La ocupación británica de Manila se produjo entre 1762 y 1764, cuando la capital de Filipinas, Manila y el principal puerto cercano, Cavite, fueron ocupados durante 20 meses.
El Imperio británico (en inglés, British Empire) comprendió los dominios, colonias, protectorados y otros territorios gobernados o administrados por Reino Unido entre los siglos XVI y XX, hasta el año 1997. Fue el imperio de mayor extensión hasta la fecha.
Filipinas —oficialmente la República de Filipinas es un país insular situado en el Sudeste Asiático, sobre el océano Pacífico. Su capital es Manila. Al norte se encuentra separado de la isla de Taiwán por el estrecho de Luzón; al oeste se halla el mar de la China Meridional, también conocido como el mar de Filipinas Occidental y Vietnam; al suroeste, la isla de Borneo; al sur el mar de Célebes lo separa de otras islas de Indonesia y al este limita con el mar de Filipinas. Su ubicación en el cinturón de fuego del Pacífico y su clima tropical lo convierten en un lugar propenso a terremotos y tifones.
El país es rico en recursos naturales y se encuentra en una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo. El archipiélago está formado por 7107 islas, que se clasifican geográficamente en tres grupos: la isla de Luzón, el grupo de las Bisayas y la isla de Mindanao.
La resistencia feroz e inesperada del gobierno provisional creado por los miembros de la Real Audiencia de Manila y sus aliados nativos impidieron a las fuerzas de ocupación británica la expansión a otras partes del Archipiélago, como se había previsto inicialmente. Después de varios ataques sin éxito fuera de Manila, el capitán Thomas Backhouse, que ejercía el mando militar de Manila, terminó la presentación de informes al secretario de Guerra que «el enemigo [los españoles] se encontraba en plena posesión del país»
En ese momento, Gran Bretaña y Francia estaban en guerra, en lo que se llamó más tarde la guerra de los Siete Años. A medida que la guerra avanzaba, el Gobierno español, neutral, se preocupó porque la cadena de grandes derrotas francesas a manos de los británicos se había convertido en una amenaza para los intereses españoles.
Gran Bretaña primero declaró la guerra a España el 4 de enero de 1762 y el 18 de enero de 1762, España emitió su propia declaración de guerra contra Gran Bretaña.
Francia alcanzó un acuerdo con España, conocido como el Tercer Pacto de Familia, que se firmó el 15 de agosto de 1761. Mediante un convenio secreto auxiliar, España se comprometía a prepararse rápidamente para entrar en guerra contra Gran Bretaña.
El 6 de enero de 1762, el Consejo de Ministros británico, presidido por el primer ministro conde de Bute, acordó atacar La Habana, en el Caribe, y aprobó el plan del coronel William Draper (oficial del Ejército británico) para la toma de Manila con algunos soldados destinados en Asia.6 Draper era el comandante del Regimiento 79.º de Infantería, que estaba estacionado en Madrás, India. El 21 de enero de 1762, el rey Jorge III aprobó las instrucciones para Draper, haciendo hincapié en aprovechar la «guerra existente con España» para una posterior expansión mercantil.
Los británicos esperaban también que el comercio de España sufriría un «golpe demoledor» en la contienda. A su llegada a la India, Draper ascendió a general de brigada. Un comité secreto de la Compañía Británica de las Indias Orientales aprobó proporcionar un gobernador civil para la administración de las islas Filipinas, y en julio de 1762, Dawsonne Drake fue nombrado para el puesto.9 Manila era una de las ciudades comerciales más importantes de Asia en esa época y la Compañía quería extender su influencia sobre el archipiélago.
El 1 de agosto, partió la flota de Madrás, al mando del vicealmirante Samuel Cornish. La formaban un navío de la Armada, dos barcos fletados por la Compañía Británica de las Indias Orientales y varios transportes, en los que viajaban unos dos mil setecientos hombres, de los que únicamente seiscientos eran soldados regulares. El resto era una ralea que Draper embarcó más para desembarazar a Madrás de ella que por su calidad militar. El 24 de septiembre de 1762, una flota británica integrada por ocho buques de línea, tres fragatas y cuatro buques con una fuerza de 6839 regulares, marinos w infantes de marina penetró en la bahía de Manila. La expedición, encabezada por William Draper y el vicealmirante Samuel Cornish,11 consiguió apoderarse de Manila, «la mayor fortaleza española en el Pacífico occidental».
El marqués de Villamediana se encargó de la defensa de la ciudad, al frente de quinientos soldados y varios millares de nativos de Pampanga. Bien cercado por los británicos, el 6 de octubre rindió la ciudad, el primer día del asalto.
La derrota española no fue realmente sorprendente. El anterior gobernador general de Filipinas, Pedro Manuel de Arandia, había muerto en 1759 y su sucesor en el cargo, el brigadier Francisco de la Torre, no había llegado a causa del ataque británico a La Habana. La Corona española nombró al arzobispo de Manila, Manuel Rojo del Río y Vieyra, vicegobernador interino. En parte porque la guarnición la mandó el arzobispo en lugar de un militar experto, los defensores cometieron muchos errores.
El 5 de octubre de 1762, la noche antes de la caída de Intramuros, los militares españoles convencieron a Rojo para que convocase un consejo de guerra. Varias veces el arzobispo quiso rendirse, pero se lo impidieron. Los británicos habían abierto una brecha en las murallas del baluarte de San Diego gracias a un intenso bombardeo, habían secado el foso, desmontado los cañones del bastión y de los dos baluartes contiguos, de San Andrés y San Eugenio, prendido fuego parte de la ciudad, y expulsado a las fuerzas españolas de las murallas. En la madrugada del 6 de octubre, las fuerzas británicas atacaron las fortificaciones a través de la brecha y encontraron poca resistencia.
Durante las primeras décadas del siglo XX, el Imperio británico abarcaba una población de cerca de 458 millones de personas y unos 33, 700 000 km², lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de las tierras emergidas. Ello lo convierte en el imperio más extenso de la historia. La época culminante del imperio se produjo durante unos cien años (el llamado siglo imperial, desarrollado entre 1815 y 1914), a través de una serie de fases de expansión relacionadas con el comercio, la colonización y la conquista, además de períodos de actividad diplomática. Probablemente, el punto de máximo auge imperial puede situarse entre 1880 y 1930.
Fuentes: Hoy en la Historia & Wikipedia
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