El aguador o aguaor ha sido a lo largo de la historia un oficio de enorme trascendencia en Andalucía y en buena parte de España. El oficio consistía en la venta ambulante de agua en la ciudad, tanto a los peatones, como suministrándolas a las casas que no disponían de agua.
Los aguadores, con ayuda de burros, acarreaban el agua en grandes tinajas de barro, metal o vidrio, que ponían dentro de serones (cestas grandes, alargadas y estrechas, generalmente de esparto- que se colocaban sobre los animales para transportar carga). Para mantener el agua fresca, los aguadores solían mojar los serones.
El oficio de aguador en Granada comenzó con la llegada de los árabes.
Los primeros aguadores se asentaron en el actual barrio de La Churra, en otro tiempo del Mauror, que quiere decir Barrio de los Aguadores. Para velar por la calidad del agua que vendían estaba el muhtasib o almotacén (hombre encargado de contrastar las pesas y medidas en la península Ibérica musulmana).
El muhtasib era el juez y encargado de vigilar la actividad de los aguadores, velando para que tomaran las aguas de aquellos manantiales de la parte del río en la que no estuviesen turbias o sucias. Ordenaban a los aguadores que recogieran el agua del río para el consumo doméstico por encima de las zonas contaminadas, ya que todas las inmundicias, tanto personales como las procedentes de los oficios, iban a para al río.
Los aguadores granadinos cogían el agua también de fuentes tan renombradas como la del Avellano, o la de la Culebra en la ribera del río Genil.
En el 1999, Aurelio Teno realizó el "Monumento al Aguador", un homenaje a esta profesión, misma que pervivió desde el siglo XI hasta mediados del siglo XX.
La escultura está realizada en bronce a tamaño natural y representa al típico personaje rudo y pobre, con la ropa hecha jirones. Le cubre la cabeza un sombrero que hace recordar a los bandoleros del siglo XIX. El aguador porta un vaso en la mano izquierda, con el que ofrece agua por las calles y va acompañado de un burro cargado a cada lado de damajuanas.
Gracias, Maloles, por darme a conocer sobre esto.
Fuente: Rincones de Granada
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