La música, como saben muchos de los que me conocen y me leen, es mi motor, mi alimento, mi vida. Llevo este vicio en la piel y en los huesos y no me quiero curar nunca. Y por ser melomána, muchas veces me voy a sentir la adrenalina de la música en los conciertos... Y con Gilberto no ha sido la excepción. He tenido la dicha de verlo tres veces y por ello estoy infinitamente agradecida.
A Gilberto Santa Rosa le despertó su afán por el arte de la canción desde su niñez, cuando disfrutaba de ver en la televisión las presentaciones de El Gran Combo de Puerto Rico, deleitándose con sus canciones, formas interpretativas y bailes. La cadencia y el sabor que imprimía la musicalidad de la agrupación comandada por el pianista Rafael Ithier fue crucial en su desarrollo y formación musical.
Gilberto nació en Santurce, Puerto Rico en el año 1962 un 21 de agosto.
Apodado El Caballero de la Salsa, ha sido uno de los intérpretes más destacados del género, particularmente desde la década de 1990.
Desde muy temprana edad manifestó su afición a la música, que le llevó a organizar un primer conjunto de aficionados. Con sólo catorce años grabó ya sus primeras canciones, gracias al trompetista y director de orquesta Mario Ortiz.
Su primer grupo como cantante profesional fue la Orquesta Grande. Posteriormente, a raíz de una actuación en 1980 en homenaje a Eddie Palmieri, se unió a la banda de Tommy Olivencia, También estuvo un tiempo con la orquesta de Willie Rosario, con la que grabó seis álbumes.
En 1986 emprendió su carrera en solitario al frente de su propia orquesta dentro de la firma discográfica Combo Records, del productor Ralph Cartagena. Su primer disco como solista llevó el título de Good vibrations. A éste le siguieron tres trabajos más con la misma discográfica la cual abandonó en 1990 para firmar por la CBS Records (después Sony Records). Ese mismo año salió publicado Punto de vista, un álbum de salsa romántica que fue disco de platino y número uno gracias a sus exitosos temas Vivir sin ella y Perdóname. El disco le valió además el premio al mejor cantante latino concedido por el Billboard.
En 1991, su disco Perspectiva confirmó una brillante trayectoria artística y le abrió nuevos mercados. En mayo de ese año debutó en España en una serie de conciertos en los que compartió escenario con los también caribeños Pete Rodríguez, Johnny Pacheco y Roberto Torres, y en septiembre realizó una gira centroeuropea igualmente exitosa.
En 1992 grabó un disco en homenaje al cantante Tito Rodríguez titulado A dos tiempos de un tiempo. A este trabajo le siguieron Nace aquí (1993) y De cara al viento (1994), que sería su tarjeta de presentación en Japón, país que visitó en 1995.
Tras la publicación de Esencia, en 1996, y De corazón, al año siguiente, en 1999 llegó su exitoso Expresión, disco que consolidó su posición en el mercado internacional de la música latina y que incluía bombazos como Déjate querer y especialmente Que alguien me diga, número uno del Billboard durante varias semanas.
A lo largo de su carrera ha colaborado y compartido escenarios con destacadas figuras de la música latina (Cheo Feliciano, Olga Tañón, Ruben Blades, Oscar D'León), además de homenajear a estrellas como Ismael Rivera.
Gilberto Santa Rosa fue uno de los primeros intérpretes en fundir la música salsera con la clásica, con resultados como su conocido trabajo Salsa Sinfónica, que presentó en el Centro de Bellas Artes de su isla natal acompañado por la Orquesta Sinfónica Puertorriqueña. Además de esta histórica actuación, son muy recordados los conciertos dados por Santa Rosa en el Carnegie Hall de Nueva York en 1995 (que sería recogido en el disco en directo The man and his music); su actuación en el I Festival Presidente de la Música Latina (Santo Domingo, junio de 1997); o la presentación en el Lincoln Center de Nueva York junto a su compatriota Andy Montañez en julio de 1997.
Fuentes: Buena Música, Biografías y vidas & CMTV
Excelente trabajo Shayra 🙏🙏👏👏👏😘