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Foto del escritorShayra

Joan Manuel Serrat en el Teatro Nacional de Santo Domingo, R.D, en su despedida de los escenarios

Tras su gira “Mediterráneo da Capo” en 2019, Serrat volvió a pisar suelo dominicano este mayo del 2022 con su última gira, misma que pretende culminar en diciembre en su natal Barcelona y en la que repasa casi 60 años de trayectoria. Pero Serrat, siempre conversador como el poeta que es, se sinceró con su público en medio de aplausos diciendo que será su última gira aunque no está listo para dejar de cantar ni componer.


A las 8:39 de la noche, con la exquisita banda dirigida por Ricard Miralles, Serrat apareció en el escenario cantando “Dale que dale” recibido de pie y con aplausos. Muy sonriente, miró hacia el cielo y dio un beso, siguió con “Mi niñez” y “El carrousel del furo”.

De caminar pausado y voz impecable, el artista tomó la guitarra en varias ocasiones dando muestras de que sigue con la misma energía. “Buenas noches, damas, caballeros y neutrales”, soltó el cantautor haciendo reír a la audiencia. “Romance de curro el palmo” fue cantada visiblemente emocionado.

Antes de dar paso a las siguientes canciones, Serrat contó la historia que inspiró esa grabación, y en una de estas intervenciones agradeció a Penélope, Lucía, Juan, José, Alberto, y a aquellos nombres inmortalizados en su obra musical.

Dijo que los personajes son el quién de las canciones; que no son ni de verdad ni de mentira y que transitan en un limbo de emociones. "Y para ellos, los personajes, va todo mi reconocimiento".


Fue el momento de seguir con “Señora”, “Lucía”, incluida en su álbum “Mediterráneo” del 1971, y “No hago otra cosa que pensar en ti”, un éxito que marcó la época de los 80.

Las interpretaciones representaron más de medio siglo de carrera en las que saltaba las décadas sin cierto orden, generando más emoción entre los presentes por saber qué seguía. “Es que los personajes tienen eso de maravillosos, que no envejecen”, expresó.




Entre las anécdotas, recordó a sus padres, José Serrat, un obrero y anarquista español, y Ángeles Teresa, ama de casa originaria de Belchite (Zaragoza) y de Poble Sec, el barrio donde creció y el cual influyó mucho en sus composiciones.

A su madre le dedicó “Cancó de Bressol”, entonada con guitarra en catalán.


“Yo dejo los escenarios, pero no dejo de vivir, no dejo de querer; por tanto, si amo la vida, amo la música y amo la luz, no les quepa duda que nos volveremos a encontrarnos por aquí por las calles de República Dominicana”.

Con estas palabras de un hasta luego y elogiando a los músicos que lo han acompañado por años, Joan Manuel Serrat hizo reverencia complacido y se despidió a las 11:00 de la noche con el clásico “Penélope”.

Los conciertos fueron producidos por César Suárez Pizano.



Fuente: Fragmento del artículo del Diario Libre.


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