top of page
Foto del escritorShayra

Los amores de Joaquín Sabina. Parte I

Virtudes Antero "Chispa" fue la primera novia de Joaquín Sabina.

"Sus padres se oponían radical y frontalmente. Los míos estaban encantados porque era subir de nivel; ella era la hija del notario del pueblo", dijo Sabina en varias ocasiones, mientras que Chispa decía que lo que más me gustaba era pasear con Joaquín por enfrente del club 61, ya que ahí era donde estaban todos los notarios. Y entonces le decía: "Joaquín, échame el brazo; vamos".


Chispa fue el primer amor de juventud de Joaquín, aunque, desde los inicios, se vió frustrado.

Ella era hija del notario de Úbeda, "la más guapa" del grupo y, cómo no, Joaquín no era el candidato perfecto. Hasta tal punto llegó su obsesión por ella que llegó a instalarse en el jardín de su casa como protesta.

Finalmente y siguiendo las órdenes de su padre, Chispa se trasladó a vivir a Granollers. Aunque a partir de ese momento perdieron el contacto, en su última biografía aparece una foto reciente, de "cuando ellos, los de entonces, ya no eran los mismos.

Joaquín y Chispa


Si ha habido en su vida una relación pasional y devastadora esa ha sido la que mantuvo con la mallorquina Cristina Zubillaga. Empezaron a salir en el año 1992, cuando él aún estaba con la madre de sus hijas y, aunque sigue apareciendo en sus sueños, el final de esa historia fue totalmente desolador. Según ha contado Joaquín, ambos estaban unos días en Menorca y, de repente, durante una cena, ella cambió "la chica que yo conocía desapareció pero desapareció entre la sopa y el postre". Al cabo de dos años dejaron de verse definitivamente pero él aún sostiene que ha sido uno de los grandes amores de su vida.


Joaquín Sabina es un gran mujeriego. Así queda de manifiesto en el libro ‘Pongamos que hablo de Joaquín’, un libro que se centra en la pasión por las faldas del cantautor. Y entre las mujeres, novias, flirteos, putas y devaneos, aparece la mallorquina Cristina Zubillaga (Zubi).

El encuentro de Sabina con Zubillaga tuvo lugar en la discoteca madrileña América.


Cristina, modelo de profesión, acababa de llegar de Mallorca. Llegó a la disco acompañada de su hermana. Sabina se quedó prendado de ella nada más verla. Contaba con 19 años y el cantautor de Úbeda con 40 tacos. La relación de Sabina con Cristina tardó en cristalizar. Por aquella época estaba relacionado con Isabel Oliart, dicen que tan hermosa como Zubillaga. Sabina les canta a todas nada más conocerlas, siempre de madrugada. Pero la modelo tardó en caer rendida, cuenta el libro escrito por Joaquín Carbonell.


Estando con Cristina, iba de novia en novia. Una por gira, como los marineros en los puertos. Y sin dejar del todo a Isabel. Su exmanager dice que estando en un hotel de Barcelona, un asistente le llamó de urgencia a la habitación para decirle que “sacara de la cama a la señorita Cristina porque subía la señorita Isabel”.

Sabina dice adorar a las putas. Frecuenta sus bares para huir y evitar agobios. “Debe de tener una lista de todos los prostíbulos de España y Latinoamérica. De todos. Y los conoce de primera mano. Poco a poco, noche a noche, fue elaborando esa lista. Algún día editará esa lista”, se cuenta en el libro de Ediciones B”.

Joaquín y la Zubi



Fuentes: Mallocardiario..com y Mural.uv..es

661 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page