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Foto del escritorShayra

La novela de ser o no ser madre.


Tras el alud de ensayos sobre la maternidad de los últimos años, la ficción también se suma a tratar el tema con la mirada de escritoras como Sheila Heti, Katixa Agirre, Eva Baltasar o Maria Climent.


La maternidad se ha instalado como un gran tema de novela. Más allá de libros de psicología o de esos manuales sobre cómo hacer frente a nuevos retos ante el nacimiento de un bebé, la cuestión de ser madre y la opción de no serlo, cuándo, cómo, por qué o con quién, avanza en las mesas de novedades desde el terreno de la no ficción —género en el que ha resultado ser un asunto muy fecundo en los últimos tiempos— hacia la ficción. ¿Moda literaria? ¿Filón creativo?


Maternidad (Lumen), de la canadiense Sheila Heti;Las madres no (Tránsito), de Katixa Agirre, yGina (Alfaguara), de Maria Climent, no comparten trama, ni voces, ni punto de vista. Fabulan en torno a historias muy distintas. Se trata, respectivamente, de una novela judicial sobre un infanticidio; de un libro híbrido en el que filosofía y vida se entrecruzan; y de una historia sobre cómo una enfermedad marca un giro radical en la vida de una treintañera. Pero en estas tres obras de ficción, publicadas en los últimos meses, tener hijos, decidir si tenerlos, o quererlos, constituye el arco dramático central.

La libertad para elegir que, en principio, tienen hoy muchas mujeres abre un ángulo interesante para la ficción.

Escribió Ian McEwan que “cuando las mujeres dejen de leer, la novela morirá”. Ellas son el gran público lector, y la maternidad es un asunto que las concierne. Hoy implica en muchos casos decisiones y espacio para el drama, la frustración o la reflexión, mientras que antes, ser madre era algo que se daba por sentado. “Mi abuela tuvo 10 hijos y apechugó. Hoy pasamos tiempo pensándolo, pero es un tema que puede herir muchas sensibilidades”, señala Agirre en conversación telefónica.


Cómo encajar en un guion preestablecido —tanto si se tienen hijos como si no— genera ambivalencias y quizá de ahí surge la pulsión por inventar y escribir la historia propia, plasmada en esta rica veta literaria. “Me parece bien que esté de moda. Tiene que haber un cambio cuantitativo para que lo haya también cualitativo”, añade Agirre.


Terminada la novela-experimento narrativo ¿Cómo debería ser una persona? (Alpha Decay), que situó a Heti como una de las voces más osadas y experimentales en el panorama norteamericano, la escritora decidió explorar otras preguntas no menos existenciales. “¿Qué significa ser madre? ¿Qué significa crear? Ese fue el punto de partida.

Adoro los libros de filosofía y las novelas, así que quería hacer una novela filosófica en la que meter reflexiones”, explicaba hace unos meses en Nueva York, poco antes de participar en un panel del festival PEN.

Extrovertida pero de aspecto tímido, con un muy personal estilo narrativo en el que muestra y esconde como un prestidigitador, Heti construyó Maternidad a partir de extractos breves en los que la narradora va dando vueltas al tema de si ser madre o no, conversando con amigos, tirando las tres monedas del I-ching, preguntando insistentemente y avanzando en direcciones inesperadas. Tardó más tiempo en ordenar el puzle que en escribir los textos.


No quería moverse en un plano abstracto así que decidió aportar contexto a las reflexiones a partir de su propia vida. “Tener hijos no era algo natural para mí. Pero, vamos, tampoco imaginé que me enamoraría y esto sí pasó”, decía. “Quería que la pregunta del libro estuviera muy enfocada, que no hubiera ningún obstáculo añadido. La protagonista no es rica ni pobre, tiene pareja, está bien con él. Su duda es existencial”. El recorrido que Heti propone ante esta decisión es descarado, lúdico, observador, reflexivo, triste, enervante, divertido y amplio, pero entre las reacciones a Maternidad ha habido críticas que la escritora define como defensivas. “Creo que ha habido mujeres que se han sentido juzgadas al repensar sus decisiones, pero la novela no trata de eso”.

Katixa Agirre, autora de Las madres no, cuenta que comenzó a reflexionar intelectualmente sobre la maternidad a partir de su propia experiencia, leyó, investigó, pero la clave fue introducir la ficción en su proyecto. El repaso histórico que hizo, y que asoma en las páginas de su novela, le dejó claro que las historias de madres escritoras eran “medio trágicas, o abandonan a los niños o lo llevan muy mal”.


“La maternidad es una experiencia humana compleja e interesante, que acerca la vida y la muerte y está llena de matices. Es una relación con tira y aflojas, y eso lo convierte en un buen tema literario”, sostiene la escritora vasca. La protagonista de su novela Las madres, no se obsesiona con un caso de infanticidio, en la etapa final de su embarazo y durante el primer año de vida de su hijo; trata de navegar el desasosiego de su nuevo estado, su deseo de escribir y su impulso de seguir cada detalle del asesinato.

Gina, la protagonista que da título a la novela debut de Maria Climent, descubre en el arranque de esta historia que ese “más adelante” al que se aferran muchas mujeres a ella se le acabó. Le ha sido diagnosticada una enfermedad degenerativa y el tratamiento causará infertilidad: si quiere tener hijos debe tenerlos ya. “La premisa partió de encontrarme yo misma en esa tesitura.


De la maternidad se escribe mucho pero de la infertilidad poco. Es un tabú”, señala al teléfono la autora. “Ves a mujeres embarazadas que reciben enhorabuenas sin que nadie sepa el infierno que han pasado hasta llegar ahí”.

Climent recorre a través de su protagonista un camino que la enfrenta a asumir las limitaciones de su cuerpo, hasta lograr alcanzar verdad y felicidad. “Lo que no consigues te lleva a otros sitios que te pueden gustar. No tiene sentido maldecir la vida por una batalla que ganaste”.

La ficción se abre a nuevas historias que van más allá del problema de un embarazo no deseado o de cómo la carga familiar limita a las madres, temas que se abordaron en novelas en el pasado. Y así los libros que tratan este asunto siguen llegando: en 2020 Boulder, de Eva Baltasar, y Libros del Asteroide sacará en una fecha aún por fijar el libro sobre esa temática de Rachel Cusk A Life’s Work.

Por Andrea Aguirre.

El País. Diciembre, 2019







34 visualizaciones2 comentarios

2 Comments


Shayra
Shayra
Jun 05, 2020

Te comprendo perfectamente. Y defiendo mucho tu postura. Yo tampoco soy una madre abnegada. Me gusta ser madre pero, aunque muchos lo tengan mal visto, no es un trabajo que te recompense como te lo quieren pintar. Pienso que hay muchas alegrías, es cierto, pero también hay mucha tristeza y mucho dolor porque nada te duele más que lo que le pase a tus hijos o lo que ellos, inconscientemente por inmadurez o por egoísmo, hagan y repercuta en ti.

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Angie Morales
Angie Morales
Jun 05, 2020

Es un tema muy interesante. Soy madre, amo a mis hijos y me alegra ver que hoy son un par maravilloso, indistintamente. Pero no es lo que más me gusta "ser" y no ha sido un trayecto armonioso del todo. Y esto último, porque asumo y tengo claro, que no llevo en los genes ese maravilloso instinto maternal. Me costó reconocerlo y manifestarlo, pues no suena muy bonito que una mujer le falle a su naturaleza y no cumpla con los cánones establecidos.

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