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Una ciudadana del mundo que la cigüeña dejó en Erredé. Una inmigrante que lleva a Mao en el corazón.

  • Foto del escritor: Shayra
    Shayra
  • 17 jul 2020
  • 1 Min. de lectura

Hoy hace 35 años que este país me abrió sus puertas; hoy hace siete lustros que salí de ese pueblo al que tanto quiero, dueño de mis raíces y donde viví una infancia en la que fui feliz como la que más.

Hoy hace tres décadas y cinco años que lloré como si el mundo se acabara al despedirme de familiares, amigos y de lo que pensaba era mi primer amor, mismo que luego la vida se encargó de demostrarme que y al que, a día de hoy, me une un gran cariño.

Si antes me anegaba en un mar de lágrimas por no quererme marchar de Mao, mi tierra entre ríos, y por tener que decirle adiós a los cimientos que me forjaron hasta mis 17 años, hoy estoy agradecida con mis padres y con la vida por darme a conocer otro país que me ha expandido los horizontes, me ha ayudado a ser una persona más objetiva, con diferentes perspectivas y con pensamiento crítico... Y en el que he aprendido que mi país no es el único 'mejor país del mundo'.

La vida y sus ciclos, sus vueltas, su constante ir... La maestra vida que, además, me ha enseñado a ser una persona en cuya alma habita la gratitud.

«De vez en cuando la vida afina con el pincel; se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar lo que ofrece a los que saben usarla»

Soy una ciudadana del mundo que la cigüeña dejó en Mao, provincia Valverde.

La filósofa maeña, una inmigrante más, como muchos en esta nación.


1 Comment


Daniela Nunez
Daniela Nunez
Jul 18, 2020

Que verdad en esas palabras de Isabel. por eso hacemos Camino al Andar. Gracias

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