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9 de noviembre, Día de la Almudena y un "Ramito de violetas"... He aquí la historia

Actualizado: 9 nov 2022

Más que recordar con el 9 de noviembre la festividad en Madrid de la Almudena, la patrona de la ciudad, esta fecha me trae el recuerdo de aquella hermosa canción de la cantautora Cecilia que data del 1974. La festividad guarda, como muchas, una interesante leyenda. La canción narra una triste/alegre historia de amor.




Historia de la celebración:


Para ubicar las raíces de toda esta historia hay que remontarse a una fecha muy concreta, el año 712 d.c., año en el que Don Rodrigo cae en la batalla de Guadalete, lo que supuso el asentamiento musulmán en buena parte de la península. Ante la casi segura invasión, los primeros pobladores del actual Madrid, entonces una humilde villa de la que se desconoce hasta su nombre, optaron por esconder entre los muros defensivos una talla de la Virgen María, por miedo a que fuese profanada o destruida por los invasores.


Se trataba de una imagen muy venerada por aquellos habitantes originales que según la tradición, había llegado a la península a manos de un discípulo del Apóstol Santiago en el año 38 d.c. Era, por tanto, la reliquia más importante de cuantas tenían, así que decidieron ocultarla en un pequeño nicho escavado en la pared, junto a dos velas encendidas.



Más de 300 años después, Alfonso VI llamado ‘El Bravo’ por su valentía, logra reconquistar una plaza decisiva como Toledo y poco más tarde se hace con el control de ese pequeño asentamiento que cada vez iba cobrando más importancia por su situación estratégica y que ahora ya tenía un nombre, ‘Magerit’. Una vez allí se propuso encontrar como fuera la preciada talla de la virgen. Su existencia había pasado de generación en generación, secreta, a espaldas de los musulmanes. Una transmisión oral en la que, con el paso de los años, se perdió una información vital, el lugar exacto de la muralla donde permanecía oculta la Virgen.


Fueron muchos los intentos de encontrarla pero todos fueron en vano, por más que la gente buscaba no había ni rastro de ella. Desesperado, tras muchas plegarias, el monarca organizó como última opción, una procesión alrededor de toda la muralla. La comitiva, encabezada por el propio Alfonso VI y multitud de autoridades eclesiásticas, nobleza etc… comenzó su marcha por todo el perímetro amurallado, en busca de una señal divina.


Catedral de La Almudena en Madrid


Cuenta la leyenda que estando a la altura de la actual Cuesta de la Vega, unas piedras del muro cedieron y cayeron al suelo dejando al descubierto, ante el asombro de todos, la imagen de la Virgen y lo más increíble, con los cirios todavía encendidos. Ya podremos imaginar qué fecha era cuando se obró este milagro... Un 9 de noviembre (del 1085).


La Virgen, a la que se le llamó de la Almudena por estar durante todo este tiempo escondida en lo que los árabes llamaban un almudín (al-mudy) o depósito de trigo, pasó a ser entonces rápidamente la patrona de Madrid. Desde entonces, los nombres de Madrid y Almudena van unidos de la mano y cada 9 de noviembre, los madrileños recuerdan la fecha en la que recuperaron uno de sus bienes más queridos.


Sobre la canción:

“Un ramito de violetas” es una balada de amor sobre un matrimonio que transcurre en la monotonía, salvo por los ramitos de violeta que le envía un desconocido a la mujer cada 9 de noviembre.

Inicialmente la canción fue un cuento. Su autora también escribía narrativa y, al no quedar conforme con ese relato breve, lo desechó. Rompió el escrito, aunque la idea permaneció en su cabeza: la mujer que recibe las cartas y flores de un extraño, mientras su marido, aparentemente, no sospecha nada. Decidió transformar el relato en un poema, convirtiéndose posteriormente en canción.




“Un ramito de violetas” fue originalmente publicada por la cantautora española Cecilia —seudónimo de Evangelina Sobredo Galanes— en 1974, un sencillo que adelantó el álbum homónimo (1975) de la artista, el tercer y último disco de estudio en su carrera.




El sencillo se convirtió en un éxito rotundo tanto en España como en Latinoamérica. Con el paso de los años, surgieron más de una decena de versiones. El cantante español, José Manuel Ortega Heredia, mejor conocido como Manzanita, lanzó su interpretación del tema en el 1981. En la década de los 90, Víctor Manuel y Pablo Milanés la incorporaron en una gira conjunta llamada "En blanco y negro". En Israel, el cantautor David Broza, en su frecuente diálogo con la música española, la versionó en hebreo con el título de “Sigaliot”. Natalia

Oreiro la cantó en Uruguay y en Italia la interpretó ‪Gian Franco.


La versión en Chile de Zalo Reyes llegó en 1985. Le dio un ritmo más intenso y veloz que su versión original. Y así se terminó de enraizar “Un ramito de violetas” en la memoria de un país, permitiendo recordar que, cada año, algo tienen de especial los 9 de noviembre.



Con sólo veintisiete años, Cecilia murió el 2 de agosto de 1976, meses después de publicar su último álbum, Un ramito de violetas. El suceso ocurrió temprano en la mañana, tras un accidente de tráfico en la provincia de Zamora. La cantautora venía de regreso del que sería el último concierto de su vida. Según relató El País, en sus últimas declaraciones a la prensa, ella dijo: “Este ha sido uno de los shows más bonitos de mi vida”.





Fuentes: Secretos de Madrid, La Tercera

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