Con motivo del 30 aniversario del estreno de este clásico del cine noventero, indagamos en la intrahistoria de la secuencia que convirtió el filme protagonizado por Demi Moore, Patrick Swayze y Whoopi Goldberg en la película más taquillera de 1990.
Son las dos de la mañana de una noche lluviosa. Molly no puede dormir y, en la penumbra de su estudio, comienza a esculpir un jarrón de cerámica. En el tocadiscos comienza a sonar Unchained Melody. Justo cuando Bill Medley clama por primera vez por su darling, Sam, recién salido de la cama como demuestra su torso desnudo, se sienta tras ella. Tras observarla durante algunos segundos, funde sus manos en la arcilla con las de la joven, que moldea una figura con forma fálica. Sincronizados con el estribillo de la balada, Sam consigue que Molly aparte su atención del barro y se centre únicamente en él. El resto de la noche es historia. El resto de la secuencia, también. Este 13 de julio, la considerada como la escena romántica “más sexi del séptimo arte”, que convirtió a Ghost en un fenómeno pop de la década de los noventa, cumple tres décadas. Con motivo de su aniversario, repasamos la intrahistoria de la clase de alfarería más conocida de nuestro tiempo.
“No teníamos ni idea de que fuera a convertirse en la escena romántica más famosa de la historia del cine. Solo éramos actores tratando de hacer nuestro trabajo lo mejor posible”, sostenía en la biografía One Last Dance el añorado Patrick Swayze. Ghost (Más allá del amor), la historia de un joven asesinado por un ladrón que trata de conectar desde el más allá con su novia para salvarle la vida, se convirtió en la película más taquillera de 1990 en todo el mundo. En un tiempo en el que las grandes producciones de superhéroes o franquicias juveniles no dominaban con mano de hierro la cartelera, era posible que dramas o comedias de presupuesto medio como la mencionada u otras como Pretty Woman, Solo en casa o Bailando con lobos coparan los primeros puestos de recaudación en salas. Con un presupuesto de 20 millones de euros, Ghost consiguió recaudar más de 500.
Secuencia 1. Molly desvelada.
En los ensayos de la mítica escena de la arcilla, la tensión sexual ya era palpable. Aunque iban vestidos, el realizador Jerry Zucker confesó que incluso los actores se sentían avergonzados mientras la preparaban. La química que exhiben es un hito si se tiene en cuenta que la relación entre ellos en el rodaje no era buena y apenas se dirigían la palabra. Según Moore, estaban tan nerviosos como “dos estudiantes de instituto en una primera cita” y Swayze, que incluso la había ensayado en casa con su mujer Lisa Niemi, “se ruborizaba” con solo hablar sobre ella.
La escena se rodó con un equipo técnico reducido y ante la supervisión de expertos alfareros, que asesoraban y daban forma al embrión de jarrón que después continuaba moldeando la actriz. Como recuerda Gwynne Watkins con motivo del 25º aniversario del filme, Moore estaba obsesionada con que su camisa sin mangas desabotonada en gran parte no dejara al descubierto uno de sus pechos y le pidió a su compañero de elenco que lo tapara si ocurría. Desde el punto de vista técnico, las salpicaduras de la arcilla supusieron un desafío y se necesitaron decenas de tomas antes de pasar a la siguiente. “De todas las escenas que he rodado, las de amor son en las que menos seguridad tenía. Siempre he sentido una presión extra, teniendo en cuenta que las revistas me llamaban Mr. Sexy. Es irónico que la escena de la arcilla con Demi sea una de las más famosas de toda mi carrera”, relató el actor en su biografía.
La película fue nominada a cinco Óscar y convirtió a su trío protagonista en estrellas deslumbrantes de la nueva década cinematográfica que acababa de empezar. Moore fue la actriz mejor pagada de Hollywood por delante incluso de la Julia Roberts post Pretty Woman; Whoopi Goldberg fue la primera intérprete negra en 50 años en ganar una estatuilla (mejor actriz secundaria), y Swayze logró desencasillarse del rol de actor de acción tras De profesión: duro o Con su propia ley. Él no fue la primera opción para el personaje de Sam: Michael J. Fox, Bruce Willis (pareja de Demi Moore por aquel entonces) o Harrison Ford rechazaron antes el papel. “He leído el guion tres veces y todavía no lo pillo”, alegó Ford.
Secuencia 2. Sam quiere probar suerte como alfarero.
En el primer esbozo de guion, el personaje de Demi Moore era una escultora inspirada en la venezolana Marisol Escobar que, en lugar de moldear arcilla, tallaba grandes bloques de granito o de madera. El director temía que esto fuera visto por los espectadores como excesivamente rudo y arquetípico. La profesión de ceramista se le ocurrió al director Jerry Zucker durante el rodaje de Agárralo como puedas, al observar a uno de los técnicos de sonido leer una revista de alfarería. La mujer del guionista del filme, Bruce Joel Rubin, también era una aficionada a la cerámica y tenía en su propia casa un torno. “Cuando la gente viene de visita y ve el estudio me guiñan el ojo y me dicen, ‘Ya sabemos que es lo que haces por las noches”, confesó el escritor al Chicago Tribune. Demi Moore dio clases para que la escena fuera lo más realista posible.
La naturaleza carnal de la secuencia, esa coreografía pasional en la que desemboca el desvelo de la pareja, fue producto de la improvisación de los protagonistas. Hasta el punto de que en algún lugar en los archivos de la Paramount hay una escena de sexo inédita que fue descartada del montaje final tras comprobar la fuerza dramática de lo sucedido en el torno de cerámica. “Cuando vimos el metraje grabado el día anterior nos miramos entre nosotros y supimos que lo que teníamos era alucinante. La escena de la alfarería era tan erótica que no necesitábamos nada más”, confesó Zucker en la edición estadounidense de Vanity Fair. “La electricidad entre ellos era tal que supimos que no necesitábamos otra escena de amor”, añade Rubin.
“Demi y yo jugamos el uno con el otro y nos inventamos esa escena sobre la marcha. Fue muy sexi jugar con toda esa arcilla, así que todo lo que hicimos fue dejarnos llevar, liberar nuestra imaginación, y cuando nos tocamos los brazos saltaron chispas. Las mejores escenas de amor no necesitan lo que yo llamo el ‘revolcón’, de hecho, eso suele llevarse toda la tensión. No quieres ver a los personajes rompiéndose los huesos. Quieres ver cómo se miran fijamente a los ojos, en un momento íntimo y personal que transmita deseo. Eso es lo que yo considero que es sexi”, escribió en sus memorias Time Of My Life el actor, que fallecería a los 57 años a causa de un cáncer de páncreas en 2009.
Secuencia 3. El jarrón es lo de menos.
La secuencia exhibe también una elipsis temporal, considerada durante años por muchos como un error de raccord (continuidad), en la que Sam y Molly se lavan las manos antes de desatar la pasión restante en la cama. El director defiende que esta pausa para la higiene personal fue deliberada y no un gazapo. Tampoco estaba en el guion que el jarrón se rompiera cuando Sam pone sus manos en él, pero la reacción instantánea y natural de ambos aportó un valor extra a la secuencia.
Gracias al éxito arrollador de la película, Unchained Melody, la inolvidable balada de The Righteous Brothers, volvió a copar las listas de éxitos más de tres décadas después de su publicación original. La canción fue una sugerencia de Lisa Weinstein, productora del filme, y casualidades de la vida, su intérprete –Bill Medley– es el mismo que tres años antes cantaría (I’ve Had) The Time Of My Life, otro himno del cine ochentero (Dirty Dancing) también con Swayze. Convertida la escena de la alfarería en un icono de la cultura pop y calificada como la más sexi de la historia del cine, ha sido parodiada y referenciada en múltiples ocasiones a lo largo de estos años: en series de televisión (Padre de familia o Dos hombres y medio), películas (Agárralo como puedas 2 ½) o por celebrities como Irina Shayk. Esta tragicomedia fantástica se ha convertido en un clásico del cine romántico tan imperecedero que, con motivo de su 30º aniversario, regresó en febrero a las salas británicas antes del cierre forzado de los cines por la crisis sanitaria.
Por Carlos Megía. El País. Artículo actualizado el 10 julio, 2020
Fotos: Getty Images
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