En la pila del bautismo, a la hija de Emilio Santamaría y Concepción Espinosa le pusieron María de los Ángeles Felisa, pero años después, su profesor de ballet, el cubano Héctor Zaraspe, la rebautizó como Massiel y así se quedó.
Don Emilio era un sastre asturiano que, al finalizar la Guerra Civil, se trasladó a Madrid, donde se convertiría en uno de los más afamados representantes artísticos de la capital. El destino de Massiel estaba escrito casi de antemano. En 1964, con diecisiete años, vence en el concurso de belleza “Guapa con Gafas” que patrocinaba Óptica Cottet. La joven quería serlo todo: actriz, cantante, locutora...
La amistad de su padre con el presentador Joaquín Prat hace que llegue a éste una cinta con una canción cantada por la niña. A principios de 1966 actúa en la Sala Paraninfo de Madrid, cantando una única canción: “Di que no”.
Por aquellos años, Massiel es progre y contestataria -así se llamaban entonces- y entraba de lleno en la canción protesta. El padre, para foguearla y se fuera acostumbrando, consigue que actúe en el extranjero antes que en España, presentándose en el chileno festival de Viña del Mar en el mes de marzo. Pero antes de marcharse, deja grabado un primer y muy poco conocido EP cargado de propuestas pop: “Di Que No / No Sé Por Qué / Llueve / No Comprendo” (Novola, 1966).
Espero puedan ver este programa. Me gustó muchísimo.
De regreso a España, concurre al Festival de Mallorca con dos canciones. Una de ellas, “Rufo el pescador” compuesta por Manolo Díaz e interpretada también por Manolo Pelayo, consigue el Premio de la Crítica y es la vencedora moral y comercial de aquel evento. Enseguida aparecerá en su single “Festival de la Canción de Mallorca 1966” (Novola, 1966).
El nombre de Massiel empieza a circular, siempre unida a la naciente canción protesta. Enseguida alumbrará “Él era mi amigo / Sé que ríes sin pensar” (Novola, 1966). Pero a la cuarta irá la vencida y Massiel se consagrará con el EP “Rosas en el mar” (Novola, 1967), seguramente la mejor canción de su carrera y un mayoritario éxito de ventas; un tema de un compositor debutante llamado Luis Eduardo Aute. Según se dice, fue la primera canción compuesta por él. El nombre de Massiel se quedará por tres meses en el top 10. A partir de ahí, y durante un corto espacio de tiempo, la oposición franquista la considerará su musa.
Revalidará el triunfo con “Aleluya Nº 1” (Novola, 1967), otro tema de Aute. Tanto en la voz de Massiel como en la de su creador, esta letanía vende una barbaridad. Sin embargo, Massiel no parece tener muy claro su futuro y cuando todo apunta a una exitosa carrera musical en España, viaja para actuar en Londres y Cuba -terreno vetado en esa época- e interpreta papeles importantes en dos películas: “Vestida de novia” (1967) de Ana Mariscal, y “Codo con codo” (1967) de Víctor Auz, junto a Bruno Lomas; en ésta, Massiel canta “Rosas en el mar” y otras canciones.
El año siguiente se inicia con la publicación de “Massiel” (Novola, 1968), un LP que recoge casi toda su producción anterior. También publica un sencillo que pasa del todo inadvertido, “Las rocas y el mar” (Novola, 1968) y, a últimos de febrero, inicia una gira por México.
La preselección para Eurovisión había sido laboriosa tras la renuncia de Raphael a ser por tercer año consecutivo el representante español. Manolo y Ramón (del Dúo Dinámico) habían compuesto una canción, “La, la, la”, quedando por delante de “Nos falta fe”, de Juan y Junior. Finalmente, TVE había nombrado a Joan Manuel Serrat como representante. Serrat había grabado el tema en castellano con arreglos de Bert Kaempfert y había hecho promoción.
Sin embargo, Serrat estaba entre la espada y la pared. En Cataluña se le acusaba de cantar en una lengua opresora y venderse al franquismo. Once días antes de la celebración del festival, Serrat dice que o canta el tema en catalán o no va a Eurovisión. La participación española queda en el alero. La emisión radiofónica o televisiva de las canciones de Serrat queda prohibida durante años.
Hay que buscar un repuesto. Ofrecen el asunto a Marisol, buena amiga de los autores, que declina la oferta. Y papá Emilio consigue que su hija y representada sea la elegida in extremis. En diez días, Massiel debe regresar de México, preparar la canción, grabar y sacar el disco, promocionarlo en Europa y preparar su actuación en el Royal Albert Hall de Londres. Ni al Dúo Dinámico ni a su mánager (y de Serrat), Lasso de la Vega, les hace gracia la sustituta. El dúo declara que tiene el corazón dividido y la madre de Massiel se lanza a la yugular, afirmando que los miembros del Dúo Dinámico eran malos como compositores y peores como personas.
Se hicieron malabarismos. En 24 horas Massiel grabó una canción que no conocía en español e inglés. Al día siguiente viajó a París y se compró un vestido minifaldero de Courrages y de ahí saltó a Londres con el tiempo justo de ensayar en el teatro circular.
El 6 de abril todo parece preparado para que el ídolo local, Cliff Richard, gane con su “Congratulations”, pero en las últimas votaciones, seis votos de Alemania hacen que Massiel y el “La, la, la” ganen por un solo voto el concurso de Eurovisión 68. Algo que pocos saben es que una parte importante del triunfo se debe a la sabiduría del director de orquesta Rafael Ibarbia, que aceleró el ritmo, dándole mayor fuerza a la interpretación. Ramón Arcusa la coge en brazos y zanja más o menos la polémica anterior.
Al día siguiente, los periódicos hablan de gesta nacional y comparan a Massiel con Agustina de Aragón. No todo fueron rosas y Massiel pagó un alto precio por su triunfo. Su ideología era opuesta al régimen y ahora se veía ensalzada y felicitada por los capitostes gubernamentales, con Franco a la cabeza.
Muchos de sus antiguos seguidores le vuelven la espalda; en Cataluña, años después, seguía siendo abucheada y la cantante recibe a regañadientes el Lazo de Isabel la Católica. En 2000, diría en una entrevista que se arrepentía de haber ido a Eurovisión, quizá porque eso ensombreció todo lo que hizo antes y después, siempre encasillada en el tema, con cargas políticas en las que ella ya estaba cansada de justificarse. Decía que sufrió una fuerte depresión post Eurovisión que la dejó muda y tuvo que interrumpir muchas de sus galas. “Festival de Eurovisión 1968” (Novola, 1968) ocuparía durante cuatro semanas el nº 1 absoluto de ventas en España.
A partir de ese momento, la carrera y la vida de Massiel cambian radicalmente y el sambenito eurovisivo la perseguirá para el resto de su vida.
Su siguiente disco importante saldriá en otoño: “Deja la Flor / Sol de Medianoche” (Novola, 1968), con el que la cantante intenta recuperar su antigua imagen.
Otro acto polémico en la trayectoria de Massiel fue la entrega de premios de Eurovisión 69, en el que la cantante entregó el premio a las ganadoras ataviada con un abrigo de piel de chinchilla que, al parecer, no había pagado al peletero.
“Massiel en México” (Novola, 1970), el segundo disco de Massiel, fue grabado en México y se vendió poco en España. En 1971 graba tres singles con canciones de Patxi Andión, pero ninguno de ellos vendió gran cosa. Al año siguiente firmó contrato con Ariola.
En una actuación teatral en Barcelona, el 6 de marzo de 1971, le recuerdan con abucheos su pasado eurovisivo, a lo quel Massiel responde lanzando una maceta contra el público.
En el 1972 grabó “Baladas y Canciones de Bertol Brecht” (Ariola, 1972), disco que la cantante convertiría en un ambicioso espectáculo de música y teatro. Tuvo buenas críticas, pero quedó como una curiosidad intelectual y vendió muy poco, aunque el tiempo lo ha puesto en su sitio y ha sido reeditado con todos los honores.
Debido a que Ariola no publicaba nuevos discos y al desinterés que siente Massiel en aquellos momentos por el mundo musical, hubo un paro discográfico, mismo se rompería con “Viva” (Explosión, 1975), un LP con canciones como “Lady veneno”, “Soy la mujer”, etc.
Su carrera renace justo en los años de la transición, con canciones revolucionarias mexicanas, como “María de los Guardias” (Polydor, 1976), agrupadas en el álbum “Carabina 30-30” (Polydor, 1976).
De su unión con el político Carlos Zayas, diputado socialista por Teruel, tiene su único hijo, Aitor, nacido en Londres en 1977. La pareja se rompe a principios de los 80.
Las recopilaciones de sus viejas canciones se reeditan y venden, pero sus discos actuales cada vez venden menos, aunque hubo una excepción importante y la Massiel más banal y desinhibida triunfaría de nuevo con “El Noa-Noa / El amor” (Hispavox, 1981) y su subsiguiente LP, “Tiempo difíciles” (Hispavox, 1981). De este año son también los éxitos "De 7 a 9", autoría de Herrero Escolari y "Eres", de José María Napoleón.
La casa Hispavox se amolda a su particular carrera musical y le ofrece la oportunidad de trabajar relajadamente en discos de larga duración como “Corazón de hierro” (Hispavox, 1983). De este mismo año "Brindaremos por él", un tema de José Luis Perales.
Además, publica “Sola en libertad” (Hispavox, 1984) y, sobre todo, su LP en directo: “Massiel en Des... Concierto” (Hispavox, 1985).
El resto de la carrera musical de Massiel es ya una intermitencia que camina cuesta abajo, siendo sus últimos LP “Deslizes” (Zafiro, 1990) (sic) y “Desátame” (Bat, 1997).
En 2000 volvió a la actualidad por su caída por la ventana, que a punto estuvo de costarle la vida y un pleito con Rociíto Jurado por declaraciones en algún magacín televisivo. En los últimos años hemos podido verla como jurado eurovisivo, en programas televisivos especializados en remover mierda, en la gala de cincuenta aniversario de Eurovisión y defendiendo a los animales maltratados. Algo se nos olvidaba, en 2008 el Festival Indie de Cáceres le concedía el premio especial a toda una carrera.
En diciembre del 2018 dio una entrevista a El País en la decía afrontar uno de los momentos más difíciles de su vida ante una enfermedad ocular degenerativa e incurable.
“Otros se mueren de cáncer y yo me estoy quedando ciega. Es duro. No tiene cura”, explicaba Massiel a Bertín Osborne en el programa de televisión Mi casa es la vuestra.
La cantante revelaba así el duro momento que atraviesa por culpa de una degeneración macular que ya le ha privado prácticamente de la visión de un ojo y cuyo pronóstico es que muy probablemente termine dejándola ciega del todo. La popular artista relató los detalles de su enfermedad con normalidad e incluso con sentido del humor.
Al mismo tiempo, ofreció detalles que confirmaban lo mal que lo está pasando. “Con un ojo veo periférico. Si me tapo el otro no te veo la cara. Podría no caerme pero no puedo ir al cine o al teatro. Me he sentido muy mal porque no lo aceptaba y era un hándicap tremendo. Cada vez que pierdo visión me cabreo”, confesó.
En su vida privada ha contraído matrimonio tres veces: con un médico; con un hombre dedicado a la política y al periodismo, padre de su hijo Aitor; y con otro, también periodista. Sigue vigente en televisión.
Fuentes: La fonoteca..net, RAE, & El País
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