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Joan Manuel llegó a mi vida a mis escasos once años a través de un locutor en una emisora de Santiago de los Caballeros (segunda ciudad de mi país y el primero de América) que se complacía a él mismo todos los días poniendo una canción de El Nano. Como habitualmente digo, sonando como disco rayado, Meny Almonte me metió a Serrat por los oídos y por ello estoy infinitamente agradecida.



Gracias a la radio y a ese locutor en particular, Joan Manuel estuvo muy presente en mi niñez y mi adolescencia. También mediante un programa que se emitía por las noches "La intimidad de la música" en la emisora "Ondas del Yaque" con el locutor Tavito Puello (quien ya no está en este plano) pude alimentar mi avidez serratiana, por llamarlo de algún modo. Como el programa era a las diez de la noche (hora de dormir para quienes teníamos escuela al día siguiente), mi hermana y yo nos llevábamos la radio a escondidas de nuestros padres y la metíamos debajo de la almohada para poder saciar esa sed musical que siempre nos acompañó. ¡Ah! Estos recuerdos.

Mi humilde homenaje al maestro, banda sonora de mi vida


Y este preámbulo viene a colación porque no fue hasta el año 1982 que puse cara a Serrat. No tenía idea de cómo era pues nunca tuve en mis manos un disco de él, ni ninguna revista o ninguna foto. Vengo de una ciudad pequeña y en ese entonces, como sabemos, ni se soñaba con la internet.

Una tarde que fui a estudiar a casa de mi amiga Dilvania; su hermano Jochy, un serratiano empedernido, tenía el disco "En tránsito" en su casa y fue así como pude ver la imagen de este catalán que venía acompañándome durante unos cuatro o cinco años... Bendito día éste en que la carátula del disco me encontró, llenando satisfactoriamente mi curiosidad.


Como sabemos, "A quien corresponda" (canción que me recuerda a mi amigo Wilson Ramos y a una anécdota muy peculiar con él) es la que abre el disco; esa misma canción en la que "un servidor, Joan Manuel Serrat" nos cuenta cosas que aún a día de hoy, 40 años después , siguen estando tan vigentes... Esa misma canción que, igualmente, ha sido el detonante o hilo conductor de esta charla con mi computadora que espero sea del agrado de quienes decidan leerla.


"Con lenguaje de instancia oficial, Serrat manifiesta su disconformidad con el estado del mundo, desde la degradación de los mares al olvido de los viejos. Como destaca el productor, Rafael Moll, "es a canción más cantautoril del disco. Una excelente presentación que usaba para empezar los conciertos en la gira". Diego Manríquez y Darío Manrique Núñez






Los que tuvimos la suerte de ver a Silvio en el Teatro Nacional en República Dominicana en el año 2006, disfrutamos de la actuación de Sonia, quien abrió el concierto. Es la última imagen que tengo de la chica de San Pedro de Macorís criada en Hato Mayor que murió el 19 de abril del 2014. Con esa imagen me quedo.



Les comparto esto que escribió Silvio Rodríguez cuando se enteró de su partida.


Aquella muchachita no parecía ser dueña de semejante voz. Uno se preguntaba de donde salía tanta fuerza, tanta belleza poderosa… Pero no sólo cantando imponía respeto. También era admirable escucharle sus argumentos de granito.

El compromiso con su pueblo era su estrella. No se apartaba de esa esencia. La historia de la República Dominicana, las invasiones que sufrió, sus mártires, sus poetas preclaros articularon su equilibrio, como persona y como artista.


Decía que su corazón latía dividido: una mitad en su Quisqueya entrañable y la otra en su Cuba querida. Desde su primera visita se integró a mi generación de trovadores y siempre la sentimos como nuestra. Aquí la vi rendir teatros con su talento, que era aplaudido hasta el delirio. Al día siguiente llevaba el mismo arte a los obreros de una fábrica o a los macheteros, en los campos de caña.

En todas partes los que la conocieron la recuerdan por su alegría, por su compañerismo. Nunca podré olvidar que cuando llegué a Santo Domingo me brindó su casa. Tampoco que ella fue mi primer enlace con Pedro Mir. La recuerdo la noche memorable de aquel recital con Noel Nicola, en Casa de Teatro. Por ella conocí al guerrillero Hamlet Hermann y a los cantores Víctor-Víctor y Luís Días, que desde entonces están entre mis amigos. En “Siete días con el pueblo” la recuerdo valiente, cantando convicciones y desafiando la represión. Así se quedó impresa en mi memoria.

Un abrazo inmenso a sus familiares, porque son mis familiares; a sus amigos, porque son mis amigos; y a su pueblo dominicano, que también considero mi pueblo.

Gloria eterna a Sonia Silvestre.


Silvio Rodríguez,

La Habana, 20 de abril, 2014.










Feliz cumpleaños a quien en mi país llamaban el carioca Roberto Carlos (luego comprobé que no lo es porque eso sólo corresponde a los que nacieron en Río de Janeiro). Larga vida a este cantautor que enamoró a tanta gente en los años 70.

Su concierto fue para mí uno de los más emotivos en los que estado y lo recuerdo con un dulce sabor de boca.



Transcribo aquí mis emociones de ese día de septiembre del 2014.

¿Y cómo es que me piden que escriba poco con lo mucho que siento?

"It is just imposible”.

Ya que me he recuperado un chin del concierto; intentaré contarles un poco de lo vivido.

¡Y fue tanto!

¿Qué les puedo decir que les transmita un poco mis emociones? Poca cosa

... Pero haré el intento. Pocos conciertos me han emocionado de este modo (aunque mi madre dice que digo lo mismo cuando salgo de todos, cosa que no es verdad pues no todos los vivo del mismo modo).

Mi humilde homenaje, con respeto y admiración


Roberto Carlos me tuvo en un solo lloriqueo desde que entonó «¿Qué será de ti»; la cantó de segunda y fue inevitable pensar en nuestra Sonia Silvestre; le siguieron «Detalles», «Desahogo» (una de mis favoritas y la preferida de mi tío Luis); «Como es grande mi amor por ti», «Cóncavo y convexo», «Propuesta», (con esta me iba a dar algo malo); etc.


Al explicarnos el brasileño cuando participó en el festival de San Remo por segunda vez y de cómo no había grabado la gran favorita del mismo, «El gato en la oscuridad» en portugués porque nunca la entendió, el público se partió de risa. Dijo: "Es que no entiendo que un gato pudiera ser azul y nunca le pude adaptar la letra”; enseguida, y esto me puso a llorar a lágrima viva, todos cantaron al unísono.

Nos regaló su canción «Desayuno» en inglés (una versión muy linda) y una en portugués cuyo nombre no sé pero cuyo acompañamiento con su orquesta de 14 músicos -con piano de cola y todo- me puso a temblar, pues los vientos, las cuerdas, los coros se me metían por los poros. ¡No exagero!



Podría narrarles todo el concierto... La mezcolanza de emociones por pensar en mi prima Milerka, en el padre de mi adorada Evaluna; en cómo lo hubiese disfrutado mi madre; en Vilma cuando cantó «El día que me quieras»; en Clarilde con la canción «Amigo», en estar chocando las copas imaginarias con Lissette Almonte; en las cuatro veces que salió después de despedirse para regalarnos «Amada amante», «Un millón de amigos», «La distancia»... En lo bien que está a sus años y lo bien que canta (fiel a sus arreglos originales) aunque no tenga la gran voz; en cómo cantaba mitad en español y mitad en portugués para complacer a su público; en lo mucho que lo quieren y admiran sus fanes; en el pedazo de orquesta que se gasta... Y en mí, por verme tan inmersa en su música y vivirlo tan intensamente. Pero van a tener que conformarse con este poquito. (Jejeje).

Estoy maravillada, fascinada, más que complacida con este regalazo que me he dado... Tanto, que si el brasileño estuviese dando un concierto mañana, iría sin pensarlo dos veces.

¡Qué maravilla! ¡Gracias, Roberto Carlos Braga, por hacerme sentir tanto!




Roberto Carlos Braga Moreira (Cachoeiro de Itapemirim, 19 de abril de 1941) es un cantautor brasileño, uno de los principales representantes de la MPB (música popular brasileña) y uno de los artistas latinos que más discos ha vendido en todo el mundo, más de 150 millones de copias.


Roberto Carlos tiene una carrera de más de 50 años (en 2009 celebró su 50 aniversario en la música con un concierto en el estadio Maracaná al que asistieron más de 70.000 personas) y ha vendido más de 120 millones de álbumes alrededor del mundo, siendo en América Latina el artista que más ha vendido, por delante de Beatles y Elvis Presley. Llamado 'el Rey de la Música Latina', o simplemente 'El Rey', fue uno de los músicos más influyentes en la música brasileña de los años sesenta.



"Las presentaciones de Roberto Carlos son las más grandes realizadas por artista latino alguno. Su orquesta es considerada la mejor de ningún cantante en la historia. Su formación original era de 32 músicos, los cuales Roberto bajó a 16 con la aparición de los sintetizadores. La fama de la orquesta proviene de una vez que tuvieron que acompañar a Frank Sinatra luego que sus músicos resultaran intoxicados y Roberto le dijo a Frank que sólo le colocara las partituras y ellos lo acompañarían, así sucedió y Sinatra confesó que jamás había tocado con orquesta igual".



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