Hacia fines de la Edad Media, era costumbre en España colgar un ramo en la puerta de las tabernas para indicar que no se trataba de viviendas particulares y llamar de esta manera la atención de los clientes.
Las prostitutas, así como hoy ocultan sus negocios haciéndolos pasar por casas de masajes, en aquella época los disimulaban como si se tratara de tabernas, colgando en su puerta un ramo.
Por esa razón, las comadres empezaron a llamarlas rameras, una palabra que les sonaba más púdica que ‘prostituta’. La palabra aparece registrada por primera vez en español a finales del siglo xv, como por ejemplo en La Celestina (1499) de Fernando de Rojas.
El origen parece estar claro, pero lo que no está tan claro es de cuándo ocurrió esto. La época concreta no queda claro, ya que existen varías referencias en diversos textos.
La primera referencia encontrada es después de la caída del Imperio Romano de occidente y a principios de la Edad Media. Entre los siglos VI-VII d.C, sobre el año 600, un clérigo católico llamado San Isidoro de Sevilla (556-636), en uno de sus escritos, escribía:
Ramus ad ianuam appensus corpus vendibile significat” (“Una rama colgada a la puerta, significa cuerpo a la venta”)
Fuente:
La fascinante historia de las palabras, Culturizando y la Página del Idioma Español
コメント