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Serrat fue la gran atracción de la cabalgata Barcelona en el año 1982. Alrededor las tres y media de la tarde, con barba rubia y un traje bordado y con piedras pegadas, el Nano pasaba a ser el rey Gaspar.



Mientras se vestia de mago, Serrat bromeaba con algunos amigos y periodistas. Hubo vecinos de la sastrería donde usualmente se acicalan quienes han de hacer de reyes magos, que bajaron a ver al cantante en persona. Más de uno se trajo su cámara fotográfica para retratar a Serrat.


Al nuevo monarca no le gustaba eso de tener que dejar de fumar durante el resto de la tarde y aprovechó el tiempo que le quedaba hasta embarcarse en el yate real para apurar tres o cuatro cigarrillos y dar una chupada al puro de un periodista.


Por el cinco de enero,

cada enero ponía

mi calzado cabrero

a la ventana fría.

Y encontraban los días,

que derriban las puertas ,

mis abarcas vacías,

mis abarcas desiertas.


Nunca tuve zapatos,

ni trajes, ni palabras.

siempre tuve regatos,

siempre penas y cabras..

Me vistió la pobreza,

me lamió el cuerpo el río,

y del pie a la cabeza

pasto fui del rocío.

Fotografía tomada en mi visita a la casa de Miguel Hernández, en Orihuela.


Por el cinco de enero,

para el seis, yo quería

que fuera el mundo entero

una juguetería .

Y al andar la alborada

removiendo las huertas,

mis abarcas sin nada,

mis abracas desiertas.

Ningún rey coronado

tuvo pie, tuvo gana

para ver el calzado

de mi pobre ventana.


Por el cinco de enero,

de la majada mía

mi calzado cabrero

a la escarcha salía.

Y hacía el seis, mis miradas

hallaban en sus puertas

mis albarcas heladas,

mis albarcas vacías.



Fuentes: Serrat Multimedia & Pinterest

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Hace unos años llevo el proyecto de vida que he bautizado Shayra-Serrat: autobiografía en movimiento. El mismo consiste en visitar las ciudades que mi Noi de Poble Sec menciona en sus canciones.

Cada vez que la vida y los medios me lo permiten, me escapo a marcar un nuevo lugar en el mapa serratiano y a regalarme alegrías conforme voy visitando canciones de la banda sonora de mi vida.



Incluyo, con cariño, respeto y admiración, este video con la hermosa "Elegía" a Ramón Sijé. Un maravilloso arreglo de Francesc Burrull, fallecido el 28 de agosto, 2021


Miguel Hernández Gilabert (Orihuela, 30 de octubre de 1910 - Alicante, 28 de marzo de 1942). Poeta y dramaturgo español.

Este gran poeta español de la Generación del 27 nació en el seno de una familia humilde y fue criado en el ambiente campesino de Orihuela. De niño fue pastor de cabras y no tuvo acceso más que a estudios muy básicos; su formación fue autodidacta.

Este artículo va a modo de homenaje. Me emocionó mucho estar en su casa.


"Pintada, no vacía:

pintada está mi casa

del color de las grandes

pasiones y desgracias".

"El odio se amortigua detrás de la ventana".



Entrar en la casa de Miguel Hernández mientras sonaba "El niño yuntero", ver su habitación, el huerto y la higuera donde se recostaba a escribir, mirarme en su espejo (que es éste) y dar rienda suelta al llanto fue un regalo maravilloso. Poco más se puede pedir.

"Florecerán los besos

sobre las almohadas.

Y en torno de los cuerpos

elevará la sábana

su intensa enredadera

nocturna, perfumada".

Conocí la obra de Miguel Hernández con ese magnífico álbum del 1972 y con arreglos impecables de Francesc Burrull, un músico catalán (compositor y pianista de Jazz) que también pertenecía a la Nova Cancó.


¡Las abarcas desiertas! "Y encontraba los dias

que derriban las puertas,

mis abarcas vacias,

mis abarcas desiertas".


Aunque cronológicamente el autor debería pertenecer a la llamada promoción del 35, de la que formaron parte poetas comoLuis Rosales o Leopoldo Panero, el estilo de su obra y su relación con los representantes de la Generación del 27 hacen que se le considere el miembro más joven de esta última o el "genial epígono del grupo", en palabras de Dámaso Alonso. Su trayectoria como escritor dio comienzo con algunas colaboraciones en la revista de tendencia católicaEl Gallo Crisis, dirigida por Ramón Sijé.


'Desde la cárcel, Miguel Hernández escribió una de sus obras más trascendentes, "Cancionero y romancero de ausencias", un compendio de poemas dedicados a la España republicana de sus sueños, a su esposa y a sus hijos. En esta obra, Hernández publicó uno de sus poemas más famosos, "Nanas de la cebolla".

Estos versos, que más tarde fueron musicalizados por Alberto Cortez fueron escritos después que el autor recibió una carta de su esposa Josefina, diciendo que, al no tener dinero ni empleo, ella y su hijo no comían más que pan y cebolla'.


He querido compartir este capítulo de mi historia con la música de Serrat que tuvo lugar en Orihuela, pueblo del poeta y de Ramón Sijé, con cuya calle me tropecé fortuitamente mientras caminaba aquel 18 de septiembre del 2015.


”En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería". En la calle que lleva su nombre.


"Volverás a mi huerto y a mi higuera:

por los altos andamios de las flores

pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas

de los enamorados labradores".

Pozo de la casa de Miguel Hernández.


"Por fin trajo el verde mayo

correhuelas y albahacas

a la entrada de la aldea

y al umbral de las ventanas"

Calle Miguel Hernández en Orihuela.


"Pintada, no vacía:

pintada está mi casa

del color de las grandes

pasiones y desgracias".

Una hoja de la higuera del huerto de Miguel Hernández... Y un higo también.


“ Y volverás a mi huerto y a mi higuera..." Y ahora, en mi diario de viaje, tengo la hoja disecada; así conservo este maravilloso regalo que me hiciera Carolina, la chica del museo.

Momentos entrañables de mi vida que llevo en el alma, así como llevo a Serrat.


¡Este disco es imprescindible!


Miguel Hernández tomó parte muy activa en la Guerra Civil española, y al terminar ésta intentó salir del país pero fue detenido en la frontera con Portugal. Condenado a pena de muerte, se le conmutó por la de treinta años pero no llegó a cumplirla porque muere de tuberculosis el 28 de marzo de 1942 en la prisión de Alicante.


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Ivette Cepeda (25 de septiembre de 1963, Sancti Spíritus, Cuba) es una cantante cubana reconocida por su versatilidad, carisma en escena y por la exquisitez de su repertorio, defendido junto al Grupo Reflexión desde su lanzamiento como solista en 2008. Ha presentado cinco producciones discográficas, ha realizado numerosas giras internacionales que han merecido opiniones favorables de la crítica extranjera, y en Cuba se le han otorgado importantes premios, como la Distinción por la Cultura Cubana (2017) y el Premio Arte por Excelencia (2019)




A lo largo de su carrera, Ivette Cepeda ha interpretado una amplia variedad de géneros musicales, incluyendo la música popular cubana, el bolero y el jazz. Su voz cálida y expresiva la ha convertido en una de las cantantes más respetadas y queridas de Cuba.


Durante su carrera, ha trabajado con varios músicos y ha participado en numerosos proyectos musicales. Su estilo único y su capacidad para transmitir emociones a través de su voz la han llevado a actuar en escenarios de todo el mundo, ganándose el reconocimiento internacional.


Ivette Cepeda es conocida por su dedicación a preservar y promover la rica herencia musical de Cuba. Su música refleja la cultura y la tradición cubana, y su talento ha contribuido a mantener viva la música cubana en el escenario global. Además de su carrera musical, ha estado involucrada en proyectos culturales y sociales en Cuba y ha trabajado para fomentar el intercambio cultural entre su país y otras naciones.



¡El concierto fue mágico... Como si el universo conspirara para crearnos una noche maravillosamente perfecta!

... Desde el llegar al auditorio y sentarnos en la tercera fila al lado de Rosita Fornés hasta el que mi amiga Liam tuviera los $25.00 en efectivo para prestármelos y así poder comprar los dos CD's con DVD's incluidos y de este modo seguir deleitándonos con la hermosa voz llena de matices de esta mujer de tierra espirituana.


Una vez subió el telón, llegó una Ivette vestida de blanco entonando su "Alcé mi voz", el guaguancó que da inicio a su nuevo disco "País" y diciendo: "Dedico este concierto al alma de Sonia Silvestre". De segunda nos regaló "El sol no da de beber", tema que, sin duda alguna, prefiero escuchar por ella. ¡Y miren que casi no me gusta Silvio cantado por otros!

Pero es que el color de la voz de esta mujer hace que ese mismo sol que no da de beber, como dice la canción, brille ante nuestros ojos.





Con Ivette me pasa lo que con Pablito: tiene una voz melodiosa, una cuerda de contralto llena de modulaciones que hace que te acaricie el oído de tal modo que sientas ondas que van haciendo sutiles relieves en la piel, hasta encontrar el camino para llegar al alma... Por definirlo de algún modo, porque sé que no atino a describir las sensaciones de lo que me produce esta mujer. Ella, con su sello particular, logra hacer suya cada canción y, aunque no tenga conocimientos académicos de música pues era maestra de escuela primaria, es una intérprete con una calidad vocal impresionante... ¡Y ni hablar de su perfecta dicción!


Por el escenario pasaron Albita, Malena Burke y Aymée Nuviola quienes, además de regalarnos sus voces a dúo con Ivette, dijeron maravillas de ésta, expresando cuan orgullosas se sentían de que su Cuba contara con esta elegante intérprete que está rescatando el filin que una vez llevaran a su punto álgido cantantes como Omara, Elena Burke y Moraima, por mencionar algunas.


Se vivieron momentos de mucha emoción como cuando Ivette interpretó "Diario" con su autor, Mike Pourcel, presente en la sala y terminando la canción con voz entrecortada y con lágrimas rodando por sus mejillas. O como cuando bajó del escenario mientras cantaba "Tú eres la música que tengo que cantar" para abrazar a Rosita Fornés y decirle de su profunda admiración, fundiéndose la dos en un abrazo.




Resumiendo, como si acaso haya escrito poco, me gustó mucho, muchísimo ver a la Cepeda en directo; su grupo Reflexión y los demás músicos que la acompañaron (sumaban catorce) tocaron como si llevaran meses ensayando (montaron el concierto en día y medio). Si vuelve a Miami, repetiría seguro. No quiero perderme de las cosas buenas que me pasan o que hago que me pasen y este concierto me dejó muy buen sabor, algo que quisiera se quedara perennemente en mi paladar.

Ivette Cepeda, de Sancti Spiritus para el mundo... Y para mi mundo musical.


... Y luego, en mayo del 2017, tuve la enorme suerte de verla de nuevo en un concierto muy íntimo en La Habana. Fue el 28 de mayo, cuando viajé a Cuba. Mientras charlaba con mi amigo Hubert sobre la nueva ley que permite vender las casas en Cuba y de cómo antes se permutaban (porque era lo único que permitía el sistema), hablamos de la película "Se permuta" y de su protagonista, Rosita Fornés.

Le conté de mi anécdota con ella en el concierto de Ivette Cepeda, de cómo todo el que se le acercaba quería una foto estando yo sentada a su lado.


Y me dice Hubert: "¿Te gusta Ivette Cepeda? Ella canta todos los domingos en 'El Tablao' del Gran Teatro de La Habana". ¿Quieres ir?".

Enseguida coge el teléfono y llama a Willy, el bajista de Ivette y le dice que le reserve una mesa justo frente al escenario.

Llegamos allí sobre las 7:30 de la noche y disfrutamos de un espectáculo maravilloso lleno de magia y con matices muy particulares. Y, una vez más, fui feliz.

No sólo pude expresarle mi admiración a esta espirituana, sino que también tuve el inmenso lujo de cantar con ella y decirle la sensación que su voz provoca en mi ser.


Y aquí el momento inmortalizado cuando Ivette Cepeda me dedica una canción de Sonia Silvestre por ser la única dominicana en la sala. Y como si fuera poco, me pide que le recuerde la letra de "Ella y él" y terminamos cantándola a dúo.

... Y que luego me diga "Tú si cantas bonito", es ya lo máximo.

¡¡Momentos mágicos de mi vida!!









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