"Una tumba ahora le basta para quien el mundo no era suficiente".
(Epitafio de lápida de Alejandro Magno).
Magno fue uno de los mejores estrategas militares de la historia. No sólo creó uno de los mayores imperios del mundo antiguo, abarcando desde la actual Grecia hasta la India (incluyendo Egipto), sino que unificó Occidente y Oriente (el imperio griego y persa) bajo un único mandato, lengua y moneda.
Alejandro Magno nació en Pela, Macedonia, en el año 356 a.C.
También llamado Alejandro el Grande, fue rey de Macedonia (desde 336 a. C.), Hegemón de Grecia, Faraón de Egipto (332 a. C), Gran rey de Media y Persia (331 a. C), hasta la fecha de su muerte, en el año 323 a. C. Fue el primer hijo de Filipo II de Macedonia y Olimpia (hija de Neoptólemo I de Epiro) y como correspondía, por ser el heredero del reino, recibió la mejor educación militar por parte de su padre y la intelectual por parte de Aristóteles.
Su ascenso al trono no fue fácil, su padre lo exilió junto a su madre por considerarlo un hijo adúltero. Su madre se exilió en Epiro y las amistades de Alejandro también fueron exiliadas por una posible conspiración. Filipo muere asesinado y Alejandro se hace con el poder, eliminando adversarios que pudiesen reclamar el trono.
Los frutos de toda su preparación se pusieron a prueba tras la muerte de Filipo, cuando muchos de los pueblos que habían sido conquistados por éste se rebelaron. En ese momento y a muy temprana edad, Alejandro se lanzó a la batalla, acallando a sus enemigos internos y fortaleciendo su poderío.
Inspirado por “La Ilíada” y las historia de Aquiles, desde Macedonia hasta la India, Alejandro fue conquistando ciudades que se encontraban dominadas por los persas, pasando por territorios egipcios, donde fue acogido como libertador y coronado Faraón.
Desde temprana edad manifestó su interés por la literatura, sobre todo los poemas épicos donde se contaban las increíbles historias de los héroes de los que descendía.
Al terminar su formación estuvo bajo la tutela de Aristóteles, quien le instruyó en conocimientos como geografía o medicina.
Debido a la estrecha relación que surgió entre ambos, la forma de pensar de Aristóteles influiría enormemente en el carácter de Alejandro. También tuvo una relación cercana con algunos militares que le instruían en su formación. Uno de ellos, Clito, fue asesinado por el mismísimo Alejandro cuando éste se puso en contra de la comparación que se hacía Alejandro con los dioses. Fue una de las primeras muestras del difícil carácter del monarca.
En poco más de 10 años el joven Alejandro no sólo había creado uno de los imperios más grandes del mundo antiguo, sino que además tuvo la lucidez de intentar consolidar la unión de los territorios conquistados a través de alianzas matrimoniales entre griegos y persas, la inclusión de soldados persas en su ejército y la unificación de ambas culturas bajo una misma lengua, moneda y comercio.
El conquistador macedonio falleció a sus 33 años en circunstancias oscuras.
Los escritos más antiguos dejan clara evidencia de una muerte lenta producto de un envenenamiento, dejando un imperio sin consolidar. Otros escritos hablan de fiebre del Nilo o Malaria.
Al morir sin nombrar claramente un heredero, le sucedió su medio hermano Filipo III Arrideo (323-317 a. C.), que era una persona con discapacidad intelectual, y su hijo póstumo Alejandro IV (323-309 a. C.).
El verdadero poder estuvo en manos de sus generales, los llamados diádocos (sucesores), que iniciaron una lucha despiadada por la supremacía que conduciría al reparto del imperio de Alejandro y su fraccionamiento en una serie de reinos, entre los cuales acabarían imponiéndose el Egipto Ptolemaico, el Imperio seléucida y la Macedonia antigónida.
Alejandro es el mayor de los iconos culturales de la Antigüedad, ensalzado como el más heroico de los grandes conquistadores. Un segundo Aquiles («soldado y semidiós»), para los griegos, su héroe nacional y libertador, o vilipendiado como un tirano megalómano que destruyó la estabilidad creada por los persas.
Su figura y legado han estado presentes en la historia y la cultura, tanto de Occidente como de Oriente, a lo largo de más de dos milenios y ha inspirado a los grandes conquistadores de todos los tiempos, desde Julio César hasta Napoleón Bonaparte
Fuentes: Red Historia, Saber es práctico, Lifeder..comBanquete sabinero.
Comments