Ivette Cepeda (25 de septiembre de 1963, Sancti Spíritus, Cuba) es una cantante cubana reconocida por su versatilidad, carisma en escena y por la exquisitez de su repertorio, defendido junto al Grupo Reflexión desde su lanzamiento como solista en 2008. Ha presentado cinco producciones discográficas, ha realizado numerosas giras internacionales que han merecido opiniones favorables de la crítica extranjera, y en Cuba se le han otorgado importantes premios, como la Distinción por la Cultura Cubana (2017) y el Premio Arte por Excelencia (2019)
A lo largo de su carrera, Ivette Cepeda ha interpretado una amplia variedad de géneros musicales, incluyendo la música popular cubana, el bolero y el jazz. Su voz cálida y expresiva la ha convertido en una de las cantantes más respetadas y queridas de Cuba.
Durante su carrera, ha trabajado con varios músicos y ha participado en numerosos proyectos musicales. Su estilo único y su capacidad para transmitir emociones a través de su voz la han llevado a actuar en escenarios de todo el mundo, ganándose el reconocimiento internacional.
Ivette Cepeda es conocida por su dedicación a preservar y promover la rica herencia musical de Cuba. Su música refleja la cultura y la tradición cubana, y su talento ha contribuido a mantener viva la música cubana en el escenario global. Además de su carrera musical, ha estado involucrada en proyectos culturales y sociales en Cuba y ha trabajado para fomentar el intercambio cultural entre su país y otras naciones.
¡El concierto fue mágico... Como si el universo conspirara para crearnos una noche maravillosamente perfecta!
... Desde el llegar al auditorio y sentarnos en la tercera fila al lado de Rosita Fornés hasta el que mi amiga Liam tuviera los $25.00 en efectivo para prestármelos y así poder comprar los dos CD's con DVD's incluidos y de este modo seguir deleitándonos con la hermosa voz llena de matices de esta mujer de tierra espirituana.
Una vez subió el telón, llegó una Ivette vestida de blanco entonando su "Alcé mi voz", el guaguancó que da inicio a su nuevo disco "País" y diciendo: "Dedico este concierto al alma de Sonia Silvestre". De segunda nos regaló "El sol no da de beber", tema que, sin duda alguna, prefiero escuchar por ella. ¡Y miren que casi no me gusta Silvio cantado por otros!
Pero es que el color de la voz de esta mujer hace que ese mismo sol que no da de beber, como dice la canción, brille ante nuestros ojos.
Con Ivette me pasa lo que con Pablito: tiene una voz melodiosa, una cuerda de contralto llena de modulaciones que hace que te acaricie el oído de tal modo que sientas ondas que van haciendo sutiles relieves en la piel, hasta encontrar el camino para llegar al alma... Por definirlo de algún modo, porque sé que no atino a describir las sensaciones de lo que me produce esta mujer. Ella, con su sello particular, logra hacer suya cada canción y, aunque no tenga conocimientos académicos de música pues era maestra de escuela primaria, es una intérprete con una calidad vocal impresionante... ¡Y ni hablar de su perfecta dicción!
Por el escenario pasaron Albita, Malena Burke y Aymée Nuviola quienes, además de regalarnos sus voces a dúo con Ivette, dijeron maravillas de ésta, expresando cuan orgullosas se sentían de que su Cuba contara con esta elegante intérprete que está rescatando el filin que una vez llevaran a su punto álgido cantantes como Omara, Elena Burke y Moraima, por mencionar algunas.
Se vivieron momentos de mucha emoción como cuando Ivette interpretó "Diario" con su autor, Mike Pourcel, presente en la sala y terminando la canción con voz entrecortada y con lágrimas rodando por sus mejillas. O como cuando bajó del escenario mientras cantaba "Tú eres la música que tengo que cantar" para abrazar a Rosita Fornés y decirle de su profunda admiración, fundiéndose la dos en un abrazo.
Resumiendo, como si acaso haya escrito poco, me gustó mucho, muchísimo ver a la Cepeda en directo; su grupo Reflexión y los demás músicos que la acompañaron (sumaban catorce) tocaron como si llevaran meses ensayando (montaron el concierto en día y medio). Si vuelve a Miami, repetiría seguro. No quiero perderme de las cosas buenas que me pasan o que hago que me pasen y este concierto me dejó muy buen sabor, algo que quisiera se quedara perennemente en mi paladar.
Ivette Cepeda, de Sancti Spiritus para el mundo... Y para mi mundo musical.
... Y luego, en mayo del 2017, tuve la enorme suerte de verla de nuevo en un concierto muy íntimo en La Habana. Fue el 28 de mayo, cuando viajé a Cuba. Mientras charlaba con mi amigo Hubert sobre la nueva ley que permite vender las casas en Cuba y de cómo antes se permutaban (porque era lo único que permitía el sistema), hablamos de la película "Se permuta" y de su protagonista, Rosita Fornés.
Le conté de mi anécdota con ella en el concierto de Ivette Cepeda, de cómo todo el que se le acercaba quería una foto estando yo sentada a su lado.
Y me dice Hubert: "¿Te gusta Ivette Cepeda? Ella canta todos los domingos en 'El Tablao' del Gran Teatro de La Habana". ¿Quieres ir?".
Enseguida coge el teléfono y llama a Willy, el bajista de Ivette y le dice que le reserve una mesa justo frente al escenario.
Llegamos allí sobre las 7:30 de la noche y disfrutamos de un espectáculo maravilloso lleno de magia y con matices muy particulares. Y, una vez más, fui feliz.
No sólo pude expresarle mi admiración a esta espirituana, sino que también tuve el inmenso lujo de cantar con ella y decirle la sensación que su voz provoca en mi ser.
Y aquí el momento inmortalizado cuando Ivette Cepeda me dedica una canción de Sonia Silvestre por ser la única dominicana en la sala. Y como si fuera poco, me pide que le recuerde la letra de "Ella y él" y terminamos cantándola a dúo.
... Y que luego me diga "Tú si cantas bonito", es ya lo máximo.
¡¡Momentos mágicos de mi vida!!
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