No creo en santería ni en brujería. No me gustan las religiones; soy, a lo mejor, nihilista y de esos seres que piensa que "la religión está en el corazón, no en las rodillas".
Me gusta el hedonismo como doctrina.
Con esto por delante, demás está decir que no creo en el mal de ojo... Creo en mi buena estrella, en esa suerte que casi siempre me acompaña... Y en hacer el bien. Tengo comprobado que haciéndolo, la vida me lo devuelve en cantidades industriales.
Abrazos de la filósofa maeña.
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