En febrero del año 1867, Johann von Herbeck, director del Wiener Männergesangverein, pidió a Strauss que le escribiera un vals para su coro. Herbeck llevaba mucho tiempo disgustado con el repertorio del coro masculino, que en su opinión era mediocre y gris, por lo que deseaba un vals coral "vivo y alegre" para los carnavales de aquel año. La letra la escribiría el poeta fijo de la sociedad coral.
"El Danubio Azul" es considerada una de las piezas más populares de la música clásica.
Las connotaciones sentimentales vienesas lo han convertido en el segundo himno nacional austriaco y es uno de los "bises" indiscutibles del "Concierto de Año Nuevo de Viena". Es muy tradicional en Latinoamérica bailar un vals en las fiestas de boda y Quinceañeros y es "El Danubio azul" la pieza más utilizada.
"El Danubio azul" comenzó a conquistar el mundo primero en el 1867, con motivo de la exposición universal de París, y unos meses más tarde en Londres.
Aparte de las cualidades musicales de la obra, el título, que evoca una Austria eterna, tiene mucho que ver con que es símbolo patriótico. La obra se identificaba tanto con Austria que el 27 de abril de 1945, cuando se proclamó la independencia tras la anexión alemana, se interpretó el "El Danubio azul" delante del parlamento, a falta de un himno nacional para la nueva república austriaca.
Sus violines acompañan desde hace años a los pasajeros de Aerolíneas Austriacas durante los aterrizajes y despegues y así seguirá siendo, pues en un sondeo realizado en 2016 por la compañía avala la tradición.
Varias fuentes.
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