Los directores Jon Garaño, José Mari Goenaga y Aitor Arregi se inspiraron en el caso real de los conocidos como “topos”, una serie de personas que se refugiaron en escondites dentro del hogar familiar durante el régimen franquista. Un hecho poco abordado por el cine español que en ‘La trinchera infinita’ sirve para explorar con gran acierto la evolución del matrimonio formado por unos extraordinarios Antonio de la Torre, el actor con más nominaciones (14) a los premios Goya, y Belén Cuesta, papel que le valió el Goya a la Mejor Actriz.
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‘La trinchera infinita’ arranca principalmente con una persecución: los nacionales han llegado a un pequeño pueblo andaluz y uno de sus concejales tiene que darse a la fuga.
Los nacionales (a favor de Franco) quieren acabar con él y la única salida que le queda es refugiarse en un agujero que había creado en el interior de su casa al esperar que algo así pudiera pasar. Antes era su bando el que estaba por encima y ahora las tornas han cambiado, como bien se ilustra a través de la conversación del personaje de Cuesta con unos vecinos poco después de que el marido de esta última se haya convertido en uno de esos “topos”.
En España, se llamó topo a las personas que vivieron ocultas tras la Guerra civil para escapar a la represión franquista.
El uso del término "topo" para referirse a estas personas procede de la obra de los periodistas Manuel Leguineche y Jesús Torbado "Los topos", publicada en 1977, en la que se narra la historia de 24 de estas personas.
Varias fuentes.
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