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Joaquín Ramón Martínez Sabina (Úbeda, Jaén; 12 de febrero de 1949), es un cantautor, poeta y pintor español. Ha publicado diecisiete discos de estudio, cinco en directo y tres recopilatorios y colaborado con distintos artistas cantando dúos y realizando otras colaboraciones. Se estima que ha vendido más de diez millones de discos.


“Tiendo a la melancolía y al exceso de baba… Eso hay que corregirlo con cinismo”


“Un día me quedé sin bombines en México porque siempre los tiro al público… Con espanto para Jimena, porque son muy caros. Mandé a mi secretaria al bombinero y midió mi cabeza… Y el bombinero dijo ‘Ay Chihuahua…‘ y es que… calzo buena cabeza”.


“Mi padre era un comisario extraño, estaba más dotado para su oficio de escritor de sonetos en bodas, bautizos y comuniones. Él me dijo que si leía nunca estaría sólo… Y tenía mucha razón. Cuando se jubiló, se levantaba a las 4 de la mañana a escribir sus memorias; y cuando terminó, decidió escribir su futuro. Llegó a escribir dos años más de los que vivió”.


“De las ultimas cosas que dijo mi padre fue ‘¿De dónde sale el dinero de las diputaciones?’ Y me dio mucho que pensar, he dedicado mi ida a descubrirlo y sigo sin saberlo”.

“Ahora echo de menos a los salesianos que tapen con la mano lo más pervertido de la TV”


“Desde joven escribía romances. Yo era chiquitito, di el estirón tarde y mal, tenía granos, odiaba al mundo, quería una novia de las carmelitas… Había un concurso de versos a la Virgen Inmaculada y ganó el concurso uno mío. No sé si alguien conserva esos versos”.




“Mi padre tuvo que participar en mi detención. Fue un momento humillante para él. Éramos la oposición estudiantil anti franquista. Me exilié por razones políticas y por razones menos política y con minifalda”


“En Londres llevaba una doble vida; cantaba en restaurantes mexicanos y los fines de semana ya ejercía de cantante más politizado y con repertorios más míos”.


“Yo no recuerdo el momento de cuándo decido cantar. Hice una mili muy tardía, no tenía oficio ni beneficio. Y se me pasó La Mandrágora. Fue una maravilla; no teníamos nada que ver con La movida madrileña; éramos progres bohemios, afrancesados. Queríamos divertir y divertirnos, y además, renovar el lenguaje de las canciones.

La Mandrágora fue una escuela y Javier Krahe un maestro. Aprendí mucho”


"Hace 10 años u 11 Jimena Coronado me salvó la vida. Chus, Luis García Montero, Almudena Grandes… Me propusieron hacer un libro, me corrigieron los sonetos, me los editaron… Me sacaron… Me salvaron la vida. Fue un ictus. Me levanté al año y la pierna derecha y el brazo derecho no me repondían. No tengo secuelas, eso duró cuatro o cinco días… A los 15 días estaba recuperado. Por dentro queda una inseguridad, me costó volver a los escenarios, hace ya tres giras y ahora vuelvo a estar aterrorizado”


“Volver a la carretera rejuvenece. Si Jimena Coronado no viajara conmigo estaría perdido; tras los conciertos hay fiestas, hay mujeres, hay alcohol”


“Estuve a punto de irme de la vida por todo lo que disfrutaba… No quería discos póstumos”


“La crisis es una estafa global que se ha hecho a la gente. Nadie explica nada… No se ve que se esté pensando en modos de corregir la injusticia que hay… La canción es lo que dice la gente por la calle”.

“Era consciente de que no tenía voz, no era músico, habia unos grandes maestros… Lo único que podía hacer era dignificar las letras de canciones. Las de entonces parecían declaraciones de futbolistas después de los partidos”.


“Pulo las letras porque creo que el idioma es sagrado. Mi patria y mi bandera es mi lengua... Con la que me entiendo en todo el mundo. No se puede jugar con la lengua”.


“La felicidad doméstica no produce canciones… El estado que tenía Benjamín Prado, sí. En Praga hicimos el núcleo de canciones del nuevo disco”.


“Hay que seguir siendo rojo, ser rojo significa justicia, significa igualdad de oportunidades”.


“En la TV uno oye cada cosa… que parece un insulto a la inteligencia”.


“¿Una musa? Jimena Coronado y la ex novia de Benjamín Prado”


“¿Un regalo? Un libro. Jamás me desespero esperando con un libro”.


“La cancion más hermosa del mundo? Estoy a punto de escribirla”.


Fuente: SabinaWeb Noviembre, 2009

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Foto del escritor: ShayraShayra

Virtudes Antero "Chispa" fue la primera novia de Joaquín Sabina.

"Sus padres se oponían radical y frontalmente. Los míos estaban encantados porque era subir de nivel; ella era la hija del notario del pueblo", dijo Sabina en varias ocasiones, mientras que Chispa decía que lo que más me gustaba era pasear con Joaquín por enfrente del club 61, ya que ahí era donde estaban todos los notarios. Y entonces le decía: "Joaquín, échame el brazo; vamos".


Chispa fue el primer amor de juventud de Joaquín, aunque, desde los inicios, se vió frustrado.

Ella era hija del notario de Úbeda, "la más guapa" del grupo y, cómo no, Joaquín no era el candidato perfecto. Hasta tal punto llegó su obsesión por ella que llegó a instalarse en el jardín de su casa como protesta.

Finalmente y siguiendo las órdenes de su padre, Chispa se trasladó a vivir a Granollers. Aunque a partir de ese momento perdieron el contacto, en su última biografía aparece una foto reciente, de "cuando ellos, los de entonces, ya no eran los mismos.

Joaquín y Chispa


Si ha habido en su vida una relación pasional y devastadora esa ha sido la que mantuvo con la mallorquina Cristina Zubillaga. Empezaron a salir en el año 1992, cuando él aún estaba con la madre de sus hijas y, aunque sigue apareciendo en sus sueños, el final de esa historia fue totalmente desolador. Según ha contado Joaquín, ambos estaban unos días en Menorca y, de repente, durante una cena, ella cambió "la chica que yo conocía desapareció pero desapareció entre la sopa y el postre". Al cabo de dos años dejaron de verse definitivamente pero él aún sostiene que ha sido uno de los grandes amores de su vida.


Joaquín Sabina es un gran mujeriego. Así queda de manifiesto en el libro ‘Pongamos que hablo de Joaquín’, un libro que se centra en la pasión por las faldas del cantautor. Y entre las mujeres, novias, flirteos, putas y devaneos, aparece la mallorquina Cristina Zubillaga (Zubi).

El encuentro de Sabina con Zubillaga tuvo lugar en la discoteca madrileña América.


Cristina, modelo de profesión, acababa de llegar de Mallorca. Llegó a la disco acompañada de su hermana. Sabina se quedó prendado de ella nada más verla. Contaba con 19 años y el cantautor de Úbeda con 40 tacos. La relación de Sabina con Cristina tardó en cristalizar. Por aquella época estaba relacionado con Isabel Oliart, dicen que tan hermosa como Zubillaga. Sabina les canta a todas nada más conocerlas, siempre de madrugada. Pero la modelo tardó en caer rendida, cuenta el libro escrito por Joaquín Carbonell.


Estando con Cristina, iba de novia en novia. Una por gira, como los marineros en los puertos. Y sin dejar del todo a Isabel. Su exmanager dice que estando en un hotel de Barcelona, un asistente le llamó de urgencia a la habitación para decirle que “sacara de la cama a la señorita Cristina porque subía la señorita Isabel”.

Sabina dice adorar a las putas. Frecuenta sus bares para huir y evitar agobios. “Debe de tener una lista de todos los prostíbulos de España y Latinoamérica. De todos. Y los conoce de primera mano. Poco a poco, noche a noche, fue elaborando esa lista. Algún día editará esa lista”, se cuenta en el libro de Ediciones B”.

Joaquín y la Zubi



Fuentes: Mallocardiario..com y Mural.uv..es

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