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Foto del escritorShayra

¡Sabina, el mejor poeta urbano de todos los tiempos!

Actualizado: 8 nov 2020


Hay 10 colillas muertas en los posos de media hora, un cristal de cerveza, una copa con las cenizas vivas de Sabina aventando respuestas.

El hijo del policía, aquel chaval de Universidad exiliada, es ya un cantor de asfalto a los dos lados del mar, un poeta sin cielo en los andamios de la tinta.

Y ahora un libro de acuarela en Muy personal, donde pinta lo que no vive. Es esta voz de segunda mano tras las drogas, la risa, el infarto, la bruma... Es este bombín de rimas con leyenda, Joaquín.


¿Qué respuesta no le puedo preguntar?

No tengo respuestas, o sea, que no me puedes preguntar ninguna. No tengo certezas, no tengo cosas sólidas... Iba a decir que soy líquido, pero líquido era antes. Ahora me he vuelto gaseoso.


.- Pregunta a la acuarela: ¿qué pintan en su vida tantos culos, gallos, Ducados, sombreros y pubis enroscadamente poblados?

Los culos y los pubis, menos de lo que querría. Los Ducados, más. Los gallos son unos cabrones que te despiertan y los peces unos animales ingenuos y sensibles. Los sombreros no cuentan en mi vida, cuentan en la de ese personaje ridículo con bombín que soy cuando salgo al escenario. Cuentan como un disfraz.


¿Cómo han dejado su alma los sustos de su cuerpo?

Temblando, dolorida y asustada. La depresión, la profunda que tuve tras el ictus, se cura, pero se queda agazapada y a veces vuelve un poquito. Y eso no tiene cura. Pero le da a la vida un modo mejor de paladear las cosas porque sabes que esa amenaza está ahí. (La bruma, ¿no?) Sí, sí.


¿Usted se interrumpe mucho?

Yo soy un tartamudo moral, me cuestiono de un modo enfermizo. Vivo con mis entrañas una guerra civil que dura demasiado y a veces no me deja dormir. No sé lo que es la paz, el sosiego, el ocio, no hacer nada.


¿Qué le detuvo su padre?

Me detuvo el alma. Aquel día, mi padre, que no sabía que me iba a detener, se comportó con una dosis de nobleza y respeto que yo creía imposible en él. Desde entonces empecé a quererme más intensamente.


¿De qué habla con su conciencia cuando se acuerda de haber albergado etarras?

Vivíamos en batiburrillo okupas, emigrantes, comunistas, anarquistas, estudiantes, cantantes callejeros, artistas de circo... Era un submundo, lumpen, en el exilio. En esos años, que ni habían matado a Carrero, nos parecía que la izquierda era toda maravillosa y que los malos eran los otros. Y no poníamos controles éticos a lo que pasaba. Luego sí, luego hemos discutido con nuestras conciencias. Todos menos algunas bestias que aún no tienen conciencia.


Esta pregunta me la pasa Artur Mas: ¿quiere usted que España sea un estado independiente?

No quiero que sea ni estado, ni independiente. ¡España, eh! [Risas]. Yo creía que la izquierda era internacionalista y solidaria. Ver a ERC y a IU metidas en una pelea aldeana de ser una cosa por ser de un territorio u otra por ser de otro es un empobrecimiento intelectual asombroso, como si la Ilustración no hubiera pasado, como si no supiéramos las catástrofes, la sangre y la miseria que han producido los nacionalismos.


¿Aquí queda algún brazo incorrupto, santa Teresa?

Ja, ja... El único brazo incorrupto que queda es el del manco, que no puede alargar la mano para abrir la caja. No, espera... El de El manco de Lepanto, el de Cervantes. Ése es el único brazo incorrupto que hay.

Un camión policial con manguera, ¿qué limpieza es?

Bueno, una limpieza estupenda, porque echan a la gente de su casa, no puede ducharse porque le cortan el agua y el Estado se lo soluciona: los ducha en plena calle. Una manguera en cada esquina.










Proust decía que los aunques son por qués desconocidos. ¿Con qué contradicción duerme usted a pierna suelta?

Sí, pero el cabrón dedicó su vida a explicarlos, ja, ja, ja... Mi fundamental contradicción es si al día siguiente, después de haber dormido a pierna suelta, seré capaz de tener un proyecto distinto a estrictamente sobrevivir.


¿Qué sabe el Aleti de usted que usted no sepa?

El Aleti sabe que los de mi barrio tienen un corazón colchonero. Mi barrio en sentido metafísico. Uno sabe de qué equipo tiene que ser del mismo modo que sabe a quién tiene que votar. Sea o no futbolero. Ontológicamente se es del Aleti.



El Mundo.es

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