El nombre de Perogrullo se asocia a una figura de la literatura oral y de la cultura popular, de origen incierto. Nunca pudo confirmarse si existió algún Perogrullo, Pedrogrullo o Pedro Grullo en la vida real, aunque sus supuestas frases quedaron en la historia bajo la denominación de perogrulladas.
El profeta Pedro Grullo, Pedrogrullo, Pero Grullo o Perogrullo, "que a la mano cerrada la llamaba puño", es un personaje de la literatura tradicional cuyo origen histórico es de difícil determinación; un paremiológico.
La paremiología (del griego paroimía ‘proverbio’, y logía ‘compilación’, ‘colecta’) es la disciplina que estudia los refranes, los proverbios y demás enunciados cuya intención es transmitir algún conocimiento tradicional basado en la experiencia.
La idiosincrasia de Pedro Grullo es la de un personaje cómico, producto de la imaginación popular, pero existen hipótesis e investigaciones en las que se afirma que habría existido uno real. En cualquier caso, en el habla corriente se identifica al personaje como el primer o el más famoso decidor de perogrulladas -tautologías retóricas-, esto es, verdades redundantes o pleonásticas del tipo "ha amanecido porque es de día".
La perogrullada
Cuando alguien emite una expresión tan evidente o tan sabida que resulta una afirmación trivial o apodíctica, o técnicamente un truismo, suele opinarse que se dijo una perogrullada o una verdad de Perogrullo. Igualmente, cuando se pregunta ociosa o inútilmente por algo porque su respuesta se está viendo, se llama "pregunta del aragonés / que preguntas lo que ves".
En retórica, la perogrullada es semejante a la tautología, la redundancia o el pleonasmo: una definición tan simple que duplica su misma denominación.
Por ejemplo: "Como dijo el Guerra, lo que no puede ser, no puede ser... Y además, es imposible". También puede adoptar la modalidad de una litotes o atenuación.
Ejemplos: «Cuando no hace frío, hace calor o está agradable», o «En lo lleno no hay vacío» son perogrulladas o simplezas.
En el Diccionario de Real Academia Española, la perogrullada se define como «verdad o certeza que, por notoriamente sabida, es necedad o simpleza decirla».
En el diccionario de María Moliner, donde se le define como «dicho propio de Perogrullo», se dedica una entrada al autor de esas verdades:
«Perogrullo (de “Pedro” y “Grullo”): personaje supuesto al que se atribuyen humorísticamente las sentencias o afirmaciones de contenido tan sabido y natural que es una tontería decirlas»
Quien inventó el vocablo perogrullada fue Francisco de Quevedo, en su libro "Los sueños" (1622), en concreto en la "Visita de los chistes", también conocida como "Sueño de la muerte", donde interviene el «gran profeta» Pero Grullo: «Yo soy Pedro y no Pero Grullo, que quitándome una d en el nombre, me hacéis el santo fruta». Y el personaje ofrece diez profecías, a las cuales Quevedo denomina perogrulladas.
Sirva de ejemplo esta:
Andarase con los pies,
volarase con las plumas,
serán seis dos veces tres
por muy mal que hagas las sumas.
Origen del personaje
En un ensayo acerca del origen etimológico de los apellidos castellanos, José Godoy Alcántara dice que Petro Grillo fue un personaje real que actuó como testigo en dos escrituras de 1213 y 1227 en Palencia. Añade: «Coetáneo de Pedro Mentiras, si es que se trata del que ha hecho célebre la naturalidad de las verdades»
Durante el siglo XV, particularmente en Cantabria, se citaba a Pedro Grillo. Existe un documento que data de 1460, titulado "Profecía", cuyo autor usa el seudónimo de Evangelista. Se trata de un breve relato en el que se describe a un profeta ermitaño, a quien llama «Pero Grillo». Este personaje hacía gala de una especial verborrea y lanza una profecía que es una sarta de perogrulladas, entre las cuales se leen obviedades como las siguientes:
El primer día de enero que vendrá será primero día del año, que todo el mundo no lo estorbará, si con el tiempo no se remedia. Este día amanecerá al alba. Vendrá una niebla tan grande y tan oscura que cubrirá el cielo, y no habrá hombre, por ciego que sea, que vea las estrellas a medio día.
Es muy probable que a este Pero Grillo, casi cien años después, en 1551, Hernán Núñez de Guzmán, en sus "Refranes o proverbios en romance", le haya cambiado de nombre y, en consecuencia, convertido en el Pero Grullo mencionado.
Algunos investigadores creen que el Pedro Grillo del siglo xv evolucionó hasta Pero Grullo en el siglo XVI. Ya en 1605, este personaje aparece en la novela "La pícara Justina", de Francisco López de Úbeda. También Cervantes lo menciona en la segunda parte de "Don Quijote de La Mancha". En el capítulo lXII, Sancho Panza pregunta a la «cabeza» si volverá a ver a su mujer y a sus hijos. La «cabeza» responde: «Gobernarás en tu casa; y si vuelves a ella, verás a tu mujer y a tus hijos; y, dejando de servir, dejarás de ser escudero» A lo cual Sancho añade: «Bueno, par Dios; esto yo me lo dijera: no dijera más el profeta Perogrullo».
El lexicógrafo Ramón Joaquín Domínguez, en su Diccionario Nacional o Gran Diccionario Clásico de la Lengua Española, de mediados del siglo XIX, define perogrullada, perogrullear y Perogrullo:
«Personaje o ente quimérico, extravagante, ridículo, que se supone haber existido y dejado una preciosa colección de sandeces, apotegmas, axiomas y verdades como estas:
Cuatro huevos son dos pares La mano cerrada se puede llamar puño y aún, de hecho, se llama así Cuando no se tiene frío, es que se ha entrado en calor Al que le quitan la vida, de seguro le matan
El que gasta el último cuarto de su última peseta, regularmente se queda sin ella Casi se puede afirmar, sin temor de ser desmentido, que no ven objeto alguno los ciegos de nacimiento
Lindezas de este jaez que son simplezas de a folio, pifias de marca mayor, pertenecen al género, al gusto y al estilo del incomparable Perogrullo.
Pese a todo este trabajo hecho por investigadores y lexicógrafos, quizá nunca se sepa a ciencia cierta quién fue en realidad este Pedro Grullo o Perogrullo que hizo tan famosas sus perogrulladas.
En el libro "Los sueños", Francisco de Quevedo, en 1622, incluyó diez profecías o perogrulladas célebres, de las cuales destacan las siguientes:
Muchas cosas nos dejaron
las antiguas profecías
dijeron que en nuestros días
será lo que Dios quisiere.
Si lloviere hará lodos,
y será cosa de ver
que nadie podrá correr
sin echar atrás los codos.
Las mujeres parirán
si se empreñan y parieren,
y los hijos que nacieren
de cuyos fueren serán.
Fuentes: EcuRed, Cervantes virtual, La verdad siempre
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