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Era el 4 de marzo de 1983 cuando Aute grabó en directo el disco "Entre amigos", en el que le acompañaron nada menos que Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Teddy Bautista y Joan Manuel Serrat, cuyos discos había conocido haciendo su servicio militar en Gerona.

Este trabajo subió a las listas de éxitos y fue Premio Nacional del Disco.



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"Escribir buenas canciones no es tarea fácil; escribir obras maestras en dos lenguas distintas es casi imposible. Sin embargo hay un hombre que lo ha conseguido, un amigo que supo, en un momento muy difícil de mi vida, tenderme una mano así de grande: Joan Manuel Serrat".


Hermosa introducción de Luis Eduardo Aute a la canción "De alguna manera" interpretada por Serrat.


Con un lleno a tope, con gente que vivió el concierto de pie, se celebró este gran acontecimiento en el teatro Salamanca de Madrid y fue un verdadero acontecimiento.

Aute, en calidad de anfitrión, reunió en un mismo escenario a sus amigos y compañeros.

En la segunda parte de concierto interpretaron cada uno dos temas: uno propio y otro de Aute, elegido por ellos mismos. Pero quizás el momento mas emotivo del recital fue cuando al final de la primera parte, en un ambiente que se había ido caldeando paulatinamente conforme el cantautor desgranaba sus viejos y queridos temas, Aute dedicó quizás la más bella de sus canciones "Al alba" a los seis jóvenes patriotas guatemaltecos fusilados al amanecer por el Gobierno de Ríos Montt. Hubo lágrimas en los ojos del público y algún tímido mechero encendido en la platea.


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El concierto se convirtió en un repaso completo al repertorio de Aute, cuya intención al ofrecer este recital era grabar en directo lo que constituye su historial como cantautor con una instrumentación actual y el apoyo de cuatro entrañables amigos.

La amistad, en este caso, se prolongó más allá del escenario, y el público pudo mirarse en Aute y sus compañeros como en un espejo.


Con este hermosa introducción presentó a Silvio:

"Si la magia, el encantamiento y la poesía son premisas indispensables para que se dé la obra de arte, no cabe duda de que el gran mito de la magia, del encantamiento y de la poesía es el flautista de Hamelin. Yo creo que el flautista de Hamelin, si hubiera nacido en el Caribe, se llamaría igual que ese entrañable, admirado y querido amigo mío que es Silvio Rodríguez".




Daba gozo verles a todos, tan distintos, y tan cerca los unos de los otros.

Aute, titular del recital, con su aspecto de apóstol algo vapuleado por los caminos, más bien tímido y, desde luego, serio; Milanés, exuberante como una planta exótica, cálido como un oso de peluche; Silvio Rodríguez, que canta como si se lanzara en triple salto mortal, pero sin moverse; Teddy Bautista, tan rockero de raza, y Serrat, con tablas de chansonnier y guiños de verdadero disfrutador del público. Daba gozo verles todavía ahí, cada cual en su asunto, cada uno cabalgando en su historia.




"Si el talento, la generosidad, la ternura, el compañerismo, tuvieran un nombre, ese nombre pertenecería al autor de una de las tres canciones de amor más bellas que conozco. Una de ellas es de "Ne me quite pas", de Jacques Brel; otra es "Yesterday", de Paul McCartney y otra es para "Para vivir" de Pablo Milanés". Así nos presenta Luis Eduardo a esta maravillosa voz de Bayamo, Cuba, antes de entonar "Anda".


"Convoqué a estos cuatro amigos porque tengo una relación afectiva con cada uno de ellos, y en cada caso por un motivo muy concreto. Ya el año pasado di un recital con Pepa Flores y Luis Pastor y funcionó muy bien. Me ilusionaba montar ahora algo con amigos, un recital entre hombres", concluyó Luis Eduardo.


¡Gracias por tanto, maestros... Hacedores de tanta buena música!


Fuentes: La Vanguardia, El País, Cancioneros.


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Hoy es día triste. Muchas veces triste. Hemos despertado con la noticia de que Luis Eduardo ha trascendido a otro plano. Me he echado a llorar como si hubiese perdido a alguien de mi familia. Se nos ha ido un hombre que se vestía de sensibilidad y erotismo y nos metía en las historias de sus grandes canciones. Se ha ido también el pintor, el cineasta, el decidor de canciones, el artista extraordinariamente completo.

Sé que no estaba muy bien desde el 2016, que la muerte estaba al acecho y que ésta es parte de la vida. Pero en esta situación en la que estamos, es mucho más difícil aceptarlo porque no podemos despedir a nuestros muertos como corresponde y eso lo hace mucho más doloroso. Esta pena ha estallado y nos ha tiznado a todos, citando a Miguel Hernández.

Hay una tristeza global en el mundo de la canción de autor que se suma a la aflicción colectiva de este monstruo invisible que nos está robando los abrazos y los besos.

Para intentar sobrellevar este dolor, esta angustia, esta profunda pena, me quedo con este hermoso recuerdo de diciembre del 2015, este regalo de la vida que me voy untando en la piel deseando que se haga indeleble mientras enjugo las lágrimas.







Lo vi llegar y nos dijo "¿Por qué no me avisaron que estaban esperándome? ¿Cuánto tiempo llevan aquí? Y yo, tímidamente atrevida -como siempre-, le contesto: "Llevo esperándote desde el 13 de septiembre del 1943". Pero "imagino que sólo compartimos día, no año", me dijo, y así empezamos la conversación. Unas cuantas fotos después, se pidió un desayuno (coincidencialmente el mismo que me había pedido yo 20 minutos antes) y empezó a charlar con nosotros. Habló de lo feliz que fue anoche en el concierto del Auditorio Nacional del D.F., cuyo aforo de 9,000 personas llegó a las 7,500, con un público de todas las edades (según pudo constatar Giraluna) que coreaba sus canciones. Y pensar que casi asisto, pero a veces la vida se interpone... Aunque no me quejo, porque hoy he recibido este maravilloso regalo como recompensa. Y la charla siguió, y nos bastaron "esos dos o tres segundos de ternura" para sentir que hablaba con alguien que conocía de antes. ¡Qué ser más interesante! ¡Qué lujo poder tenerlo cerca y escucharlo decir tanto con tan poco y absorber, y aprender, y llenarme de conocimiento por ósmosis! Nos preguntó cómo nos conocimos Cons y yo y le respondimos: "a través de facebook", "esa red social a la que eres alérgico", agregó Giraluna.



Le dije que me parecían hermosas las palabras con las que había presentado a Serrat en el álbum "Entre amigos" con la canción "De alguna manera" y me dijo que, a pesar de que llevan mucho tiempo sin verse, es alguien a quien lo une un cariño entrañable. Le pregunté que cuándo cantaría en Miami o en Nueva York y me contestó que tan sólo por no volver a repetir la horrible experiencia de lo mal que fue tratado en los aeropuertos de dichas ciudades, se juró no volver jamás. Fue entonces cuando le hice la pregunta de que cuándo iría a Dominicana y me dijo: "sólo he estado allí dos veces y no he regresado porque no me han vuelto a invitar". Y poco más... Entre tantas cosas que hablamos y cuyo texto se extendería en demasía (como si no fuera poco ya) le dije, cuando me preguntó si me dedicaba a la música, que no, que era una combinación de melómana-groupie y que la música era, entre otras cosas, mi mayor vicio pero también mi salvación.


Concierto "Ánimo animal", diciembre 2018

Cierro los ojos y me digo nueva vez: "Shayra, eres una pajarita con suerte"... Porque poner punto final a este viaje a México con semejante lujo para el alma y el cuerpo (porque me abrazó par de veces) ha sido algo increíblemente extraordinario. Gracias, vida, por darme tanto... Gracias, mi amapola, por hacer posible esta maravilla. Gracias, Eduardo, por dialogar sin 'monosílabos adormecidos', por ser tan sencillo, tan profundo, tan ser humano, tan de verdad, tan elocuentemente terrenal. 'Me va (irá) la vida en ello", en saborear desde este día de diciembre este mágico momento.


México, D.F. 8 de diciembre, 2015. Recordado y transcrito en 4 de abril, 2020




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Actualizado: 24 abr 2023

La Revolución de Abril del 65 es un hecho histórico, particularmente importante por su vocación constitucionalista y por la amplia participación popular que concitó en los frentes militares y cívicos, que se levantaron para exigir el retorno al poder del profesor Juan Bosch, presidente democráticamente electo y que en los siete meses que duró su gobierno, respetó las libertades individuales y promulgó una constitución vanguardista.




La revolución de abril de 1965 fue un movimiento cívico-militar que se caracterizó por la participación activa, militante y armada de las masas populares, con la finalidad de volver al gobierno legítimo y constitucional de Juan Bosch.

En ella se produjo una alianza de clases, ente sectores de la burguesía urbana y amplios sectores de los trabajadores y obreros. Esencialmente fue una revolución democrática, en el sentido de que la misma no perseguía, como maliciosamente argumentaron los norteamericanos, establecer un régimen socialista o comunista. En realidad, el control de la revolución políticamente hablando, estaba en manos del Partido Revolucionario Dominicano, a pesar de la presencia de los partidos de izquierda, como el 14 de junio, el P.C.D., el M.P.D., y otros.



Francisco Alberto Caamaño Deñó


El control militar de la misma estaba en manos principalmente de los militares y oficiales a cuya cabeza se encontraba el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó. Fue una revolución popular en cuanto a sus bases sociales y una característica de la misma fue que estuvo concentrada en la ciudad de Santo Domingo. Es decir, que no se expandió hacia los pueblos del interior del país. Por el contrario, muchos revolucionarios y personas simpatizantes del gobierno de Bosch, llegaron desde interior a la capital, para participar en los eventos.


Los conspiradores tanto balagueristas-trujillistas como los del Partido Revolucionario Dominicano, jamás pensaron en organizar una revolución popular nacional para derrotar al triunvirato. Se sobreentendía que se trataba de un simple golpe de estado.

Las contradicciones provocadas a la hora de decidir la forma de sustitución de gobierno, motivaron la conversión de la conspiración en una formidable insurrección popular a favor del regreso de Bosch al poder sin elecciones.




La forma de organización política y militar que se estableció en el bando constitucionalista, fueron los llamados "comandos". Estos estaban integrados por civiles armados y militares constitucionalistas y fungían como órgano de poder. Operaban en diferentes zonas geográficas controladas por los partidos que apoyaban el regreso de Bosch sin elecciones.

Desde el punto de vista de su composición social, los "comandos" estaban conformados por sectores pequeños burgueses y obreros sumamente radicalizados.

Los comandos constitucionalistas estaban subordinados militar y políticamente bajo la dirección burguesa populista del Partido Revolucionario Dominicano y al alto mando constitucionalista, en cuyo mando se encontraba el coronel Caamaño, quien además fue elegido presidente de la República con la aprobación del profesor Juan Bosch.

Sin embargo, tal subordinación no implicaba, naturalmente, que los "comandos" representaban un autentico poder popular, de modo que la base de sustentación del gobierno constitucionalista eran los sectores militares, la burguesía populista, la pequeña burguesía radicalizada, sectores obreros y sindicales.




Causas del la Revolución de Abril


Bosch y Balaguer organizaron una conspiración cívica militar en la cual militares jóvenes y de baja graduación vinculados al Partido Revolucionario Dominicano, pero con una conciencia democrática y constitucionalista, se unieron con militares trujillistas-balagueristas como el llamado Clan de San Cristóbal, encabezado por Ney Nivar Seijas y que respondía al liderazgo del Dr. Balaguer.

La conspiración fue develada el 24 de abril de 1965, pero simplemente ya era muy tarde para el triunviro Donald Read Cabral, quien fue apresado por oficiales que horas antes lo apoyaban. En esta coyuntura se aceleran las discusiones y negociaciones entre los bandos militares que ayudaron al derrocamiento del gobierno.

La contradicción surgió precisamente porque los militares trujillistas-balagueristas desconocieron los acuerdos políticos y se negaron a aceptar el gobierno de Bosch, sin elecciones; y precisamente esas descendencias fueron la causa principal para que un golpe de estado se transformara rápidamente en una revolución.


Hechos principales del la Revolución de Abril


Los militares jóvenes encabezados por el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, tomaron la histórica decisión de distribuir armas entre la población civil, miembros de los Partidos de la Izquierda y del Partido Revolucionario Dominicano. Así se organizaron los llamados "comandos", forma de organización militar, propia de las guerrillas urbanas. La Guerra Civil para el 25 de abril de 1965 era un hecho indetenible.

Cabe mencionar la conversación sostenida por un grupo de militares constitucionalistas, encabezados por Francisco Alberto Caamaño con el embajador Norteamericano Tappley Bennet, a quien se le solicitó su mediación, justamente para evitar la guerra civil. Éste, sin embargo, se limitó a decirles a los constitucionalistas que se rindieran para evitar males mayores. Indignados, los militares constitucionalistas se dirigieron de inmediato a la cabeza del Puente Duarte, pues las tropas de CEFA dirigidas por el coronel Elías Wessin y Wessin se dirigían al centro de la ciudad con la intención de tomarla y derrotar a los constitucionalistas.




La batalla del Puente Duarte en la revolución del 1965


La batalla del Puente Duarte fue una de las más sangrientas. Al final de la misma, las tropas reaccionarias de Wessin y Wessin fueron derrotadas y obligadas a volver sobre sus pasos. La participación popular fue tal que muy pronto el aparato militar regular quedo virtualmente desarticulado por las acciones militares del pueblo en armas y fue tomada la fortaleza del Ozama en donde se encontraba la odiada Policía Nacional. En el momento en que los constitucionalistas (quienes ya había derrotado en Santo Domingo a las tropas regulares) se preparaban para el ataque decisivo de San Isidro (la base aérea en donde se encontraban concentradas las tropas del CEFA dirigidas por Wessin y Wessin y el general Benoit), estos temerosos solicitaron a los Estados Unidos su intervención militar, para evitar un supuesto peligro comunista.


La Segunda Ocupación Militar Norteamericana a la República Dominicana, se produjo el 28 de abril de 1965. A nuestro país llegaron aproximadamente unos 42,000 soldados norteamericanos. El pretexto, casi el mismo del 1916, era salvar vidas norteamericanas y proteger los intereses norteamericanos en la Rep. Dom. Además, el gobierno de Washington justifico la ocupación militar, señalando que se trataba de evitar la formación de una nueva Cuba en el Caribe.

Los soldados norteamericanos se dedicaron a darle apoyo, logística e incluso a participar activamente en escaramuzas militares en contra del bando constitucionalista, el cual a partir de la llegada de los soldados norteamericanos se replegó a la Zona Colonial de la capital o la llamada Ciudad Nueva. En cuanto a las tropas del CEFA, dirigidas por Wessin y Wessin recibieron ayuda, pertrechos, etc.





Los partidarios de Balaguer y cuya base de operaciones estaba en la base Naval de San Isidro, instado por los ocupantes, tomaron la escisión de proclamar la formación de un gobierno Militar llamado: Gobierno de Reconstrucción Nacional, bajo e mando del general Imbert Barreras.

El gobierno de Reconstrucción Nacional esencialmente era un gobierno títere que respondía a la política imperialista de Washington y cuya finalidad era evitar por todos los medios el regreso de Bosch a la presidencia. En fin, era un gobierno rabiosamente anticomunista, formado por los Estados Unidos para manipular la política local.


La presencia norteamericana finalmente obligó a los constitucionalistas a buscar una solución negociada a la crisis. En realidad, los norteamericanos intentaron en algunos momentos, particularmente en los meses de junio, derrocar militarmente a los constitucionalistas, quienes se encontraban muy bien atrincherados en la Zona Colonial, como dijimos anteriormente, pero los ataques fueron rechazados y muchos soldados norteamericanos cayeron bajo balas constitucionalistas.

En esas condiciones, los estrategas norteamericanos comprendieron que tomar por la fuerza la zona constitucionalista implicaría una cantidad extraordinaria de muertos, heridos, y de destrucción de la propiedad.

El hecho de que la Revolución de Abril de 1965 no se expandiera a la zona rural del país, salvo un intento frustrado en San Francisco de Macorís por parte de algunos revolucionarios, fue un gran alivio para los marines para mantener la calma reinante en los pueblos del interior, donde los comandantes militares mantenían un control militar de los diferentes pueblos, manteniéndose al margen y a las expectativas.

La consecuencia más importante de la ocupación militar norteamericana fue que evitó el triunfo de la Revolución de Abril, y, por supuesto, impidió el retorno a la constitucionalidad, aspiración máxima del movimiento. La derrota del movimiento constitucionalista se debió única y exclusivamente a la intervención y violatoria de las más elementales tomas de convivencia de las naciones del mundo y del derecho de las naciones.


Nadie hoy en día puede poner en dudas que la decisión de Washington había sido planificada con mucha antelación al estallido del 24 de abril de 1965. Y por supuesto, la celebración de las elecciones de junio de 1966 representaron el inicio de un proceso de reordenamiento y reorganización del estado, el cual quedaría más fuertemente vinculado a los organismos interventores, como el cuerpo de asesores militares, agencia de desarrollo, la CIA, entre otros.

La guerra de abril en 1965 finalizó después de muchas rondas de negociaciones, dirigidas por la OEA, la cual había integrado la llamada Fuerza Interamericana de Paz, donde participaron soldados de diferentes países.


Fuentes: UASD, Historia Dominicana en Gráficas & Ministerio Educación Superior Ciencia y Tecnología


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