No sólo la muerte crea pérdidas. La vida también. Y esto es, muchas veces, casi igual de doloroso. En ambos casos, nos salvan los buenos recuerdos que hemos creado con tales o cuales personas y todo el amor que pusimos junto con el esfuerzo, casi siempre fallido, de salvar la relación, fraternal, amorosa, parental.
Abrazos cercanos de luz.
«El amor es lo único que crece cuando se reparte»
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