Cuando se reunieron por primera vez a los 19 años, los trillizos descubrieron rápidamente cuánto compartían en común. Aunque habían sido separados al nacer, David Kellman, Bobby Shafranc y Eddy Galland habían crecido individualmente amando muchas de las mismas cosas: cigarrillos Marlboro, lucha libre y el mismo tipo de mujer.
Decenios después, a los 56, los hermanos aún están aprendiendo sobre sus personalidades. Cuando eran niños, Kellman y Shafran compartían el mismo problema de visión: Amblyopía, condición en la que el cerebro y el ojo están fuera de sincronización, lo que dio lugar a un ojo perezoso. Pero sólo Kellman fue tratado por la enfermedad, un hecho que enfurece a los hermanos
Los trillizos que fueron separados al nacer y adoptados por familias distintas, se reencontraron por azar siendo adultos. Este golpe del destino expuso ante la opinión pública el experimento al que han fueron sometidos sin saberlo desde su nacimiento.
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