Las aventuras de Donna, las Dynamos y los tres hombres de su vida vuelven a la gran pantalla para explicar sus orígenes y ayudar a Sophie con su nueva vida.
El grupo sueco ABBA se convirtió en una de las grandes sensaciones de la música del pasado siglo tras ganar el Festival de Eurovisión en 1974. Sus canciones lograron marcar un antes y un después en el pop europeo de la época y su ritmo y letras pegadizas han provocado que hoy en día la banda siga marcando a generaciones.
Hace casi dos décadas, en 1999, la música de ABBA volvía a los escenarios de Londres con nuevos intérpretes, con motivo del estreno del musical en uno de los teatros de West End. Varios miembros de la banda colaboraron con la dramaturga Catherine Johnson y la productora teatral Judy Craymer durante el proceso creativo, tanto a nivel económico como en el desarrollo argumental.
Al igual que ocurriera con la creación de la obra de West End, Andersson y Ulvaeus colaboraron en el largometraje como productores ejecutivos, y llegaron a realizar cameos en la película. Esto provocó que en la première sueca de la película los dos volvieran a unirse a Agnetha Fältskog y Anni-Frid Lyngstad (el resto de miembros de ABBA) por primera vez desde 1986. El resto de productores pidieron a los exintegrantes del grupo que crearan una nueva canción para optar al Oscar a Mejor canción original, pero todos se negaron.
La película consiguió una recepción apabullante. La crítica internacional se rindió ante la película y la actuación del reparto, haciendo hincapié en la de Meryl Streep. La película fue lanzada por primera vez en Grecia, donde consiguió más de un millón de recaudación y saltó al número uno de la taquilla. Lo mismo ocurrió en más de diez países, y se hizo con más de 600 millones en todo el mundo. El éxito de la adaptación fue tal que se reestrenó hace unos años en versión karaoke, con el objetivo de involucrar aún más al público.
Phyllida Lloyd, directora del musical original, se puso enfrente de la cámara para llevar a la gran pantalla las vidas de Donna, Sophie y el resto de personajes. Los Pinewood Studios de Londres y varias islas griegas vieron crecer la historia protagonizada por Meryl Streep, Pierce Brosnan, Stellan Skarsgård y Colin Firth junto a otros miembros del reparto.
Otro de los grandes nombres del musical que repite en la adaptación cinematográfica de la obra es la productora Judy Craymer, quien junto a Tom Hanks (también productor ejecutivo) se encargó de mantener el espíritu fresco y divertido del material original. Ambos se unieron a Catherine Johnson (quien actuó como guionista para la cinta) y Lloyd esperando a que el musical se estrenase en Europa, Norteamérica, Asia y Australia para comenzar su cambio de formato. El gran reto de la película, según comentaba la directora, fue trasladar el espíritu Mamma Mia! (musical) a la gran pantalla, dejando a un lado las limitaciones que ofrece un escenario.
Los creadores del musical ofrecieron el papel directamente a Streep, quien atraída por la naturalidad de Donna y su experiencia previa con la obra, decidió aceptarlo. En entrevistas posteriores, Brosnan confirmaba no saber en qué película iba a participar en un principio, y se sumergió en la piel de Sam conociendo únicamente quién protagonizaría la cinta y dónde tendría lugar la grabación. Tanto ellos como Skarsgård y Firth sopesaron no entrar al proyecto por miedo a cantar y bailar frente a la cámara, pero la facilidad a la hora de trabajar con la directora y el equipo creativo acabó por convencerlos.
Fuentes: El Palomitron, Sensacine, Sombra Producciones.
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