En 1980 Pablo Milanés irrumpe con el disco Años (Areíto, LP-3853), una de las grandes joyas de la discografía cubana, y en particular de la casa discográfica EGREM, bajo cuya producción ejecutiva se realizaron las sesiones de grabación y también el primer prensaje mundial de este disco, hoy, en el catálogo de Universal Music.
Luis Peña «El Albino» y Pablo Milanés... Y otros músicos a la derecha, incluyendo a Compay
Conversación de Pablo Milanes con Rosa Marquetti Torres. Madrid, 7 de junio de 2021.
A cuarenta y un años de distancia, Pablo cuenta a Desmemoriados:
“El proyecto surge, porque nosotros – me refiero a Silvio y a mí- íbamos casi todos los domingos a las reuniones que armaban los hermanos Rodríguez Rivera, entre los que el único intelectual y escritor era Guillermo, y los demás eran médicos –Luis y Alipio-. Ahí descargábamos, ellos eran soneros, eran santiagueros todos, muy revolucionarios, habían participado en el Movimiento 26 de Julio…. Armábamos unas fiestecitas de lo más lindas, tocando música cubana. Una vez Silvio y yo llevamos a Cotán y al Albino, y entonces la descarga se hizo más completa, más bonita, porque los Rodríguez Rivera también tocaban guitarra, descargaban, uno con las claves, otro las maracas, y otro la guitarra… de lo más rico, y además, tenían un repertorio!!…, pero un día surge la idea: por qué ustedes no graban?…”
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Así se comenzó a concebir el primer disco, donde nada estuvo exento de la juiciosa pasión de los entendidos: Años se convierte pronto en Años I, porque le seguirán Años II y Años III, para conformar una suerte de antología de lo mejor que compusieron y cantaron trovadores y guitarristas soneros, y un desfile de imprescindibles que, por fortuna, tuvieron tiempo de vida suficiente para coincidir en el plano terrenal con Pablo Milanés: Luis Peña “El Albino”, Octavio Sánchez “Cotán”, Lorenzo Hierrezuelo, Adriano Rodríguez y Francisco Repilado “Compay Segundo” Los tres discos se graban en los famosos estudios Areíto (antiguo Panart) en la calle San Miguel, en La Habana.
Carátula del LP Años
Años I (Areíto LP-3853. 1980)
Treinta años separaban a esos dos hombres en estado de gracia, el único posible para generar esa maravilla de disco. Pablo con 36, hace posible el acto de justicia hacia Luis Peña “El Albino”, extraordinario guitarrista en una peculiar circunstancia, que destaca Guillermo Rodríguez Rivera en las notas del disco, dejando constancia de la ignorancia colectiva: “¿Sabe usted quién es Luis Peña? Porque, a pesar de sus sesentaiséis años y sus casi cincuenta como guitarrista y tresero, de su labor como acompañante, de su sostenida participación en la ya histórica Peña de Sirique, de su trabajo como director e integrante de varias agrupaciones musicales, el nombre de Luis Peña (o, mejor, su sobrenombre de “El Albino”) solo era familiar para una minoría de “conocedores”. Este es, en efecto, su primer trabajo discográfico.”
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Es impresionante la selección de temas que hacen Pablo, El Albino y los hermanos Alipio y Luis Rodríguez Rivera, todos transmutados en productores: Reclamo místico y Mariposita de primavera (Miguel Matamoros), Tu alma y la mía (Manuel Corona) y Sublime ilusión (Salvador Adams) son propuestas inmejorables, verdaderos clásicos del cancionero trovadoresco cubano, que se unen a obras como En Guantánamo (El Albino) y Años, Ya ves y Si el poeta eres tú (Pablo Milanés), en simbólico equilibrio de permanencia de la trova tradicional cubana y continuidad manifiesta en la obra de los iniciadores de la Nueva Trova. Luis Peña se hace cargo de la guitarra de doce cuerdas y del tres, junto a Pablo con su guitarra, únicos acompañamientos para las voces, además de la pertinente intervención de Panchito y Frank Bejerano –padre e hijo- en el bongó, claves, maracas y cencerro.
“Quien escuche estas grabaciones advertirá que la maestría vocal de Pablo Milanés está asistida por el trabajo de un auténtico experto de las cuerdas: disfrútese el sabio contrapunto de la guitarra a las voces en “Tu alma y la mía”; apréciese el vibrante tres sonero de “En Guantánamo”, oígase el lírico, inédito uso de la guitarra de doce cuerdas en “Y ya ves” – sugiere Guillermo Rodríguez Rivera en las notas.
La magia de Años I se completa con el buen hacer de Jerzcy Belc, ingeniero de sonido de nacionalidad polaca que vivía y trabajaba entonces en Cuba, sin cuyo nombre es imposible escribir la historia de EGREM. “Un grabador extraordinario”, al decir del propio Milanés, que trabajó con él en buena parte de los discos que grabara con la disquera cubana. Del diseño se ocupó José M. Villa y de las fotos, nada menos que Korda.
Años I no solo fue un rescate de un tiempo sonoro para muchos desconocido, o lejano para otros, sino también la constatación de la genialidad múltiple de Pablo Milanés y la coherencia con que había asumido el trovar renovador de la tradición que reafirmaba con ello su vigencia. Sencillamente, en medio de tanto pop, rock, y de las sonoridades vanguardistas que nos traían Juan Formell y Chucho Valdés, con Años I Pablo nos hizo volver la vista y el oído a un pasado que se resistía a serlo, para estremecernos.
Fuente: Desmemoriados
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