Lugar: parte española de la Hispaniola.
Causa: anexión de la República Dominicana a España
Resultado: Restauración de la soberanía dominicana
Beligerantes: República Dominicana y España
Comandantes por Rep. Dom: Gregorio Luperón y Santiago Rodríguez.
Comandantes por España: Pedro Santana y José de la Gándara. Hoy celebramos el 157 aniversario de la Guerra de la Restauración.
Luego de la Independencia Nacional y producto de un cuadro de inestabilidad en el orden económico, político y social en la República Dominicana, los nacionalistas tuvieron que defender, con sus armas y con sus vidas, la ratificación de que éramos una patria libre e independiente.
Pero más allá de la consolidación del logro obtenido por los independentistas del 1844, la Guerra de la Restauración también sirvió de plataforma para la reafirmación de la identidad del pueblo dominicano.
Esa epopeya, que se inició con el Grito de Capotillo el 16 de agosto de 1863, fue el instrumento por excelencia en la recuperación de la agredida soberanía política, jurídica y económica de los dominicanos, y el muro de contención ante los embates contra nuestra cultura e identidad como nación.
Como dice el historiador Frank Moya Pons: “La Guerra de la Restauración, que comenzó siendo una rebelión de campesinos, muy pronto se convirtió en una guerra de razas, por el temor de los dominicanos de color, que eran la mayoría, a ser convertidos nuevamente en esclavos, y de ahí pasó a ser una verdadera guerra popular que puso en movimiento todas las energías de la Nación para lograr su independencia y la restauración de la soberanía.”
Luego de la anexión a España, la patria atravesó un largo trecho sorteando todo tipo de obstáculos, para recuperar la soberanía perdida, las libertades y las costumbres que hilvanaban nuestro perfil como nación
Otra característica importante de la Restauración, que tuvo al general Gregorio Luperón y a una pléyade de héroes como los principales baluartes, fue la estrategia utilizada en el campo de batalla por los dominicanos, quienes por su desventaja en cuanto a armas y personal, apelaron a la guerra de guerrillas para expulsar a las derrotadas tropas españolas el 26 de julio de 1865.
Esos enfrentamientos, que tuvieron el objetivo de fustigar a los españoles, eliminando integrantes de sus tropas, surtieron efectos que a la postre fueron decisivos en el triunfo de los restauradores.
El papel de los campesinos en el esquema de combate implantado por los dominicanos, fue determinante en el desenlace de la restauración , y en la consolidación de nuestra identidad cultural.
Este importante acontecimiento histórico, inspiró algunos movimientos independetistas en Las Antillas.
La Guerra de la Restauración fue una guerra de guerrillas de 1863 a 1865 en Santo Domingo entre los nacionalistas dominicanos y España, quien había recolonizado (con ayuda del conservadurismo dominicano) el país 17 años después de su independencia. Terminó con la victoria dominicana y la retirada de las fuerzas españolas del país.
En 1861, el general Pedro Santana había arrebatado la presidencia a Buenaventura Báez, quien había quebrado la Tesorería de la Nación con grandes ganancias para sí mismo. Frente a una crisis económica, así como la posibilidad de un nuevo ataque de Haití, Santana pidió a España que retomara el control de su antigua posesión bajo la categoría de provincia, con tan solo 17 años de independencia. Al principio, la monarquía española estaba preocupada, pero con los Estados Unidos ocupados con su propia guerra civil e incapaces de imponer la Doctrina Monroe, consideraba que había una oportunidad para reafirmar el control en América Latina. El 18 de marzo de 1861, se anunció la anexión, y Santana se convirtió en gobernador general de la recién creada jurisdicción.
Sin embargo, este acto no fue bien recibido por todos. El 2 de mayo, el general José Contreras lideró una fallida rebelión, y Francisco del Rosario Sánchez encabezó una invasión desde Haití (cuyo gobierno aunque oficialmente neutral, le preocupaba que España afianzase su poder en la zona), pero fue capturado y ejecutado el 4 de julio de 1861.
Al final, Santana renunciaría a su cargo en enero de 1862 tras sostener diferencias con las autoridades españolas en Cuba que limitaron su poder y que destituyeron a sus amistades para colocar a peninsulares en los cargos de poder; la reina Isabel II le confirió el marquesado de las Carreras como compensación por sus servicios al Reino.
Referencias:
Moya Pons, Frank (2007). Markus Wiener Publishers, ed. History of the Caribbean: plantations, trade, and war in the Atlantic world (en inglés) (Ilustrada edición). p. 370. ISBN 1558764151.
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