El ayuno intermitente no es como la solución genérica de “píldora para todos los males” y hay que cambiar la estrategia a medida que nuestro cuerpo se acostumbra a lo que estamos haciendo.
Primero debemos comenzar por limpiar deshacernos de la basura como los carbohidratos procesados, el azúcar, los aceites vegetales industriales que promueven la inflamación y la margarina que se elabora a partir de ellos.
Si hacemos el régimen 16/8 y nos estancamos en el peso, cambiemos al ayuno en días alternos. Si eso no da resultados después de un tiempo, hagamos 18/6 o probemos ayunos más largos.
Cambiemos el régimen todo el tiempo para que nuestro cuerpo siga adivinando. Así es como evolucionamos porque venimos de una larga, larga línea de ancestros que nunca supieron de dónde vendría su próxima comida y les funcionaba.
Estamos en la misma sintonía, chilena. Gracias a ti.
Más que un asunto de estética corporal es un tremendo aporte a la salud de nuestro organismo que, incluso, conlleva armonía emocional. Gracias.
¡A seguir disfrutando de todos esos beneficios! Gracias, Shayra.