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Foto del escritorShayra

Ávila, una ciudad de España localizada en Castilla y León. Ciudad tan bonita como interesante

Ávila es una de las quince ciudades españolas que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Nomás aterrizar en Madrid, después que mi amiga Susana me buscara al aeropuerto con nuestra amiga Nina, quien vino de Austria, nos dirigimos a esta hermosa e interesante ciudad que nos dejó fascinada.


Ávila es una ciudad de la comunidad autónoma de Castilla y León que está ubicada en la Meseta Norte de la península, junto al curso del río Adaja, afluente del Duero. Es la capital de provincia más alta de España, a 1131 m sobre el nivel del mar.


Ávila es una de las capitales de provincia menos pobladas del país. El término municipal tiene una superficie de 230,71 km² y una población de 59, 008 habitantes.​ Se trata del municipio más poblado de la provincia, así como el de mayor extensión, concentrando alrededor del 34 % del total de población de la provincia.c​ La población del núcleo urbano es de 56,144 habitantes. La densidad de población es de 243,36 hab/km².


La población extranjera empadronada en 2012 sumaba 5339 habitantes (9,05 % del total). De ellas, las nacionalidades más numerosas son la rumana (1708 habitantes), la marroquí (772), la colombiana (594), la dominicana (278), la peruana (231) y la ecuatoriana (224).


Los primeros pobladores del territorio abulense fueron las tribus celtibéricas de los vetones y arévacos, allá por el siglo VIII antes de Cristo. La ciudad de Ávila nacería de esta manera como un modesto castro llamado "Obila", alrededor de lo que hoy es la Plaza del Mercado Chico.


La llegada de los romanos no provocó grandes enfrentamientos con los pueblos autóctonos, comenzando un periodo de intensa romanización como lo demuestran los restos de calzadas y puentes conservados a lo largo y ancho de la provincia. No obstante, la ciudad no debió llegar a ser más que un emplazamiento militar de segundo orden en el contexto de la Hispania romana.


Tras la caída del imperio, Ávila permaneció bajo poder visigodo, aunque los testimonios de su presencia son escasos. Lo más destacable es la aparición de tumbas germánicas entre las iglesias de San Pedro y Santa María de la Antigua, que pudieron pertenecer a un monasterio visigodo ubicado en esta última. También se sabe que los obispos de Ávila acudían habitualmente a los Concilios de Toledo.

Con la estatua del presidente Adolfo Suárez, oriundo de Ávila, una de las figuras clave de la Transición española, el proceso a través del cual se dejó atrás el régimen dictatorial de Francisco Franco y España se constituyó un Estado social y democrático de derecho.


Como para toda España, uno de los hechos capitales de la historia abulense acontece en el año 711 con la invasión árabe de la península. Un año después, Ávila ya es ciudad bajo poder musulmán, aunque el rey asturiano Alfonso I, aprovechando las revueltas del centro de la península toma la ciudad para llevar a sus pobladores a Asturias, a mediados del siglo VIII.

Así comienza un periodo de casi 400 años en que este territorio se convierte en campo de batalla fronterizo, con una población escasa, sin estabilidad económica, política ni cultural.

Con la estatua de Santa Teresa de Jesús o Santa Teresa de Ávila, monja, fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos —rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo—, mística y escritora española. Su nombre secular fue Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada.


Durante tres siglos son innumerables las acciones militares de ocupación y devastación que astur-leoneses, castellanos y árabes protagonizan para la toma de Ávila y otras plazas fronterizas, pasando de mano en mano, pero nunca llegando a causar una organización urbana estable.

Los musulmanes, más acostumbrados y deseosos de tierras fértiles y de buen clima, no manifestaron interés real por su posesión, salvo por fines militares. Los cristianos del norte, por el contrario, perseveraron en la intención de su repoblación, pero los vaivenes de las acciones bélicas solían malograr este empeño.


La repoblación definitiva de Ávila surge en el siglo XI.

A pesar de la situación de precariedad citada, siempre debieron permanecer pequeños núcleos de población cristiana que permitirían la continuidad de los lugares de culto tardorromanos y visigodos, y que tenderían un puente histórico con las gentes y culturas que terminarían por revitalizar la antigua urbe a finales del siglo XI.


En efecto, tras las peores devastaciones de Almanzor al filo del milenio, desaparece el Califato de Córdoba y ello permite a castellanos y leoneses recuperarse e iniciar un esfuerzo conquistador mucho más firme que en épocas precedentes. Este proceso culminaría con la conquista de Toledo por Alfonso VI en el año 1085.


Con el avance de la frontera, Ávila, como otras antiguas ciudades: Salamanca, Segovia, Sepúlveda, etc. pasan a la retaguardia, pero al mismo tiempo son potenciadas al convertirse en plazas estratégicas de defensa de esa frontera adelantada. Alfonso VI ordena a Don Raimundo de Borgoña, de origen francés y esposo de su hija Urraca, la misión de repoblar estas plazas, con gentes procedentes de diversas regiones norteñas.


Gentes de diversas procedencias inician una especie de éxodo hacia estas tierras fronterizas. Leoneses, burgaleses, cántabros, asturianos, gallegos, francos e incluso moros cautivos forman un mestizaje que dio un intenso vigor a la ciudad. Comienza, entonces, una época de incesante actividad repobladora y constructiva que creará una sociedad completamente nueva, llegando a tener -según Barrios- 6.615 habitantes en 1250, constituidos por cristianos, moros y judíos.


Si quieres saber cómo llegar y dónde alojarte, por favor preguntar en este mismo artículo.

Fotos: Shayra Ramírez

Fuentes: Historia de Ávila, EcuRed y Toda Ávila

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