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“Yo, Ennio Morricone, he muerto”. El compositor dejó una carta de adiós y pidió un funeral privado

Actualizado: 30 ago 2021

“Yo, Ennio Morricone, he muerto”, escribió en una carta el genial compositor italiano, fallecido en julio del 2020 a los 91 años, para despedirse de sus amigos y de su familia. Tiempo antes de sufrir el accidente doméstico que le costó la vida, el maestro decidió redactar una curiosa misiva con algunas palabras de adiós y de amor, que su abogado leyó en público, por una razón: quería irse sin hacer ruido. “Lo anuncio a todos los amigos que siempre han estado cerca de mí y también a aquellos que están un poco lejos, a los que saludo con gran afecto [...] No quiero molestar a nadie”, lo resumió él mismo. También por este motivo, siguiendo su voluntad, el funeral será privado.


Italia ha despedido con gratitud y afecto a uno de sus artistas más queridos y seguidos, dentro y fuera de sus fronteras, y que conquistó la meca del cine sin moverse de su adorada Roma. Las principales autoridades y representantes políticos del país, y exponentes del mundo de la música y del arte han rememorado al multipremiado maestro como “orgullo nacional” o “genio universal” que firmó una obra que ya es “patrimonio de la humanidad”. Y han recordado su incalculable legado, una pieza esencial en la historia musical del siglo XX.



El presidente de la República, Sergio Mattarella, ha lamentado la desaparición del legendario compositor que con sus bandas sonoras contribuyó a “reforzar y difundir enormemente el prestigio de Italia en el mundo”. El primer ministro, Giuseppe Conte, ha expresado también su “infinita gratitud” al maestro y ha recordado su herencia: “Nos hizo soñar, emocionarnos, reflexionar, escribiendo notas memorables que quedarán indelebles en la historia de la música y del cine”. El ministro de Cultura, Dario Franceschini, ha señalado que su pérdida marca un día triste para la cultura: “Nos deja uno de los grandes maestros italianos, un músico de refinada habilidad que con sus melodías ha sabido emocionar y hacer soñar al mundo entero, que ha reconocido su labor con los más importantes premios y distinciones”.


El productor de cine Aurelio de Laurentiis ha lamentado que con Morricone “se va una parte del cine mundial” y “un testimonio de cómo los italianos pueden ser protagonistas en todas partes”. “Su humildad, combinada con una grandeza nunca ostentosa, le ha permitido apoyar películas pequeñas y muy grandes, otorgándoles un alma única que las ha hecho inolvidables y perfectas”, ha apuntado. Y ha calificado su música como “un vínculo universal capaz de unir a todos en un abrazo global de amor”.


El director Marco Bellocchio, que trabajó con el genio en varias ocasiones, como en Con los puños en el bolsillo (1965) o China está cerca (1967), ha señalado que “como sucede con los grandes compositores, su música es inmediatamente reconocible”. Y ha destacado que el desaparecido maestro “era alguien que sabía cómo ser él mismo aunque tocara temas muy diferentes”. “Su historia musical es inmensa y nadie podrá repetirla”, ha añadido.



El escritor y director artístico de la Fiesta del Cine de Roma, Antonio Monda, autor de un libro de conversaciones con el compositor, lo ha evocado como un genio “insustituible” y uno de los mayores artistas de la historia del cine y de la música. “Trabajando con él, descubrí sus grandes habilidades en el ajedrez, su pasión por la Roma [era un ávido fanático del fútbol] y el orgullo de ser romano. Estaba profundamente arraigado en sus raíces, incluso cuando su extraordinario éxito lo llevó por todo el mundo”, ha señalado en el diario La Repubblica. Su añorado equipo de fútbol se ha despedido con una foto en las redes sociales en las que se leía: “Gracias por todo, maestro”. Y también la alcaldesa de la capital, Virginia Raggi, expresó su dolor: “Su ciudad llora hoy la pérdida de un artista muy amado”.


El actor y director Carlo Verdone, para quien Morricone compuso la música de sus dos primeros largometrajes, Spaghetti (Un Sacco bello) (1980) y Bianco, rosso e Verdone (1981), también ha lamentado la pérdida del músico. “Será inmoral por su inigualable talento que lo llevó a exaltar cualquier película”, ha dicho.


La actriz Monica Bellucci, protagonista de Malena (2000), de Giuseppe Tornatore, que a menudo ha recurrido a la música de su gran amigo Morricone para sus obras, también ha llorado la pérdida del alabado autor de más de 500 bandas sonoras: “Hay personas que tienen la capacidad de hacer el mundo mejor porque saben crear belleza. Ennio Morricone, con su música, nos hace elevarnos hacia algo alto, que necesitamos tanto para poder volver a creer en la nobleza del alma”. El director de orquesta y también Premio Príncipe de Asturias 2011, Riccardo Muti, lo ha recordado como “un músico extraordinario no solo para la música del cine sino también para las composiciones clásicas”.


El cardenal Gianfranco Ravasi, una especie de ministro de Cultura del Vaticano, también ha despedido al compositor. “Lo encomiendo a Dios para que lo acoja en la armonía celestial, quizás asignándole la tarea de alguna partitura para ser interpretada por los coros angelicales”, ha señalado en sus redes. En 2019, Morricone recibió la Medalla de oro del Pontificado de Francisco por “su extraordinario compromiso con la música que también ha tenido aspectos de naturaleza religiosa”.


El escritor Roberto Saviano también ha dado su adiós “al genio que creó con sus notas la épica en el mundo moderno”. Roberto Fico, el presidente de la Cámara de los diputados, ha dedicado un homenaje al compositor: “Se va un auténtico monumento de nuestra cultura, un orgullo para nuestro país, un compositor que ha hecho historia en el cine mundial, que nos ha hecho emocionarnos, soñar, conmovernos como pocos otros”.


Por Lorena Pacho. Fuente: El País. 6 de julio, 2020



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