A las dos de la madrugada del domingo, con la estatuilla del Goya al mejor actor en la mano, Antonio Banderas (Málaga, 59 años) insistía: “Vivo mi mejor año profesional. De verdad. Los premios que he recibido, la apertura del teatro... Estoy profundamente feliz”.
Cansado, tras la función de la tarde de A Chorus Line —la obra que tiene en cartel en su teatro malagueño—, la alfombra roja de los Goya, la ceremonia con premio y la actuación final en la que cantaba y bailaba con sus compañeros del teatro, el malagueño decidía irse a casa. Ayer le esperaba de nuevo otra función en el Soho CaixaBank antes de subirse a su avión para presentar hoy en Barcelona el inicio de la gira de A Chorus Line y volar mañana a Nueva York para dar el último empujón de promoción a su candidatura al Oscar a mejor actor porDolor y gloria. . “Si mi cardiólogo estuviera aquí estaría flipando, porque tengo el corazón a mil”, confesaba en el escenario tras recibir el Goya. El pobre médico debió de sufrir lo suyo el sábado.
Ayer, horas antes de su actuación vespertina en su teatro, Banderas (Málaga, 59 años) reiteraba por teléfono su felicidad. “He estado décadas trabajando en Los Ángeles y por tanto hasta hace poco el Goya parecía un premio lejano. Pero he estado nominado cinco veces... Agradecí muchísimo el Goya de Honor y la Medalla de la Academia, ahora bien, el del sábado tiene un sabor especial porque yo he estado muchas veces ahí. He sido el eterno nominado”.
El actor suelta de carrerilla todas sus candidaturas a grandes premios: Globos de Oro, Tony, Emmy... “Y nunca se decía mi nombre al final. Al menos he estado 40 años en esa carrera”, recuerda, para acabar confesando: “Que se oiga tu nombre es muy especial. Y en un año mágico, con el mejor director de mi vida... Recuerdo cómo hace décadas íbamos a los festivales internacionales con una mano delante y otra detrás y ganábamos premios. Hay tantos recuerdos...”. Y por eso decidió dejarse llevar, “surfear la emoción” e improvisar un discurso.
En cambio, para el Oscar sabe que hay pocas posibilidades. “Estoy pagando a Batman a ver si se carga al Joker”, bromeó con la prensa. Por teléfono, desgrana: “Me pongo en manos de Sony Classics, la distribuidora estadounidense de Dolor y gloria. Iré el mismo martes al programa de Stephen Colbert [tras dos coloquios en sendos cines], luego haré el miércoles todos los matinales posibles, el jueves en Los Ángeles apareceré en el late night de Conan O'Brien, y radios... Sinceramente, llego tarde porque me he centrado en mi teatro, y para ganar el Oscar hay que tocar los platillos todo el día y hacer mucho ruido. Pero pienso disfrutar la ceremonia, ir superrelajado tras este año. Sin discursos en el bolsillo, porque no va a pasar, aunque con el orgullo de estar nominado con una película chiquita y un personaje que habla en español, dejando fuera a Christian Bale, Robert De Niro...”.
El Goya del sábado cerraba una semana con asuntos menos gloriosos que el premio: el abandono de Lluís Pasqual de la dirección artística del Soho CaixaBank, que había asumido en febrero del año pasado. Una salida estruendosa, porque Pasqual fue un fichaje estrella de Banderas. “Mi teatro me ocupa, pero no me preocupa”, responde el actor. "Hemos empezado muy fuerte,vendiendo 55.000 entradas en cuatro días, haciendo historia en el teatro español. Hemos abierto y vamos a tener llenos. Esta tarde [por el domingo] voy a meter a gente en banquitos porque no hay sitio. ¿Vamos a bajar? Claro, aunque la constancia será la clave.
La ausencia de Lluís era una ausencia casi programada desde el inicio, porque él me dijo que me ayudaría a lanzar el teatro y que luego ya veríamos. Ese ‘ya veríamos’ ha pasado. Creo que vendrá a dirigir dentro de poco; ha quedado en el aire, aunque sé que se dará, porque la despedida ha sido sin acritud y dejando aquí un equipo humano maravilloso”.
Banderas insiste en que ya está programando la temporada 2021/2022, en contacto con una red con otros escenarios: “En junio es probable que construyamos otro teatro para ligarlo a la escuela. El proyecto del Soho no es solo una sala en el centro de Málaga. Incluye una educación de actores y equipos técnicos”. Y en el horizonte está su próxima película en España. “Será una comedia con Penélope
Cruz”, confirma. “Poco más puedo contar”.
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