Pedro Almodóvar Caballero nace el 25 de septiembre de 1949 en Calzada de Calatrava, Ciudad Real, en el seno de una familia tradicional y trabajadora que se traslada a Cáceres, donde el joven Pedro estudia el Bachillerato en el Colegio Salesiano.
1959. De La Mancha a Extremadura
Si la infancia es la patria, hay que dar por bueno que a Pedro Almodóvar se le presente como “el director manchego”, aunque solo pasó sus diez primeros años de vida en Calzada de Calatrava, la localidad de Ciudad Real en la que nació el 25 de septiembre de 1949. A finales de los años 50, su familia se mudó a Extremadura, donde aquel niño que se sentía “diferente” descubrió la mala educación -y los abusos- que impartían los curas de los Salesianos, la fascinación por las películas que daban en el cine de verano de Madrigalejo -el pueblo de Cáceres donde se instalaron- y el gusto por contar historias, como las que redactaba en las cartas que su madre le pedía que escribiera para sus vecinas.
Almodóvar, entre Victoria Abril y Marisa Paredes, en el rodaje de 'Tacones lejanos'. El Deseo.
1966. Me largo a Madrid
Las miras estrechas de la vida rural no eran para él. A los 17 años, aunque su padre le amenazó con llamar a la Guardia Civil para impedírselo, Almodóvar armó el petate y se fue a Madrid decidido a hacer cine. Intentó estudiar en la Escuela de Cinematografía, pero el gobierno franquista había cerrado el centro, así que optó por formarse por su cuenta. Con el primer dinero que ganó de oficinista en Telefónica se compró una cámara de Súper 8 y empezó a hacer sus primeros cortos. También se introdujo en el teatro de la mano del grupo Los Goliardos y acabó convertido en un imprescindible de la cultura 'underground' madrileña que despuntaba con la llegada de la democracia.
Con Fabio McNamara, compañero de canciones surrealistas.
1980. El agitador de ‘La Movida’
El estreno de ‘Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón’ (27 de octubre de 1980) marca el inicio de la carrera de Almodóvar como director de cine comercial, por más que este calificativo chirríe en su primer cine, dado el grado de provocación y descaro que el cineasta gastaba en sus inicios. Hasta lo de “director” le viene pequeño a aquel Almodóvar, quien aparte de hacer películas, en esos años también publicaba folletines en fancines, colaboraba en revistas de comic y formaba un delirante dúo musical con Fabio McNamara, con el que llegó a publicar un disco con sus grandes éxitos: ‘Cómo está el servicio… de señoras’ (1983).
Entre Blanca Sánchez y Alaska, en plena 'movida'.
1988. El cine es divertido, pero va en serio
Los años 80 fueron intensos para Pedro Almodóvar. Títulos como ‘Laberinto de pasiones’ (1982), ‘¿Qué he hecho yo para merecer esto?’ (1984) o ‘La ley del deseo’ (1987) sirvieron para popularizar su figura y definir su estilo, poblado de personajes al límite y tramas delirantes en las que el sexo y el humor actuaban como acicate infalible. Pero el cine no era ninguna broma para él y en 1986 decidió fundar, junto a su hermano Agustín, El Deseo, la productora con la que a partir de entonces alumbraría todas sus películas. En 1988, el éxito de ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’, nominada al Óscar como mejor película de habla no inglesa, le señaló como el director de cine español más exportable.
Con la 'troupe' de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'.
1999. ¡Peeeedrooooo!
Después de meterse al público y a la crítica en el bolsillo, Almodóvar necesitó una década y cuatro películas para convencerles de que él no se había hecho director para hacerles reír, sino para estremecerles. En los 90, su cine se tornó melodramático y tuvo que esperar a 1999 para que ‘Todo sobre mi madre’ volviera a reconciliarle con los aplausos y los premios. Entre ellos, el Oscar que le entregó Penélope Cruz gritando su nombre. Dos años más tarde, el éxito internacional de ‘Hable con ella’ –Óscar al mejor guion y nominación a la mejor dirección- confirmaba que su cine de madurez se entendía mejor fuera que dentro de España.
Con el Óscar ganado por 'Todo sobre mi madre', en el 2000. Foto: Héctor Mata
2002. Los afectos
A pesar de su dilatada exposición mediática, Almodóvar ha conseguido mantener su vida privada alejada de los focos. Su madre y sus hermanas hicieron cameos en sus películas y su hermano Agustín fue su voz y su rostro en cuestiones administrativas –incluida su defensa cuando su nombre apareció en la lista de famosos que se habían abierto cuentas en Panamá para evadir impuestos-. Sin embargo, nunca trascendió qué nombres protagonizaban la película de sus afectos más íntimos. Hasta 2002, cuando conoció al actor y modelo Fernando Iglesias e inició con él una relación de la que nunca ha presumido, pero que tampoco ha ocultado, y que hoy continúa.
Pedro Almodóvar, junto a su pareja, Fernando Iglesias, y Penélope Cruz, fotografiados en Nueva York en el 2006. Getty Images.
2019. La gloria
A sus 70 otoños y después de 20 películas, Almodóvar parece haber entrado en el tiempo de la cosecha. En los últimos años le han nombrado doctor honoris causa en las universidades de Harvard, Oxford y Castilla-La Mancha, le han concedido el Príncipe de Asturias y en la última edición del festival de Venecia le honraron con el León de Oro por toda su trayectoria. Como quien ya anda de vuelta de los reconocimientos, en su última película, ‘Dolor y gloria’, el cineasta se ha atrevido a ser el protagonista de la historia, aunque transmutado en Antonio Banderas, y a mostrar en la pantalla sus dolores. En primavera sabremos si este último estriptís emocional vuelve a traerle la gloria en los Óscar.
El León de Oro de Venecia, en agosto pasado, el último reconocimiento (por ahora).
Fuente: El Periódico..com
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