El recordar que "tuve la carne firme y un sueño en la piel" es lo que me hacía soltar poco a poco la soga mientras formaba a mis hijas; hablar de todo sin tabúes y sin vergüenza, también. He intentado no criar "al olor de la flor" dentro de una burbuja y darles las pautas e información necesarias conforme el paso de los años.
Libertad moderada sin libertinaje, digo yo. Hay mucha realidad (pura y dura) ahí fuera... Y no las he 'moldeado' sólo para mí sino para vivir en sociedad.
He regado y abonado mis Flores lo mejor que he podido y ya voy cosechando frutos.
Mis hijas son lo mejor de mí.
Mil gracias, Úrsula. Un abrazo inmenso.
Espero que los frutos sean muchos y bueno; buen trabajo!