La Revolución de Abril del 65 es un hecho histórico, particularmente importante por su vocación constitucionalista y por la amplia participación popular que concitó en los frentes militares y cívicos, que se levantaron para exigir el retorno al poder del profesor Juan Bosch, presidente democráticamente electo y que en los siete meses que duró su gobierno, respetó las libertades individuales y promulgó una constitución vanguardista.
La revolución de abril de 1965 fue un movimiento cívico-militar que se caracterizó por la participación activa, militante y armada de las masas populares, con la finalidad de volver al gobierno legítimo y constitucional de Juan Bosch.
En ella se produjo una alianza de clases, ente sectores de la burguesía urbana y amplios sectores de los trabajadores y obreros. Esencialmente fue una revolución democrática, en el sentido de que la misma no perseguía, como maliciosamente argumentaron los norteamericanos, establecer un régimen socialista o comunista. En realidad, el control de la revolución políticamente hablando, estaba en manos del Partido Revolucionario Dominicano, a pesar de la presencia de los partidos de izquierda, como el 14 de junio, el P.C.D., el M.P.D., y otros.
Francisco Alberto Caamaño Deñó
El control militar de la misma estaba en manos principalmente de los militares y oficiales a cuya cabeza se encontraba el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó. Fue una revolución popular en cuanto a sus bases sociales y una característica de la misma fue que estuvo concentrada en la ciudad de Santo Domingo. Es decir, que no se expandió hacia los pueblos del interior del país. Por el contrario, muchos revolucionarios y personas simpatizantes del gobierno de Bosch, llegaron desde interior a la capital, para participar en los eventos.
Los conspiradores tanto balagueristas-trujillistas como los del Partido Revolucionario Dominicano, jamás pensaron en organizar una revolución popular nacional para derrotar al triunvirato. Se sobreentendía que se trataba de un simple golpe de estado.
Las contradicciones provocadas a la hora de decidir la forma de sustitución de gobierno, motivaron la conversión de la conspiración en una formidable insurrección popular a favor del regreso de Bosch al poder sin elecciones.
La forma de organización política y militar que se estableció en el bando constitucionalista, fueron los llamados "comandos". Estos estaban integrados por civiles armados y militares constitucionalistas y fungían como órgano de poder. Operaban en diferentes zonas geográficas controladas por los partidos que apoyaban el regreso de Bosch sin elecciones.
Desde el punto de vista de su composición social, los "comandos" estaban conformados por sectores pequeños burgueses y obreros sumamente radicalizados.
Los comandos constitucionalistas estaban subordinados militar y políticamente bajo la dirección burguesa populista del Partido Revolucionario Dominicano y al alto mando constitucionalista, en cuyo mando se encontraba el coronel Caamaño, quien además fue elegido presidente de la República con la aprobación del profesor Juan Bosch.
Sin embargo, tal subordinación no implicaba, naturalmente, que los "comandos" representaban un autentico poder popular, de modo que la base de sustentación del gobierno constitucionalista eran los sectores militares, la burguesía populista, la pequeña burguesía radicalizada, sectores obreros y sindicales.
Causas del la Revolución de Abril
Bosch y Balaguer organizaron una conspiración cívica militar en la cual militares jóvenes y de baja graduación vinculados al Partido Revolucionario Dominicano, pero con una conciencia democrática y constitucionalista, se unieron con militares trujillistas-balagueristas como el llamado Clan de San Cristóbal, encabezado por Ney Nivar Seijas y que respondía al liderazgo del Dr. Balaguer.
La conspiración fue develada el 24 de abril de 1965, pero simplemente ya era muy tarde para el triunviro Donald Read Cabral, quien fue apresado por oficiales que horas antes lo apoyaban. En esta coyuntura se aceleran las discusiones y negociaciones entre los bandos militares que ayudaron al derrocamiento del gobierno.
La contradicción surgió precisamente porque los militares trujillistas-balagueristas desconocieron los acuerdos políticos y se negaron a aceptar el gobierno de Bosch, sin elecciones; y precisamente esas descendencias fueron la causa principal para que un golpe de estado se transformara rápidamente en una revolución.
Hechos principales del la Revolución de Abril
Los militares jóvenes encabezados por el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, tomaron la histórica decisión de distribuir armas entre la población civil, miembros de los Partidos de la Izquierda y del Partido Revolucionario Dominicano. Así se organizaron los llamados "comandos", forma de organización militar, propia de las guerrillas urbanas. La Guerra Civil para el 25 de abril de 1965 era un hecho indetenible.
Cabe mencionar la conversación sostenida por un grupo de militares constitucionalistas, encabezados por Francisco Alberto Caamaño con el embajador Norteamericano Tappley Bennet, a quien se le solicitó su mediación, justamente para evitar la guerra civil. Éste, sin embargo, se limitó a decirles a los constitucionalistas que se rindieran para evitar males mayores. Indignados, los militares constitucionalistas se dirigieron de inmediato a la cabeza del Puente Duarte, pues las tropas de CEFA dirigidas por el coronel Elías Wessin y Wessin se dirigían al centro de la ciudad con la intención de tomarla y derrotar a los constitucionalistas.
La batalla del Puente Duarte en la revolución del 1965
La batalla del Puente Duarte fue una de las más sangrientas. Al final de la misma, las tropas reaccionarias de Wessin y Wessin fueron derrotadas y obligadas a volver sobre sus pasos. La participación popular fue tal que muy pronto el aparato militar regular quedo virtualmente desarticulado por las acciones militares del pueblo en armas y fue tomada la fortaleza del Ozama en donde se encontraba la odiada Policía Nacional. En el momento en que los constitucionalistas (quienes ya había derrotado en Santo Domingo a las tropas regulares) se preparaban para el ataque decisivo de San Isidro (la base aérea en donde se encontraban concentradas las tropas del CEFA dirigidas por Wessin y Wessin y el general Benoit), estos temerosos solicitaron a los Estados Unidos su intervención militar, para evitar un supuesto peligro comunista.
La Segunda Ocupación Militar Norteamericana a la República Dominicana, se produjo el 28 de abril de 1965. A nuestro país llegaron aproximadamente unos 42,000 soldados norteamericanos. El pretexto, casi el mismo del 1916, era salvar vidas norteamericanas y proteger los intereses norteamericanos en la Rep. Dom. Además, el gobierno de Washington justifico la ocupación militar, señalando que se trataba de evitar la formación de una nueva Cuba en el Caribe.
Los soldados norteamericanos se dedicaron a darle apoyo, logística e incluso a participar activamente en escaramuzas militares en contra del bando constitucionalista, el cual a partir de la llegada de los soldados norteamericanos se replegó a la Zona Colonial de la capital o la llamada Ciudad Nueva. En cuanto a las tropas del CEFA, dirigidas por Wessin y Wessin recibieron ayuda, pertrechos, etc.
Los partidarios de Balaguer y cuya base de operaciones estaba en la base Naval de San Isidro, instado por los ocupantes, tomaron la escisión de proclamar la formación de un gobierno Militar llamado: Gobierno de Reconstrucción Nacional, bajo e mando del general Imbert Barreras.
El gobierno de Reconstrucción Nacional esencialmente era un gobierno títere que respondía a la política imperialista de Washington y cuya finalidad era evitar por todos los medios el regreso de Bosch a la presidencia. En fin, era un gobierno rabiosamente anticomunista, formado por los Estados Unidos para manipular la política local.
La presencia norteamericana finalmente obligó a los constitucionalistas a buscar una solución negociada a la crisis. En realidad, los norteamericanos intentaron en algunos momentos, particularmente en los meses de junio, derrocar militarmente a los constitucionalistas, quienes se encontraban muy bien atrincherados en la Zona Colonial, como dijimos anteriormente, pero los ataques fueron rechazados y muchos soldados norteamericanos cayeron bajo balas constitucionalistas.
En esas condiciones, los estrategas norteamericanos comprendieron que tomar por la fuerza la zona constitucionalista implicaría una cantidad extraordinaria de muertos, heridos, y de destrucción de la propiedad.
El hecho de que la Revolución de Abril de 1965 no se expandiera a la zona rural del país, salvo un intento frustrado en San Francisco de Macorís por parte de algunos revolucionarios, fue un gran alivio para los marines para mantener la calma reinante en los pueblos del interior, donde los comandantes militares mantenían un control militar de los diferentes pueblos, manteniéndose al margen y a las expectativas.
La consecuencia más importante de la ocupación militar norteamericana fue que evitó el triunfo de la Revolución de Abril, y, por supuesto, impidió el retorno a la constitucionalidad, aspiración máxima del movimiento. La derrota del movimiento constitucionalista se debió única y exclusivamente a la intervención y violatoria de las más elementales tomas de convivencia de las naciones del mundo y del derecho de las naciones.
Nadie hoy en día puede poner en dudas que la decisión de Washington había sido planificada con mucha antelación al estallido del 24 de abril de 1965. Y por supuesto, la celebración de las elecciones de junio de 1966 representaron el inicio de un proceso de reordenamiento y reorganización del estado, el cual quedaría más fuertemente vinculado a los organismos interventores, como el cuerpo de asesores militares, agencia de desarrollo, la CIA, entre otros.
La guerra de abril en 1965 finalizó después de muchas rondas de negociaciones, dirigidas por la OEA, la cual había integrado la llamada Fuerza Interamericana de Paz, donde participaron soldados de diferentes países.
Fuentes: UASD, Historia Dominicana en Gráficas & Ministerio Educación Superior Ciencia y Tecnología
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