Conocer gente me enriquece de un modo como no hay otro; cada quien viene a la vida con una energía especial la cual extraigo para nutrir mis necesidades como ser humano. Y eso me gusta; me gusta mucho.
Voy por la vida creando lazos afectivos a los que me aferro y me engancho de por vida, a menos que la otra persona decida lo contrario.
Me gusta esa manera que tengo de ir por la vida, haciendo amigos y amigándolos para hacer un círculo vasto, grande y profundo.
Mi melomanía ha puesto en mi camino a mucha gente; gente buena; gente con la que comparto este vicio del que no me quiero curar nunca; gente con la que he logrado entablar una amistad que, en muchos casos, ha trascendido este barrio la virtualidad y se ha salido de la pantalla del ordenador.. Y he sido así desde siempre, mucho antes de que el ciberespacio me lo hiciera más fácil y más económico.
Silvio, Serrat, Sabina, entre otros, me han dado buenos nuevos y viejos amigos y, aunque ellos no se enteren nunca, llenan mis días de buena letra y de buena música, misma de la que me alimento.
Con esto dicho -para que no se haga muy largo- quiero agradecerles a todos y a cada uno que cada día se den el tiempo para leerme, para compartir música, poemas, amistad, energías y vida... VIDA, sobre todo.
Cuenten con este cuerpo siempre, con mi amistad, con mi buena vibra y con ese cariño que crece cada día aunque las oxitocinas no digan presente -en algunos casos- todavía.
Abrazos cercanos de luz.

https://www.youtube.com/watch?v=xzgY5ojdBL8