Algunos -o muchos- se "agarran" del Dios en el que creen y piensan que con tres golpes de pecho expían sus culpas y malas acciones. Yo respondo a mi conciencia y me visto de bonhomía en mi diario vivir. Además, no sé hacerlo de otra manera; el alma no me pide otra cosa
El camino de este mundo -que va en picada- hay que hacerlo más transitable, más llevadero... A ver si aparece una senda que nos conduzca hacia la esperanza.
¡Mucha luz... Toda la luz!
Abrazos de miércoles por la mañana de la filósofa maeña. 
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