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Foto del escritorShayra

El sur también existe. Cantos transoceánicos. Serrat y Benedetti. 1985

De la decisión de Joan Manuel Serrat de musicar poemas del uruguayo Mario Benedetti nace "El sur también existe" (1985), el emotivo homenaje del cantante catalán a América latina, una región que le acogió con los brazos abiertos de par en par, incluso en situaciones tan peliagudas como su exilio en 1975, en el ocaso del franquismo. Por su parte, Serrat hace rato de vuelta todo ese cariño mostrando su apoyo en momentos trágicos como los golpes de estado chileno y argentino y sus consecuentes dictaduras.

Han sido casi 40 años de intercambios que empezaron sorprendentemente en Brasil.






TOCANDO A LA PUERTA


Serrat viajó por vez primera Suramérica en 1969, gracias a la astucia de su manager de entonces, José María Lasso de la Vega, que consiguió que su pupilo escribiera y cantara la letra de Penélope, la música que Augusto Algueró había compuesto para presentar en el festival de la canción de Río de Janeiro.


Ricard Miralles, que en aquel tiempo llevaba sólo unos meses como pianista y arreglista de Serrat recuerda aquella visita: "Desde Río, Lasso de la Vega, que era increíble para los negocios, contactó con gente de Argentina, Chile y algún país más, y lo que iba hacer un viaje de dos a tres semanas, se conviertió en una cita de cinco meses. A Buenos Aires llegamos los dos solos, pero como salieron conciertos, nos trajimos al resto del grupo. Aquello fue un trabajo de siembra; aún se le conocía poco.


ENSEÑANZAS DEL NUEVO MUNDO


Serrat, nada más volver de América, escribió un texto para Nuevo Fotogramas, entonces la revista de la progresía lúdica, publicado en marzo de 1970, con su balance de aquella gira:

"Desde un punto de vista profesional, este viaje mío ha sido una sucesión de luchas en todos los mercados. No había nada hecho y tuvimos que empezar desde abajo. La verdad es que nadie nos regaló nada, pero también hemos tenido la suerte de que nos viniera el viento de cara. Si hay que culpar a alguien, quizá culpar no sea exactamente la palabra, sería a mis casas de discos, cuyo problema fundamental era el de su limitación allá. Pero esto nosotros ya lo sabíamos e intentamos superarlo como pudimos. Salimos de España a conquistar nuevos mercados porque teníamos unas ganas enormes de hacerlo y porque si mis canciones en boca de otros habían pegado bien, ¿por qué no podíamos hacerlo nosotros?

La cosa había ido bien y el 20 de mayo vamos a volver otros dos meses y medio por allá".


Además, el cantante también hablaba de sus primeras impresiones de la realidad latinoamericana: "Lo que más me ha llamado la atención ha sido la diferencia que existe entre las clases sociales, desde la más impensada fastuosidad hasta la miseria total. Y todo ello lo encuentras mezclado, si separaciones, entre gentes que viven con diferencias sociales monstruosas".


Años después, Serrat le contaba a Margarita Riviêre (en el libro Serrat y su época, 1998) lo que le supuso adentrarse en América: "Descubrí entonces que había un agravio comparativo terrible entre el afecto que nos tienen y el olvido en el que les tenemos (...) El enfado aún me dura: "España debería tener una actitud más más maternal y menos de madrastra (...) Y yo me he negado a sentirme como un forastero que llega, toca y cobra. Me ha negado por actitud vital, y eso me hizo explicarme lo que allí pasaba, intentar enterarme y aprender cosas".



Palabras hechas canciones.

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