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María Isabel Pantoja Martín es una cantante española de copla. Posee una discografía de 30 álbumes y ha realizado numerosas giras en España y América Latina con la colaboración de Juan Gabriel. Isabel ha sido reconocida con 18 discos de platino y 8 discos de oro en ventas de álbumes, y 2 discos de platino en ventas de DVD, según acreditan los Productores de Música de España (Promusicae). Nació en Sevilla, España el 2 de agosto de 1956



Se la conoce habitualmente con el sobrenombre de la tonadillera española, por su estilo musical basado en el folclore español con una alta orquestación sinfónica.​ Volvió a los escenarios el 10 de noviembre de 2016 en el Teatro Real Carlos III de Aranjuez en Madrid tras dos años de ausencia por el caso Malaya, cuya sentencia la llevó a prisión durante 2 años. Es también prima hermana de Chiquetete y Sylvia Pantoja.

Isabel Pantoja está de cumpleaños. Puede ser o no “la más grande”, pero desde la muerte de Rocío Jurado ella es la única folclórica de raza que queda. Su vida ha sido de luces y sombras, de éxito pasión y tragedia, como las coplas que tan bien interpreta. Sabe lo que es estar en lo más alto, ser una estrella, una diva, sentirse adorada por el público... Pero también sabe lo que es bajar a los infiernos: quedarse viuda con un bebé, pasar dos años en la cárcel y ser carne de cañón en programas de televisión. Su cumpleaños es una buena ocasión para hacer un repaso a su vida.


Nació en Sevilla como dije al principio. Su padre Juan era cantante y falleció cuando ella cumplió la mayoría de edad. Y su madre Ana fue bailaora de joven y luego se convirtió en su fiel escudero, igual que sus hermanos Bernardo y Agustín. Gracias a su potencia de voz y su belleza racial se convirtió en artista de éxito.ç



La folclórica se enamoró de un torero de éxito, Paquirri, que tenía dos hijos de su matrimonio con Carmina Ordóñez. Protagonizaron una boda multitudinaria el 30 de abril de 1983, ante el Jesús del Gran Poder, de Sevilla, y la novia llegó a la iglesia en una calesa tirada por cuatro yeguas blancas y vírgenes. El 9 de febrero del año siguiente nació Francisco José Rivera Pantoja, ahora conocido como Kiko, pero que recibió el apodo de Paquirrín, por parte del público.

Paquirri falleció siete meses más tarde, el 26 de septiembre de 1984, en la plaza de toros de Pozoblanco, a causa de una cornada. Desde aquel momento Isabel se convirtió en la viuda de España. Su imagen de mujer enamorada con un bebé conmovió a todo el país, menos a la familia de Paquirri y a sus dos hijos mayores, que desde entonces mantienen una lucha por la herencia que dejó el torero.


En diciembre de 1985, Isabel Pantoja retomó su carrera artística por todo lo alto con un concierto en el teatro Real de Madrid al que acudió la reina Sofía, y donde presentó su disco de más éxito Marinero de luces. Estaba por entero dedicado al fallecido Paquirri, con canciones como Era mi vida él, Hoy quiero confesarme, Mi pequeño del alma o la que daba título al álbum. Todas las canciones las escribió José Luis Perales.

La cantante se convirtió en toda una estrella, que recorría España y América con sus conciertos. En esa época el cine también la reclamó y la cantante que había hechos sus pinitos en series como Curro Jiménez protagonizó varias películas al lado de galanes como Arturo Fernández o José Coronado.



En su vida personal vivía dedicada a su hijo. Quería ampliar la familia, pero no tenía pareja. Siendo una figura de éxito, no le fue difícil adoptar una niña en Perú, a la que llamó como ella, y que nació el 8 de noviembre 1995. Fue una adopción que recibió muchas críticas, por la sospecha de no haber seguido todos los trámites correctamente.


Ya en el 2000, Isabel Pantoja feliz con sus dos hijos, empieza una relación sentimental con el empresario Diego Gómez, que en aquellos momentos era director del casino de Torrequebrada, en Málaga. Fue en el 2002 cuando el alcalde de la vecina población de Marbella, Julián Muñoz, contrató a la cantante como imagen de la ciudad. Y allí empezó el declive de su propia imagen.




Muñoz y Pantoja se convirtieron en amantes, aunque él estaba casado con Maite Zaldívar. La pareja exhibía su amor y su alto tren de vida... En el 2005 se destapó el caso Malaya, sobre la corrupción urbanística en el ayuntamiento de Marbella. Julián Muñoz está implicado, Zaldivar también y el 2 de mayo del mayo del 2007 es detenida Isabel Pantoja, acusada de varios delitos contra la hacienda pública y blanqueo de capitales. Tras el juicio, la cantante es condenada a 2 años de prisión y a pagar una multa de 1.147.148,96 de euros. El 21 de noviembre de 2014 ingresó en la cárcel de Alcalá de Guadaíra, y un año y medio después se le concedió la libertad condicional.


El 9 de abril del 2019 salta el bombazo: Isabel Pantoja participará en Supervivientes . Nunca una artista de tal envergadura había participado en un reality. La cantante empieza el concurso no sólo para luchar por su supervivencia, sino también para recuperar el éxito y el cariño del público. Después de 73 días en una isla de Honduras (11 antes de la final) abandona por motivos de salud. Queda en sexta posición, pero vuelve a ser una número uno.


Fuentes: La Vanguardia, Hola..com & Biografías y vidas



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Al final de la mañana del lunes no había sino bruma sobre el mar de Santander; pero por la noche, cuando los músicos de Joaquín Sabina esperaban al artista en la playa de La Magdalena, frente a las aulas de la Menéndez Pelayo, ya aquel era un pueblo con mar, dispuesto a escuchar al autor de algunas de las canciones que son parte de la memoria sentimental de décadas de España. Y de América.

"Yo besaría a todos los que vienen a oírme", dice antes del concierto. "No me dormiría con una canción mía, prefiero una de Leonard Cohen"


Sabina llegó poco antes de las nueve, por carretera. Él dice que le da morbo la carretera, asociada al rock y a la poesía; para él, Jack Kerouac es una referencia, a veces lo lleva en la mesa de noche de ese transporte de día. Esta vez se llevó a Gil de Biedma y dejó Madrid con un sol que rajaba y se adentró en un viaje que le condujo tan peligrosamente a la lluvia que los organizadores de este concierto número 70 de su larga gira actual pensaron que tendrían que suspender.


No se suspendió; cuando llegó Sabina a un descampado que parecía habitado por colonos del Oeste americano, había barro, pero un sol ya melancólico hacía presagiar el latido de esa melodía que él pensó (acaso porque la vivió...) en Lanzarote: "Fue en un pueblo con mar / una noche después de un concierto...".


Era antes del concierto. Allí estaban sus músicos, algunos de los cuales llevan 30 años con él, y allí estaba lo que él quiere que haya en su camerino (ahora): champán, embutidos, tortilla española. Y el bombín. Se lo estuvo probando como quien se pone los guantes antes de una boda. A él le gusta esto de la carretera, y ahí venía, "mezcla de juglar y de roquero", desafiando el cansancio "pero feliz"; "Imagínate: te dice el médico, usted está fatal, y años después estás actuando en Santander".


Lo primero que piensa, dice Sabina, es que va a defraudar a esa gente (eran 9.000 luego, escuchándole) "que sacrifica la noche de agosto para venir aquí". Lo dijo luego en el concierto: "Con la que está cayendo, y ustedes aquí...". Sus músicos lo habían advertido: "Va a decirlo". "¿Y cómo no voy a decirlo, si lo siento?". Es un poco como Jorge Luis Borges, que quería abrazar a cada uno de los 333 compradores de su primer libro. "Yo besaría a todos los que vienen a oírme".


De momento, a quien besa, porque lo ha venido a ver a estos peculiares camerinos de mar, es al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que le trae anchoas. Después nos sentamos con él. Setenta conciertos y ni una suspensión. "Y siempre bien. No es un milagro, es profesión". Lo había dicho Berri, su mánager desde 1990 (y el de Joan Manuel Serrat desde hace 40 años): "Ya se pierde en la noche de los tiempos, en realidad en una noche de Gijón, la última vez que suspendió Sabina".


Aquí está, dispuesto, dice. "Parece inconcebible, eh, ninguna suspensión". Él cree que aquella conjunción Serrat-Sabina de hace tres años le "puso las pilas". "Me dio alas para entender qué es el orgullo del buen artesano y el amor al oficio". Fue aquella gira (Dos pájaros de un tiro) "un importante momento humano. Para mí, y para el catalán también". Como si le jalara de ciertas melancolías y le pusiera a tono "con las responsabilidades del oficio".


Antes miraba al Nano (como llama a Serrat) "de abajo arriba, como se mira a un maestro; ahora lo sigo mirando de abajo arriba, pero como se mira a un hermano". Un silencio, y prosigue: "Difícil disfrutar y no pelear por un cachito de escenario".


Parecería raro, le digo, que no le preguntara por los toros y el Parlamento catalán. "Ah, estoy con el corazón dolorido. Son unos catetos ignorantes. ¡En nombre del ecologismo! ¡Si no hay nadie más ecológico que quien ama esa fiesta maravillosa! ¡Por seis votos no se puede acabar con una tradición centenaria!".


Los músicos le gritan: "¡Comparte!". Se refieren a las anchoas. Le han estado esperando "con la tranquilidad que da", dicen Pancho Varona y Antonio García Diego, dos de los inseparables músicos que le han ayudado a construir su carrera, "no necesitar hacer ni siquiera pruebas de sonido". La hacen, de todos modos, ante el eco fantasmagórico de la campa vacía. El escenario está lleno de guitarras y de vatios, y por allí deambulan, con la destreza de los que han hecho esto 1.000 veces, Pedro Barceló, el batería; Jaime Asúa, a las guitarras eléctricas; Mara Barros, que hace los coros; los ya citados Varona y García de Diego (voz, guitarrón mexicano, guitarra acústica, en el caso de Varona; teclado, armónica, guitarra, voz, en el de García de Diego); José Miguel Sagaste (flauta, saxo, teclado, acordeón, clarinete...), que además aporta a la ensalada que preparan en la campa unos tomates inmensos traídos de su huerta de Egea de los Caballeros, Aragón.


Es una familia que, según dicen ellos, ya tiene la costumbre de llevarse muy bien. A veces, cuenta Antonio García de Diego, "se produce una especie de emoción grande, te dan ganas de llorar, de felicidad". A veces se trunca la racha y la cosa no "les sale bien". "Como en Úbeda; se nos funden los plomos". "Pero a veces" (dicen ellos, y corrobora Sabina) "se produce el chispazo y somos tan felices actuando como la noche de Las Ventas".


Hay un momento en que ya el sol se convierte en un hilillo naranja, y acaso porque está flotando esa melancolía Varona y García de Diego hablan de su vocación de componer, "como si a veces sucediera que se nos interrumpe la energía". ¿La edad, será?, se preguntan. Y quedan en seguir hablando de ello, porque ahora hay demasiada faena: empieza un concierto, se ha ido llenando de gente aquella tierra que fue ciénaga. Sabina departe con el poeta Benjamín Prado, que le ayudó a componer muchas de las canciones de Vinagre y rosas, el último disco, y antes de que se pusiera el bombín nosotros le preguntamos con qué canción suya se dormiría. "Con ninguna. Me dormiré siempre con una de Leonard Cohen". Antes de salir al escenario, y aun antes de arreglar el bombín desarreglado, a Sabina le esperaban tarareando esa canción que empieza enunciando "Fue en un pueblo con mar, una noche después de un concierto...".





Fuente: El País. 8 de agosto, 2010

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Del matrimonio de Francisca Llona Barros con el diplomático Tomás Allende Pesce nació Isabel Allende, el 2 de agosto de 1942 en la ciudad de Lima, Perú. A los tres años de edad, tras la separación de sus padres, regresó a Chile junto a su madre y hermanos; permaneció en el país hasta 1953, año en que se trasladaron a Bolivia primero y luego a Beirut, Líbano, junto al segundo marido de su madre, el diplomático Ramón Huidobro. Cinco años más tarde, en 1958, la joven Isabel volvió a establecerse en Chile, donde se inició en el mundo laboral trabajando para la FAO, organismo de las Naciones Unidas, y se casó con Miguel Frías, con quien tuvo dos hijos, Paula y Nicolás.



La relación de Isabel Allende con la escritura profesional comenzó en 1967, con su trabajo periodístico en la revista Paula. En esta publicación dirigida principalmente a mujeres formó parte del equipo editorial, redactó reportajes, realizó entrevistas y hasta tuvo su propia columna de humor, llamada "Los impertinentes". Durante esta época participó en televisión y en otros medios escritos como la revista infantil Mampato -la que dirigió entre los años 1973 y 1974- y escribió las obras de teatro El embajador (1971), La balada del medio pelo (1973) y La casa de los siete espejos (1975).

Serie en HBO Max. Me gustó.


Instalada la dictadura militar en Chile en 1975, Isabel Allende decidió abandonar el país junto a su familia rumbo a Venezuela, nación donde residió por trece años. Allí emprendió su carrera como novelista con la publicación de La casa de los espíritus en 1982.

La positiva recepción y el éxito de ventas de su ópera prima prepararon el camino para sus dos siguientes novelas: De amor y de sombra (1984) y Eva Luna (1987), títulos que le granjearon una notable popularidad que trascendió rápidamente las fronteras latinoamericanas gracias a sucesivas reediciones y a la traducción de sus libros.

En 1988 la autora emigró a Estados Unidos, donde publicó Cuentos de Eva Luna (1989) y El Plan Infinito (1991). Ese mismo año su hija Paula fue hospitalizada en España, afectada de porfiria, enfermedad que la mantuvo en coma por varios meses y que, finalmente, le produjo la muerte a los 28 años de edad. Este doloroso episodio marcó una interrupción en la producción literaria de Isabel Allende, a la vez que inspiró el libro autobiográfico titulado Paula (1994), dedicado a su hija.

En 1997, con Afrodita, se inauguró la fase más prolífica de Allende, quien desde entonces ha publicado un libro al año en promedio, cuya escritura inicia cada 8 de enero. Las novelas editadas a partir de esta fecha circulan masivamente en el mercado editorial y la han posicionado en los primeros lugares de los rankings de ventas internacionales.

En su obra, Isabel Allende aborda temáticas relativas a la mujer, la memoria, el imaginario latinoamericano y su historia, principalmente por medio de la novela, pero también en libros de carácter autobiográfico. En efecto, todos sus relatos son una mezcla de ficción y realidad que aúna los productos de su imaginación con la documentación histórica y con los datos que extrae de su propia biografía o de las experiencias de quienes la rodean. En los últimos años ha incursionado también en la literatura juvenil, publicando la trilogía de aventuras Las memorias del Águila y del Jaguar.





Curiosidades sobre Isabel Allende


Su padre, Tomás Allende, era primo hermano de Salvador Allende.

Dio a luz a su hija Paula en 1963 y a su hijo Nicolás Frías en 1966.

Hermana del Dr. Juan Allende, profesor asociado de Ciencias Políticas en Agnes Scott College en Decatur, Georgia y Francisco Allende Llona.

Creció en la casa de sus abuelos maternos después de que sus padres se divorciaran en 1945.

Sus novelas más exitosas incluyen "La casa de los espíritus" (1982), que fue adaptada a La casa de los espíritus (1993), "Eva Luna" (1987), "Paula" (1995), "La hija de la fortuna" ( 1999) y "Retrato en sepia" (2000).

Su hija Paula murió a los 29 años después de estar en coma por complicaciones de la porfiria el 6 de diciembre de 1992.

Obtuvo la ciudadanía estadounidense en el 2003.

Reside en San Rafael, California con su segundo esposo Willie Gordon, abogado y novelista.

Fue una de las ocho mujeres que portaban la bandera olímpica en la ceremonia inaugural de Turín 2006: XX Juegos Olímpicos de Invierno en el 2006.

Fue galardonada con la Medalla Presidencial de la Libertad por el presidente Barack Obama el 24 de noviembre de 2014.

Fue incluida en el Salón de la Fama de la Mujer de Marin [Condado, California] en 1994


Trayectoria

24 libros traducidos a más de 42 idiomas

Más de 75 millones de libros vendidos

15 doctorados internacionales

Más de 60 premios en más de 15 países

2 producciones cinematográficas

Adaptaciones de sus obras (cine, teatro, ópera, ballet, radio y musicales)

Creadora de la Fundación Isabel Allende que empodera a mujeres y niñas internacionalmente.


Fuentes: Página de Isabel Allende & Memoria chilena

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