Vuelves; te enfrentas al pasado intentando cerrar círculos que quedaron semiabiertos. Y descubres, nuevamente, que ese sabor que quedó se vuelve aún más amargo... Y compruebas una y otra vez que la realidad es más fuerte que la imaginación... Y te resientes contigo misma por ser ilusa y pensar que unos cuantos años bastan para que la vida, el tiempo o las experiencias vividas regalen una dosis de humildad a quien nunca ha sabido ni ha querido tenerla. Te decepcionas y quieres retroceder los minutos para pensar, acatar, enteder que donde no hubo no habrá... Y cierras el círculo permanentemente, esta vez totalmente aliviada.
Abrazos cercanos de luz.
Yo tampoco he sido buena en matemáticas ni en sus derivaciones pero me reconforta que mi reflexión haya aportado una pizca de claridad. Te abrazo fuertemente.
Nunca he sido buena, ni me han gustado las matemáticas y todas sus partes y derivaciones, por decirlo de algún modo, como en este caso la geometría. Quizás por eso es que me ha costado tanto resolver un ejercicio en particular. Aunque breve, tu publicación de hoy es muy precisa y no te imaginas cuánto aporta al uso del compás y la precisión para cerrar y resolver, por fin, este gran círculo que me tiene en inercia hace tantos años. Gracias de corazón.