Poca cosa puedo decir que traduzca el sentimiento que afloró ayer después de ver y editar este video que comparto. ¡Cuánta nostalgia por los que ya no están en este plano... Pero qué maravilloso es poder verlos a través de estas imágenes que quedan para la posteridad!
... Y pensar que han pasado dieciséis años.
Cada minuto invertido en la edición ha valido la pena. Espero con esto esparcir un poco de alegría en estos tiempos tan sombríos y que disfruten estas casi dos horas de complicidad, cariño, emoción y felicidad... Cuando éramos libres y no lo sabíamos. Cada minuto invertido en la edición ha valido la pena. Como siempre digo, ¡Regalar tiempo: eso sí es un regalo bonito!
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