Para la temporada de verano se hará el flamante re estreno de “Trigo Sucio” de David Mamet en el Teatro Reina Victoria de Madrid. La versión del clásico será una adaptación del dramaturgo Bernabé Rico y estará dirigida por Juan Carlos Rubio.
El elenco estará conformado por Nancho Novo, Eva Isanta, Fernando Ramallo y Candela, la hija de Joan Manuel Serrat. Las funciones serán en horarios de miércoles a viernes a las 20:00h, los sábados doble pase a las 18:00 y 20:30h, y los domingos a las 18:00h.
Sin embargo, pese a lo bonito que suena el estreno de esta obra, la polémica ha venido nuevamente a cuestionar este tipo de dramaturgias, agregando una cuota necesaria de pensamiento crítico a ciertas cuestiones naturalizadas, como, por ejemplo, la violencia de género explícita que hay en la obra.
Su director ya lo advirtió. Se trata de una “comedia” enmarcada en una “ficción”. Es decir que nada de lo que se representa sobre el escenario es lo que representa el pensamiento o los deseos de quienes la llevan a cabo. Pero el movimiento MeToo no piensa lo mismo y te contamos por qué.
Sinopsis de la obra “Trigo Sucio”
La versión del escrito oficial sobre lo que trata la obra dice lo siguiente: “En la meca del cine, el jefe de un estudio cinematográfico dedica su tiempo a seducir a artistas guapas, comprar a la prensa y hacer películas de nulo interés cultural.
Para él tan sólo importa el poder y el dinero. Hasta que una joven aspirante a actriz se resiste a ponerle precio a su carrera, precipitando la caída del magnate hasta lo más hondo del escalafón social.”
Si bien el argumento no nos resulta novedoso, hay que admitir que los contextos cambiaron y que una obra de tales magnitudes se presente en un teatro causa polémicas y controversias, sobre todo, con mujeres que luchan para que no se continúe perpetrando su lugar como mero objeto, así sea una ficción.
De todos modos, se espera que la obra sea un éxito, dirigida e interpretada con la más respetuosa intención. Pese a causar tanto malestar, sus nobles intérpretes, entre ellos la hija del gran poeta, darán todo arriba del escenario.
Si bien se cuestionan este tipo de obras, aún podemos apreciar el costado útil de todo esto. Podemos ver cómo operan viejos paradigmas en una puesta y cuestionarnos nosotros, como espectadores, qué estamos dispuestos a seguir viendo sobre las tablas y qué no, ya que, como dijimos anteriormente, el contexto cambió.
Fuente: Espectáculos..es
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