“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor…”. Así comenzaba la historia que acababa de ver la luz a principios de 1605 y que con el paso del tiempo se convertiría en la obra cumbre de la literatura universal.
Y fue un 16 de enero de 1605 cuando se publicó en Madrid la primera parte de El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
Se dice que Cervantes empezó a escribir El Quijote durante los meses que pasó preso en Sevilla durante el año 1597.
La obra estaba dedicada a Alonso de Zúñiga, Duque de Béjar (la segunda parte fue para el Duque de Lemos) y fue impresa en la empresa madrileña de Juan de la Cuesta a finales de 1604, para salir a la venta en el primer mes del año siguiente.
Dedicatoria al duque de Béjar, marqués de Gibraleón, conde de Benalcázar y Bañares, vizconde de la Puebla de Alcocer y señor de las villas de Capilla, Curiel y Burguillos:
"En fe del buen acogimiento y honra que hace Vuestra Excelencia a toda suerte de libros, como príncipe tan inclinado a favorecer las buenas artes, mayormente las que por su nobleza no se abaten al servicio y granjerías del vulgo, he determinado de sacar a luz al Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha al abrigo del clarísimo nombre de Vuestra Excelencia, a quien, con el acatamiento que debo a tanta grandeza, suplico le reciba agradablemente en su protección, para que a su sombra, aunque desnudo de aquel precioso ornamento de elegancia y erudición de que suelen andar vestidas las obras que se componen en las casas de los hombres que saben, ose parecer seguramente en el juicio de algunos que, no conteniéndose en los límites de su ignorancia, suelen condenar con más rigor y menos justicia los trabajos ajenos; que, poniendo los ojos la prudencia de Vuestra Excelencia en mi buen deseo, fío que no desdeñará la cortedad de tan humilde servicio".
Tal fue el éxito de la obra de Miguel de Cervantes que su impresor tuvo que sacar la segunda edición sólo tres meses después de la primera publicación, además de extender sus envíos de ejemplares de El Quijote hasta América.
La premura por publicar los ejemplares de El Quijote hizo que estos tuvieran un sinfín de erratas, por lo que ese mismo año hubo al menos dos ediciones distintas.
El alcalaíno más ilustre vivía el momento más dulce su vida; no le duraría mucho su gozo pues entrando el verano, un caballero de la orden de Santiago llamado Gaspar de Ezpeleta fue herido de muerte a la puerta de la casa de Cervantes en Valladolid.
El juez de casa y corte, don Cristóbal de Villarroel, decretó la prisión para todos los moradores de la Casa de Cervantes. Dicen que fue por la mala fama que tenían por aquella época las cervantas (mujeres familiares de Don Miguel que entre los paisanos tenían la consideración de ser promiscuas y recibir extraños amantes en su casa) o bien porque el verdadero asesino pudo ser Don Melchor Galván, ayudante del propio magistrado Villarroel.
En cualquier caso, esta situación privó a Cervantes de disfrutar del éxito de su gran obra pues a pesar de estar en su casa a las 48 horas del hecho, se quedó con un arresto domiciliario que no le permitiría tener la libertad completa hasta el siguiente 18 de julio.
En el mismo año de la publicación de la primera parte de El Quijote, también vio la luz una de las grandes obras de la picaresca española, ‘La pícara Justina’, que se atribuyó a Francisco López de Úbeda. Y también en el mes de abril de aquel 1605 nacería Felipe IV.
Fuentes: Todo biografía & Dream Alcalá
Esta obra me ha traido infinidad de oportunidades de deleite.
Aun 500 años despues de ser escrita.