento, la juventud y la espera. Cuando dice “Penélope, mi amante fiel, mi paz. Deja ya de tejer sueños en tu mente”, tiene una conexión con esa mujer que teje y desteje en eterna espera.

Por otro lado, parte de la especulación que se podría hacer es que Penélope se mantuvo siempre joven y bella y esa fue, al menos una de las causas del acoso de sus pretendientes (la otra era, obviamente, ganarse el trono de Ítaca). De este modo se puede interpretar la letra de la canción, cuando dice: “Pobre infeliz, se paró su reloj infantil, una tarde plomiza de abril, cuando se fue tu amante”. Su tiempo dejó de ser el tiempo de los demás, se detuvo.


Sin intentar desdeñar la metáfora de Serrat, es necesario marcar la diferencia de los finales. En la Odisea, el protagonista triunfa en la lucha frente a sus adversarios y logra que Penélope lo reconozca. Luego viaja a ver a su padre y cuando aparece otra guerra en puerta, interviene Atenea, para proponer un pacto de paz.

La canción, en cambió, termina algunos capítulos antes: “Mírame, soy tu amor, regresé”, dice. Pero ella “le sonrió con los ojos llenitos de ayer. No era así su cara ni su piel. ‘Tú no eres quien yo espero’. Y se quedó con el bolso de piel marrón y los zapatitos de tacón, sentada en la estación”, seguramente sin poder salir de su “complejo de Penélope”.

A partir de la década del setenta, la carrera del cantautor catalán creció de manera exponencial, tanto en España como en la mayoría de los países americanos hispanohablantes. Llegaron discos como Mediterráneo, que cumplió su 50° aniversario en noviembre del 2021, con canciones bellísimas. Sin embargo, “Penélope” fue uno de los hitos y sigue teniendo un lugar especial en el recuerdo de sus seguidores más fanáticos.


Fuentes: Mauro Apicella, Periódico La Nación & Serrat, autobiografía.

587 visualizaciones0 comentarios
bottom of page