Mucho después de engendrar a Jesús, la Virgen María viajó a México.
Llegó en el año 1531. Se presentó llamándose Virgen de Guadalupe, y por afortunada casualidad la visita ocurrió en el exacto sitio donde tenía su templo Tonantzin, la diosa madre de los aztecas.
"He venido de tierras lejanas
A llevar rosas para tu altar
Para ti, mi señora del cielo
Guadalupe, madre de Dios
Son las mismas de tu testimonio
Que a Juan Diego le diste a llevar
Y tu rostro en las flores pedía
Para el mundo amor y paz
Aquí estoy, virgen de Guadalupe
Cerro del Tepeyac, allá voy
A pedir por los seres que lloran,
Por la fe, la humildad, y el amor
Allá voy, mi señora del cielo
A mirar de tus ojos la luz
El milagro de luz que en ti vive
Guadalupe, madre de Dios"
La Virgen de Guadalupe pasó a ser, desde entonces, la encarnación de la nación mexicana: Tonantzin vive en la Virgen, y México y Jesús tienen la misma madre.
La Virgen de Guadalupe pasó a ser, desde entonces, la encarnación de la nación mexicana: Tonantzin vive en la Virgen, y México y Jesús tienen la misma madre.
En México, como en toda América, los dioses prohibidos se han metido en las divinidades católicas, por los caminos del aire, y en sus cuerpos residen.
Tlaloc llueve en san Juan Bautista, y en san Isidro Labrador florece Xochipilli.
Tata Dios es el Padre Sol.
Tezcatlipoca, Jesús crucificado, señala desde la cruz los cuatro rumbos donde soplan los vientos del universo indígena.
“Esa luz, ¿sube de la tierra o baja del cielo? ¿Es luciérnaga o lucero? La luz no quiere irse del cerro de Tepeyac y en plena noche persiste y fulgura en las piedras y se enreda en las ramas.
Alucinado, iluminado, la vio Juan Diego, indio desnudo: la luz de luces se abrió para él, se rompió en jirones dorados y rojizos y en el centro del resplandor apareció la más lucida y luminosa de las mujeres mexicanas. Estaba vestida de luz la que en lengua náhuatl le dijo: «Yo soy la madre de Dios»
De Eduardo Galeano.
Fotos: Shayra Ramírez
Placer inmenso siempre.
Me encanta Galeano y usualmente estoy leyendo sus escritos, pero éste de la Virgen de Guadalupe es una novedad para mí. Gracias, querida.