Los últimos quince años me han regalado un exquisito sentido de vivir la vida a plenitud y a mis anchas: consumiendo menos, concentrándome en lo que realidad importa -al menos para mí-, simplificando Y poniendo el ahínco en esos regalos que no se pueden comprar. El resultado de implementar esta ‘sabiduría’ (y compartirla muchas veces) hace que todo fluya más armoniosamente y te hace crecer hacia adentro.
Y qué gusto da saber vivir para contarlo.
Abrazos de martes de la filósofa maeña.

Comments